MANUEL BENET NAVARRO

  • Portada
  • Blog ↓
    • Blog/Archivos
    • Blog
  • Buscar
  • acerca_de ↓
    • acerca_de
    • sobre_mí
    • El_libro
    • Reseñas

Corregir un texto (II): los diálogos

August 13, 2017 by m in para escribir

El otro día vimos qué era una expresión regular y cómo nos puede ayudar a corregir un texto (en la parte ortotipográfica; ya sabemos que el argumento, los personajes, el ritmo y esas cosas no se pueden automatizar). Por decirlo rápidamente, una expresión regular permite buscar patrones en un texto. 

En esta entrada vamos a repasar los principales errores (con las acotaciones) que se cometen al escribir diálogos y veremos expresiones regulares que nos ayudarán a detectarlos, para acabar con una única expresión regular que nos marcará los errores.

Imagino que ya tienes tu documento en un editor de texto como el notepad++, si no es así echa un vistazo a la anterior entrada.

Sintaxis

Aunque la sintaxis de las expresiones regulares es compleja y variada (y me supera en muchos aspectos), vamos a ver únicamente aquellos elementos que nos interesan, para no complicar en exceso las cosas. No obstante, un listado detallado de campos puede obtenerse de este enlace del propio notepad++. Vamos allá.

[...]        

Este patrón nos permite buscar un carácter determinado, que es uno de los incluidos entre corchetes.

Algunas abreviaturas son: [A-Z] coincide con cualquier letra mayúscula, [a-z] minúscula (aunque hay que tener en cuenta que en nuestro caso hay que añadir las tildes y la ñ). Por su parte, [0-9] busca cualquier dígito. Finalmente, eso lo podemos concatenar: [A-Za-z0-9].

Por ejemplo, [AC][A-Z3][ZX] es un patrón que busca: A o C, seguido de una mayúscula o el número 3, seguido de la Z o la X. Es decir, encontraría cadenas como A3Z, CCX, CFX, etc. Pero no AC1 (el '1' no está dentro del último corchete), A5X, AC13X, etc.

[^...]

El patrón coincide con cualquier carácter excepto los incluidos. Es decir, [^AC03] es un patrón que coincide con cualquier carácter menos con uno de esos cuatro.

\w

El patrón coincide con un carácter de palabra: una letra, un dígito o un guion bajo. Aparentemente notepad++ incluye las vocales acentuadas y la ñ. El equivalente sería [A-Za-z0-9ÁÉÍÓÚÑáéíóúñ_].

\s

El patrón contiene un espacio, una tabulación o un salto de línea. 

.

El punto hace coincidencia con cualquier carácter: letras, números, símbolos, espacios, tabulaciones, etc. Es útil, por ejemplo, si estamos buscando una cadena que sabemos cómo empieza y cómo acaba, pero nos da igual lo que haya en el medio.

+

El patrón contiene una o más repeticiones del carácter anterior. Por ejemplo, [AB]+ encontraría cualquier cadena que contuviese al menos una A o una B: AAA, ABBAB, ABBBBAABB, etc.

*

El patrón contiene cero o más instancias del carácter anterior. Esto es útil cuando sabemos que podemos encontrar un carácter, pero que quizá no. Por ejemplo, los espacios que hay tras el punto en una frase.

?

El patrón contiene cero una instancia del carácter anterior.

^

El patrón comienza a buscar por el comienzo de la línea (excepto cuando va entre corchetes, que este carácter actúa de manera diferente, ver arriba).

$

El patrón coincide con el fin de línea.

|

Separa las diferentes opciones dentro de una expresión regular. Por ejemplo, la expresión regular sí|no|nsnc encuentra los "sí", los "no" y los "nsnc" dentro de un texto.

 

★   ★   ★

 

Si todavía no tienes claro de qué va esto, te pongo un ejemplo. Supongamos que tenemos un texto en el que durante la revisión, al cambiar la puntuación, se nos han escapado algunas mayúsculas, y queremos asegurarnos de que después de un punto y coma, una coma o dos puntos, siempre hay una minúscula.

Lo que haríamos sería ir a buscar y poner la siguiente expresión:

 

[;:,] [A-ZÁÉÍÓÚÑ]

 

Este patrón buscará un punto y coma, dos puntos o una coma, seguida de un espacio y una letra en mayúscula. Si queremos asegurarnos de que tenemos en cuenta que después de la puntuación puede venir un signo de exclamación o interrogación, pondríamos lo siguiente:

 

[;:,] [¡¿]*[A-ZÁÉÍÓÚÑ]

 

Lo único que hemos hecho con la cadena [¡¿]* es ampliar el patrón para que también haga coincidencia si antes de la letra encuentra un símbolo (como hemos visto antes, "*" significa cero o más).

Un aspecto importante con las expresiones regulares es que los espacios se tienen en cuenta como caracteres, por lo que hay que tener cuidado de no añadir ningún espacio adicional al final de la expresión.

 

★   ★   ★

 

Visto esto, pasamos ahora a revisar los principales errores que se cometen al escribir un diálogo. Lo mejor es que copies la frase en el editor, luego la expresión, y veas cómo lo detecta.

 

Error 1

Comenzar con guion, en lugar de raya.

Versión incorrecta

-Pregúntale a Pepe qué está haciendo.

Versión correcta

—Pregúntale a Pepe qué está haciendo.

Qué buscamos 

Un guion como primer carácter de una línea.

Expresión regular 

^-

 

Error 2

Poner un espacio después de la raya de diálogo. Vamos a aprovechar e incluir en la regla las comillas angulares de cierre (»), que se utilizan cuando un personaje continúa el diálogo en la siguiente línea, y que tampoco llevan un espacio.

Versión incorrecta

— Pepe, ¿qué estás haciendo? —pregunta Rafa.

Versión correcta

—Pepe, ¿qué estás haciendo? —pregunta Rafa.

Qué buscamos

Comienzo de línea, raya, espacio y cualquier carácter.

Expresión regular

^[—»]\s.

 

Error 3

No dejar un espacio antes de la raya de acotación, tras la intervención del personaje (después del cierre interrogante). Nótese que estoy asumiendo que la acotación puede comenzar con exclamación o interrogante, que es posible aunque no se me ocurre un ejemplo.

Versión incorrecta

—¿A ti qué te parece que estoy haciendo?—responde Pepe.

Versión correcta

—¿A ti qué te parece que estoy haciendo? —responde Pepe.

Qué buscamos            

Cualquier cosa menos un espacio, raya y un carácter de inicio de acotación.

Expresión regular

[^\s]—[¡¿\w]

 

Error 4

Acabar la intervención del personaje con un punto, y tras la raya de acotación empezar con minúscula, por ejemplo, porque es un verbo de habla (recuerda que tienes que tener marcado el check de mayúsculas/minúsculas). 

Versión incorrecta

—No lo sé. —le contesta Rafa.

Versión correcta

—No lo sé —le contesta Rafa.

Qué buscamos

Un punto, cero o más espacios, una raya y una letra minúscula.

Expresión regular

\.\s*—[a-záéíóúñ]

 

Error 5

Acabar la acotación introduciendo un espacio entre la última letra y la raya. Hay que tener en cuenta que el punto y los cierres de las exclamaciones e interrogaciones son caracteres especiales, por lo que para que los interprete como símbolos, les pondremos un "\" delante.

Versión incorrecta

—¿Y por qué te interesa? —pregunta Pepe de nuevo —. Metomentodo.

Versión correcta

—¿Y por qué te interesa? —pregunta Pepe de nuevo—. Metomentodo.

Qué buscamos                     

Un carácter de palabra o un signo de cierre, un espacio o más, una raya y un signo de puntuación o un espacio.

Expresión regular

[\w\?\!]\s+—[\.:;,\s]

 

Error 6

Este es muy habitual. Acabar la acotación con un punto antes de la raya, en lugar de ponerlo después de la raya. En este caso aplica lo mismo

Versión incorrecta

—Pues porque eres mi primo —dice Rafa.— Por eso.

Versión correcta

—Pues porque eres mi primo —dice Rafa—. Por eso.

Qué buscamos

Un carácter de cierre de acotación, un punto y una raya.

Expresión regular

[\?\!\w]\.—

 

Error 7

Empezar la acotación con mayúscula, sin haber acabado la intervención del personaje con un punto. Esto detectará tanto aquellos casos en los que nos hemos dejado el punto, como los que son verbos de habla que hemos comenzado con mayúsculas.

Versión incorrecta

—No será por eso —Enojado, Pepe se da la vuelta.

Versión correcta

—No será por eso. —Enojado, Pepe se da la vuelta.

Qué buscamos                

Cualquier cosa menos un punto (y los cierres de exclamación e interrogación), seguida de un espacio, raya y letra mayúscula.

Expresión regular

[^\.\?\!] —[A-ZÁÉÍÓÚÑ]

 

Error 8

Nuestro último error es acabar una línea de diálogo con raya y punto, cuando nunca puede acabar así.

Versión incorrecta

—Pues no lo será —contesta Rafa—.

Versión correcta

—Pues no lo será —contesta Rafa.

Qué buscamos                 

Un carácter de palabra, una raya, un punto, 0 o más espacios (por si tras el punto hay algún espacio, lo que es habitual) y el final de la línea.

Expresión regular

\w—\.*\s*$

 

★   ★   ★

 

Bien, ya tenemos nuestros ocho errores de diálogo habituales. Seguro que podemos pensar más patrones, pero de momento es suficiente. Tenemos dos opciones: ir aplicando uno por uno, que es un poco engorroso, o aplicarlos todos a la vez. Y como soy un poco vago, eso es lo que vamos a hacer. Así que simplemente ponemos el carácter | separando cada expresión, y el resultado es el siguiente (es todo una misma línea).

 

^-|^[—»]\s.|[^\s]—[¡¿\w]|\.\s*—[a-záéíóúñ]|[\w\?\!]\s+—[\.:;,\s]|[\?\!\w]\.—|[^\.\?\!] —[A-ZÁÉÍÓÚÑ]|\w—\.*\s*$

 

Asusta, sí, pero no lo toques. Simplemente lo copias en la casilla de "Buscar" y pinchas en buscar todo, y te indicará los "matches" (coincidencias) que ha encontrado. A continuación vas a "Buscar" y uno a uno los vas revisando. 

Ten en cuenta que no siempre todos serán errores, porque puede haber casos en los que por diferentes circunstancias el patrón coincida con algo que no es un error. Por ejemplo, si la intervención de un personaje acaba en interrogante, la acotación comenzará en minúscula si es un verbo de habla o similar, y en mayúscula en cualquier otro caso, y saber si en ese caso va minúscula o mayúscula sólo lo puede decir el contexto:

  • —¿Me estás escuchando? —dice Pepe.

  • —¿Me estás escuchando? —Se escucha un ruido al otro lado de la puerta.

Lo que nos interesa es evitar los falsos negativos (un error que no es detectado), aunque sea a costa de los falsos positivos (un error que no lo es).

En la imagen siguiente está arriba el diálogo con los errores, y debajo sin ellos. Pincha en la imagen para ampliar.

Te preguntarás si además de buscar, no reemplazamos también, pero eso es más complicado cuando se trata de expresiones regulares. Quizá más adelante. De todas formas, soy reacio a sustituir de otra forma que no sea a mano, y menos cuando hablamos de "Reemplazar todo", porque siempre hay casos que se salen de la norma, y puedes estar añadiendo errores en lugar de eliminarlos.

 

★   ★   ★

 

Si te apetece "jugar" un poco con la expresión regular o añadirle nuevas cosas, puedes acceder a la web regular expresions 101, donde tienen una plataforma para probar expresiones regulares. Esta expresión (la versión más actualizada) es accesible en el siguiente enlace: https://regex101.com/r/CRu1mw/1. 

Aunque aparecerá marcado si accedes mediante el enlace, para que sea compatible con lo que hemos hecho, tiene que estar activado el multilínea y el "flavor" python (lo marco en la imagen con amarillo). A continuación, pones arriba la expresión regular y debajo el texto, y él solo colorea las coincidencias. A la derecha tienes varias cosas útiles, como una guía de referencia rápida y la explicación detallada de la expresión regular.

Es posible que tengas que incrementar el tiempo máximo de ejecución, pinchando en la llave inglesa debajo de la imagen del perfil, y cambiando el parámetro "Max execution time". Pincha en la imagen para ampliar.

★   ★   ★

 

De momento, esto es todo.

Si detectas algún error (que es posible que los haya), hay algún caso que quieras contemplar en el caso de los diálogos o tienes alguna sugerencia, mándame un email a manuel@benetnavarro.es y lo vemos. Si te sirve de ayuda, agradeceré saberlo :)

El próximo día veremos algunos errores habituales de puntuación, y según cómo de complejo sea, quizá algo más.

August 13, 2017 /m
diálogo, acotaciones, expresión regular, corregir, escribir
para escribir

Las acotaciones en los diálogos

July 27, 2017 by m in para escribir

Uno de los elementos con los que más rápidamente se puede conocer la experiencia (o meticulosidad) de un escritor (novel o no) son los diálogos, y en concreto su puntuación. Personalmente (aunque el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, y no seré yo), este es el primer criterio que utilizo a la hora de descartar la compra de un ebook en Amazon. Descargo la muestra que te ofrece la plataforma, y echo una ojeada a los diálogos. Si veo varios errores, es razón suficiente para desconfiar, ya que o el autor no ha corregido lo suficiente, o no sabe puntuar los diálogos, y ambas opciones son malas. Es cierto, quizá la trama sea excelente y los personajes magníficos, pero sé que cada vez que vea un fallo, voy a rechinar los dientes.

De hecho, cuando comencé con las correcciones de Buena suerte, ya sobre la versión "estable", el primer punto que revisé fue este. En realidad, se trata de un puñado de reglas que una vez interiorizadas son muy sencillas de seguir; luego solo hay que corregir un poco para detectar y corregir los despistes.

Sí, todos hemos leído libros de autores consagrados como Saramago o McCarthy que se pasan estas normas por el arco del triunfo, pero no te quepa duda que ellos las conocen y han decidido conscientemente prescindir de ellas por diferentes razones. Estaremos de acuerdo en que ni tú ni yo estamos en esa situación. Así que toca seguir las reglas. Vamos allá.


1. Inicio del diálogo.

Un diálogo a) comienza siempre por una raya, también llamado guion largo (en contraposición al guion corto), b) la palabra a continuación va pegada a la raya, siempre sin espacio, lo que incluye cuando la frase comienza con signos de interrogación o exclamación (aunque el Word se empeñe en decirnos que antes del signo hay que poner un espacio; no le hagas caso).

Ah. No te voy a decir la combinación de teclas para obtenerla; pon raya diálogo en Google y copias el carácter de cualquier página medianamente fiable (esta de Fundéu o esta del Diccionario panhispánico de dudas de la RAE, por ejemplo).

— Yo no le pedí que hiciera eso.

—Yo no le pedí que hiciera eso.
—¡Yo no le pedí que hiciera eso!
—¿Le pediste que lo hiciera?

2. Acotación con verbo de habla.

Si el verbo que inicia la acotación es de habla (dice, comenta, expresa, resalta, indica, subraya, exclama, responde, contesta, remarca, añade, etc.), a) la intervención termina sin signo de puntuación (punto, coma, punto y coma, dos puntos), pero sí puede llevar puntos suspensivos y los signos de exclamación o interrogación, b) antes de la raya dejamos un espacio, y c) el verbo de habla comienza en minúscula y va pegado a la raya de la acotación. Lo mismo aplica si comenzamos la acotación con el pronombre (le dice, me comenta, le indica, me remarca, os dije, etc.).

—Yo no le pedí que lo hiciera. —le dijo cuando levantó la vista.
—Yo no le pedí que lo hiciera —Dijo cuando levantó la vista.
—Yo no le pedí que lo hiciera—dijo cuando levantó la vista.
—Yo no le pedí que lo hiciera — dijo cuando levantó la vista.

—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista.
—Yo no le pedí que lo hiciera... —dijo cuando levantó la vista.
—Yo no le pedí que lo hiciera —le dijo cuando levantó la vista.
—¡Yo no le pedí que lo hiciera! —le dijo cuando levantó la vista.

3. Acotación con verbo no de habla.

Si la palabra que inicia la acotación no es un verbo de habla (es decir, cualquier otra palabra), a) la intervención termina obligatoriamente con punto (excepto si el diálogo acaba con puntos suspensivos, un signo de exclamación o interrogación, en cuyo caso el punto no se añade), b) a continuación va un espacio antes de la raya, y c) la primera palabra de la acotación comienza en mayúscula y va pegada a la raya de la acotación.

—Yo no le pedí que lo hiciera —Entonces levantó la vista.
—Yo no le pedí que lo hiciera.—Tras eso, se incorporó visiblemente molesto.
—Yo no le pedí que lo hiciera. — Cabeceó y se levantó.

—Yo no le pedí que lo hiciera. —Entonces levantó la vista.
—¿Qué más quieres que te diga? —Tras eso, se incorporó visiblemente molesto.
—No sé qué más quieres que te diga... —Cogió el tenedor y lo dejó sobre la mesa.
—¡Qué más quieres que te diga! —Cabeceó y se levantó.

4. Fin de la acotación.

Si tras la acotación el diálogo del mismo personaje continúa en la misma línea, la acotación se cierra con una raya que va pegada a la última palabra. Tras esto, se puede poner el signo de puntuación que marque el diálogo: punto, coma, punto y coma, dos puntos (evidentemente esto depende de cómo haya acabado la frase anterior; si la anterior intervención la hemos acabado con un punto, tras la raya de acotación no podemos poner una coma).

Si tras la acotación no continúa el diálogo del personaje, aplica lo mismo que en el punto 5.

Un error muy común: la puntuación al final de la acotación va DESPUÉS de la raya, no antes, con independencia de que la acotación tenga su propia puntuación interna. En el caso de los dos puntos, algunos autores comienzan con mayúscula, pero no parece ser una regla fija y va más asociada al contenido de la frase. Por lo general, yo comienzo con mayúscula.

—Yo no le pedí que hiciera eso. —Entonces levantó la vista.— Pero no me hizo caso.
—Yo no le pedí que hiciera eso. —Entonces levantó la vista. Pero no me hizo caso.
—Yo no le pedí que hiciera eso. —Entonces levantó la vista—, pero no me hizo caso.
—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista —, pero no me hizo caso.

—Yo no le pedí que hiciera eso... —Entonces levantó la vista—. Pero no me hizo caso —murmuró.
—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista—, pero no me hizo caso.
—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista; allí estaba de nuevo esa mirada hueca—, pero no me hizo caso.
—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista—; de todas formas, qué importa eso ahora. —Entonces me miró y dijo—: Ya sabes lo que pasó luego.

5. Fin de la línea.

La línea del diálogo nunca finaliza con una raya, ya acabe con otra intervención del personaje o una acotación.

—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista—.
—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista—, pero vino igual—.

—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista.
—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista—. No sé, no lo recuerdo bien...
—Yo no le pedí que lo hiciera —dijo cuando levantó la vista—, ¡pero vino igual!
—Yo le pedí que no lo hiciera —dijo cuando levantó la vista—, pero no me hizo caso.

6. Soliloquios o intervenciones largas

Cuando un personaje tiene una intervención que se alarga varios párrafos, se utilizan las comillas de cierre españolas o angulares (busca en Google, copia y pega). Como con la raya que inicia el diálogo, tampoco llevan un espacio después.

—Yo no le pedí que hiciera eso. Estaba fuera de sí, qué quieres que te diga —me confesó entre lágrimas—. No supe cómo responder, y luego ya era demasiado tarde, porque todo se había desmadrado, no teníamos su teléfono, ni tampoco ninguna otra forma de contactar con ellos. —Se levantó de la silla y dio un largo rodeo alrededor de la mesa.
»He pensado mucho sobre lo que pasó aquella tarde, sobre lo que hice, lo que hizo ella, y lo rápido que pasó todo, pero ahora ya no puedo arreglar nada, voy a tener que lidiar con ello el resto de mi vida de la mejor manera que pueda.

Algunas de estas reglas son fáciles de revisar mediante una búsqueda. Por ejemplo, si buscas la cadena « — » o «.—» (lo de dentro de las comillas, claro) en Word y te devuelve algún resultado, es casi seguro de que se trata de un error. Otras requieren una herramienta con algo más de flexibilidad para detectar determinado tipo de cadenas, algo que veremos en la siguiente entrada.

Nadie es perfecto, así que no descarto que se me haya colado algún error. Si ves algo que no te cuadra, déjame un comentario.

July 27, 2017 /m
diálogo, acotaciones, escribir
para escribir

Consejos de escritura (V)

February 15, 2017 by m in para escribir

Vamos con la quinta entrada. Ya saben de qué va esto: una serie en la recojo lecciones aprendidas durante los tres años y pico que me ha llevado escribir Yunque. Lo que significa que debes darle a estas entradas el valor que merecen (lo que es algo que deberás determinar tú), ni más ni menos. Puedes echarle un vistazo a las anteriores entregas en los enlaces siguientes: primera, segunda y tercera y cuarta. La entrega de hoy la voy a centrar en un único aspecto:

14. Los diálogos. 

A pesar de lo poco que me gusta hablar, adoro escribir diálogos y trabajar sobre ellos hasta que suenan como a mí me gusta. Dado que hay tantas reglas, voy a intentar agruparlas de una forma más estructurada que en los casos anteriores.

  • Presta atención a la forma de hablar de la gente. Con que te fijes un poco, te darás cuenta de que al hablar repetimos palabras o incluso sílabas, dejamos frases a mitad o hacemos pausas, utilizamos muletillas y tacos, repetimos preguntas que ya han sido contestadas, e ignoramos otras que nos han hecho. También cambiamos espontáneamente de tema, hacemos comentarios que no vienen al caso o interrumpimos una conversación para llamar al camarero o mirar el teléfono. 

  • En general, es necesario que el lector sepa quién está hablando en cada momento, pero para ello no hace falta que cada frase lleve una acotación. Utilizar una coletilla en algún personaje o mencionar el nombre del interlocutor puede ahorrarte tener que aclarar quién es el que habla. Si no, en el caso de que pueda haber dudas, con una acotación cada tres o cuatro intervenciones será suficiente. Ten en cuenta también que, con la debida precaución, puede ser interesante en algún momento introducir confusión evitando aclarar quién habla. Del mismo modo, en función del narrador que utilices, a veces esa confusión vendrá de una llamada de teléfono, de una conversación difusa escuchada a través de la puerta de un ascensor, o una grabación distorsionada. Tú como autor sabes quién habla (en teoría), pero tu narrador no tiene por qué saberlo.

  • Ten en cuenta el ritmo y la longitud de las intervenciones, y cómo las acotaciones reducen o aumentan la velocidad. Un diálogo entre dos personas que disponen de apenas unos minutos para evitar la ejecución de un inocente no tendrá el mismo tono que dos mujeres de la época victoriana hablando de las bondades de la primavera.

  • Los verbos de habla. He leído comentarios a favor de utilizar muchos verbos de habla, y en contra, así que expondré simplemente lo que yo hago. Cuando hace falta aclarar el interlocutor, soy partidario de utilizar un conjunto muy acotado de verbos: decir, contestar y responder. Evito otros como apuntar, replicar, exclamar, comentar, etc. Cuando utilizo algún otro, es porque tiene una justificación. Por ejemplo, interrumpir o insistir.

  • Sé fiel a la personalidad de cada personaje, a su rol en el texto completo, en ese diálogo en particular y en ese momento del diálogo. Lo que un personaje diga debe ser siempre coherente con esos cuatro aspectos. Si una madre discute con su hijo de diez años, no solo el léxico y el tono será diferente, sino que puede ser que la primera comience la conversación calmada y la acabe enfadada, y su hijo pase de estar enfadado a pedir perdón. Si dos personas conversan, quizá al principio una de ellas sea más efusiva y la otra más pausada, y a medida que el diálogo avanza, se intercambien los papeles. La posición relativa de los personajes que hablan también es importante: un adolescente no hablará igual con la chica que le gusta que con sus amigos o su abuela, y si dos criminales hablan, lo más probable es que el de "mayor rango" tenga más protagonismo, a no ser que el otro le esté rindiendo cuentas o haciendo la pelota. 

  • No caricaturices. A pesar de lo dicho en el punto anterior, ten en cuenta que por lo general, muchas personas adultas manejamos un léxico similar y construimos frases de la misma manera, por lo que si te esfuerzas demasiado en diferenciar a los protagonistas por su lenguaje o manera de expresarse sin que exista tal diferencia entre estos, corres el riesgo de caricaturizarlos. Imagina a dos compañeros de trabajo que han salido a comer algo. Lo más probable es que si eliminamos el contexto y su historia, podamos intercambiar las frases sin que la conversación suene extraña. Es el propio lector es el que le pondrá "cara" a cada intervención del diálogo, no es necesario que cada frase aislada tenga algún tipo de "marca" para asociarla sin género de duda al personaje que la pronuncia (para eso están las acotaciones, el contexto y la historia del personaje). Sin embargo, sin llegar a ese extremo, la riqueza del léxico y complejidad a la hora de construir el discurso puede ayudar a diferenciar adultos de niños, diferencias culturales entre dos personajes, o incluso mostrar al lector la pedantería de un personaje.

  • No abuses de los signos de exclamación. Si no son necesarios, es preferible (no obligatorio) que el lector interprete la tensión y el volumen del diálogo por el contexto, o si es imprescindible, a través de un verbo del habla (gritar, por ejemplo). No utilices dos o tres signos seguidos (¡¡¡como esto!!!), es innecesario. Tampoco utilices las mayúsculas para transmitir que el personaje está gritando; que eso sea una convención en Internet no significa que debas utilizarla en un texto de ficción (a no ser que estés reproduciendo el diálogo de un chat en el que eso tenga su justificación). 

  • Cuando hayas acabado el diálogo, léelo en voz alta y mira a ver si "fluye" como a ti te gustaría, si las pausas están bien ubicadas, o por el contrario se atasca o su velocidad no es la adecuada para la escena. Esto es obvio: trabaja sobre él hasta que lo sea.

  • No descuides las reglas de ortografía y gramática que debe seguir un diálogo bien formado. Son imprescindibles para trasladar al lector (y al editor, en su caso) seriedad. Si el diálogo está bien escrito pero está lleno de errores, no servirá de mucho. Al principio puede parecer complicado, pero es mucho más fácil de lo que parece. Aprende que los verbos de habla comienzan en mayúsculas, que una intervención nunca termina con raya, que el guion no es igual que la raya, etc. Localiza una fuente fiable y utilízala de chuleta. Ya lo dije en la primera parte: revisar que las acotaciones son correctas lo considero una parte vital de las últimas revisiones.

Hasta aquí, el consejito de hoy. En unos días, la siguiente entrega. Si te ha parecido interesante, compártelo con tus seguidores, mascotas, amigos y enemigos. 

February 15, 2017 /m
diálogo, acotaciones, escribir, consejos de escritura
para escribir

Diálogo

January 20, 2008 by m in mis textos

—Hola, Isra.
—Qué pasa, tío.
—Poca cosa, lo mismo de siempre.
—Menuda cara llevas, ni que te acabaras de levantar.
—Digamos que ni sí ni no.
—Explícate.
—En realidad, hace horas que estoy despierto…
—Pero…
—Pero me he quedado un rato en la cama, probando una cosa.
—Tú y tus historias. Necesitas una mujer, un trabajo o un cerebro.
—Eso dicen.
—Así que probando una cosa.
—Sí.
—Y, ¿cuánto tiempo has estado probando “esa cosa”?
—Pues… unas cuatro horas.
—¿Cuatro?
—Casi.
—Explícame qué estabas probando que necesitas tanto tiempo, porque me siento incapaz de adivinarlo.
—Verás. ¿Nunca te has quedado en la cama pensando si serías capaz de quedarte paralítico voluntariamente?
—¿Voluntariamente? ¿Cómo voluntariamente? Pues no, claro que no. ¿Quién en su sano juicio querría hacer eso?
—No lo sé, supongo que nadie, pero, ¿lo has intentado?
—Pues no, ya te he contestado. Qué narices quieres que intente. Es que me parece una idea ridícula.
—Bueno, quizá lo sea. No lo sé, sí, quizá lo sea.
—Yo sí lo sé. Es una idea estúpida. Lo es, sin ninguna duda.
—Ya te he dicho que sí, que quizá lo sea.
—Sí, vamos a dejarlo en eso. Tío, estás mal, muy mal.
—¿Te lo explico, o no?
—Explica, hombre, que echarse unas risas siempre viene bien.
—¿Vas a parar?
—Puedo hacer un esfuerzo. Vale, va, cuéntame. Estoy en ascuas, sólo que disimulo muy bien.
—Mira, la idea es la siguiente. Te tumbas en la cama, y empiezas a pensar profundamente en no mover las piernas…
—¿Sólo las piernas?
—Bueno, eso es lo que yo hago, pero imagino que se puede hacer con todo el cuerpo…
—¿Se puede hacer? Entonces en tu caso, ¿mueves los brazos mientras tanto?
—En realidad no; alguna vez lo he intentado y te desconcentra.
—Te desconcentra.
—Sí, te sientes como una cucaracha patas arriba y te pones a reír.
—Y eso no es bueno.
—No.
—Porque pierdes la concentración.
—Exacto.
—Entonces sólo las piernas, pero sin mover los brazos, ¿no?
—Sí.
—Vale. ¿Y los dedos de las manos? ¿puedes mover los dedos de las manos?
—No me estás tomando en serio.
—Es difícil. Incluso diría que está más allá de mis posibilidades. Pero hago lo que puedo, te lo juro.
—Bueno, ¿me dejas continuar, por favor?
—Sí, por favor, continúa. A pesar de todo, estoy intrigado.
—Bien, pues empiezas a pensar que no puedes mover las piernas, e intentas convencerte de ello, y por supuesto, no mueves las piernas.
—Imagino que eso último es importante.
—Calla. Entonces sigues haciendo eso durante un buen rato, hasta que estás verdaderamente convencido de que no puedes mover las piernas.
—¿Durante un buen rato? Algo así como digamos… ¿durante cuatro horas?
—Exacto, algo así. Aunque supongo que se puede hacer durante más o menos tiempo.
—Supones.
—Sí, supongo.
—Vale. ¿Y entonces qué pasa?
—Y entonces intentas mover una pierna, sin intentar moverla. No sé si me explico.
—Más bien no. Desarrolla ese concepto, hazme el favor. El de intentar sin intentar; me resulta interesante.
—Veamos. Es complicado, pero es como si pensases en levantar la pierna pero no quisieses levantarla. ¿Mejor?
—La verdad es que no. Pero creo que por el bien de la salud mental de ambos, y sobre todo la mía, es mejor no profundizar en esa idea. ¿Y qué, funciona?
—Bueno, sí, esa parte funciona; tienes hasta un ligero cosquilleo de triunfo cuando ves que la pierna no responde.
—¿Y entonces, qué es lo que no funciona?
—Pues que cuando quieres levantarla, la levantas.
—Y eso es malo.
—Sí, es malo.
—Porque lo que tú quieres es no levantarla cuando quieres levantarla, ¿no?
—Exacto, has pillado la idea.
—Ya veo.
—Sí.
—Desde luego, resulta cuanto menos curioso que alguien pueda ocupar su tiempo en algo así.
—Opina lo que quieras.
—Eso hago, ya me conoces. Aclárame una duda que me acaba de asaltar. Asumiendo, y esto ya es mucho asumir, que tu idea, tu técnica, tú método, o como lo quieras llamar, funcione, ¿qué piensas hacer cuando te descubras paralítico de cintura para abajo en la cama?
—No sé.
—¿No sabes?
—No.
—Pues a mi me parece una cuestión de una importancia suma.
—Es posible que tengas razón, no lo sé.
—La tengo. Deberías pensar en ello.
—Supongo que debería.
—Sí, deberías.
—Lo haré.
—Hazlo.
—Bien.
—En definitiva, que te has pasado cuatro horas completamente inmóvil en tu cama intentando no mover las piernas.
—Dicho pronto y sin entrar en detalles, algo así.
—Y a decir por el privilegio de tu presencia física ante mi persona, imagino que nada, ¿no?
—No, claro, nada.
—Vaya. Una pena.
—Pues sí.
—Lo siento mucho.
—Nada, no te preocupes, ya lo volveré a intentar.
—Hazlo.
—Sí.
—Quizá algún día lo consigas.
—Quizá.
—Quizá necesites dedicarle más tiempo.
—Quizá.
—Bueno.
—Bueno.
—Pasando a temas menos trascendentes, ¿quieres una cerveza?
—Creía que no lo dirías nunca.
—Discúlpame. Ya sabes, estaba intentando decirlo sin decirlo.
—Claro.
—Claro. Sírvete, anda.

January 20, 2008 /m
diálogo
mis textos

Memorias de un auditor

November 23, 2007 by m in cajón desastre

Reunión en cliente, departamento técnico, durante una auditoría:

—¿Existen especificaciones técnicas adjuntas a los contratos con proveedores?
—Depende del proveedor, pero sí, es habitual.
—¿Y qué se hace con los contratos que es necesario destruir?
—Los llevamos a la destructora de papel que tiene Administración.
—¿Podría proporcionarnos una copia de algún contrato?
—Sí, un segundo… Vale, aquí en la papelera tengo uno para reciclar.

(10 segundos después…)

—Ehhmmm… Creo que no debería haber dicho eso de que es para reciclar… ¿no?

November 23, 2007 /m
diálogo, sin palabras
cajón desastre

Conversación 2

September 07, 2007 by m in mis textos

—Oye.
—¿Qué?
—Si mi novio te pilla mirándome así, te va a partir la boca.
—Perdona, ¿qué dices?
—Ya me has oído.
—¿Mirándote así? ¿Así? ¿Así cómo?
—Tú ya sabes cómo, no te hagas el tonto.
—Ya. Así que me dará una paliza.
—Sí, eso hará.
—Vaya.
—Sí, o igual se le va la mano y te manda al otro barrio.
—Ya veo.
—Sí.
—Es bastante gilipollas cargarte a alguien porque está mirando a tu novia, ¿no te parece? Mucho, incluso aunque la miren así, como tú dices.
—Lo que quieras. Estás avisado.
—¿Sabes? Es divertido. La gente se pasa muchos años en la cárcel por hacer auténticas gilipolleces, gilipolleces como matar gente sólo porque no te gusta que miren a tu novia. Unos se pasan toda su puta vida entrando y saliendo del trullo, casi desde que nacen, y otros sólo son lo bastante estúpidos para tirar su vida a la basura sin ninguna razón. Tengo curiosidad. ¿De qué tipo es tu novio? ¿Del primero, o del segundo?
—…
—No importa, en cualquier caso lo siento mucho por ti. Bueno, me queda claro al menos que no le gusta que te mire así.
—Eso he dicho.
—Oye, ¿y a ti?
—¿A mí? ¿A mí qué?
—¿A ti te gusta?
—A mí sí, me gusta mucho.

September 07, 2007 /m
diálogo
mis textos

Conversación

September 05, 2007 by m in mis textos

—Hola.
—Hola, Marc.
—¿Qué haces?
—Poca cosa, montar unos cajones para la cómoda de la habitación, pero estoy acabando, pilla una silla y siéntate. He metido unas cervezas en la nevera hace poco, así que si quieres una estás invitado.
—Bien, ahora luego. ¿Sabes? Estuve viendo ayer un documental que echaban sobre trastornos alimentarios, uno de esos en los que salen mujeres bulímicas y anoréxicas, y te enseñan lo jodida que es su vida.
—Sí, ¿qué pasa?
—Pues que mientras lo veía, me puse a pensar en Marta.
—¿En Marta? ¿Y eso? Ella ni es anoréxica ni bulímica. La conozco bien.
—No, no, ya sé que no. Me puse a pensar en ella porque todo el mundo sabe que es una católica devota, pero que bueno, la verdad es que cuando no está en la iglesia confesándose, joder, cómo decirlo, es un poco ligerilla.
—No te pases, Marc, que Marta es mi amiga.
—No joder, que a mí me cae bien, es una buena chica, maja y eso, pero tú la conoces, sabes cómo es ella, que yo no me meto, pero es verdad, joder, le gustan más las... bueno, ya sabes... que a un niño el chocolate. Que sí, que está bien y ya te digo que a mí me da igual, que cada uno es libre de hacer lo que le de la gana con su cuerpo, pero es así, todo el mundo lo sabe.
—Todo el mundo lo sabe… Bueno, bien, no sigas, dejémoslo ahí. ¿Qué tiene que ver eso con lo que viste ayer?
—Pues me puse a pensar que la religión católica, que por eso me acordé de Marta, y te digo la católica porque es lo que veo y no conozco otra, que la religión es… es algo así como un trastorno espiritual.
—¿Un qué?
—Un trastorno espiritual, o moral, algo así. Sí joder, esa gente, todos los que van a la iglesia, sobre todo los más creyentes, van acumulando pecados, un día tras otro, y se van cargando de culpa y remordimiento, hasta que un buen día se acercan a la iglesia y lo vomitan todo encima del cura. ¿No ves cómo se parecen las dos cosas? De lo que no estoy seguro es de si esto es más una anorexia o más una bulimia, por todo el rollo ese de comer compulsivamente y la culpa que no me quedó claro, pero lo cierto es que tampoco le he dado muchas vueltas. ¿A ti qué te parece?
—¿Que qué me parece? El qué, ¿todo eso que me has contado?
—Sí, joder, ¿qué piensas de esa gente?
—¿Yo? Yo no pienso, Marc, que no se me da bien y me lo tengo prohibido. De todas formas, creo que tú ya piensas bastante por mí.
—Bueno, no sé, es algo que se me ocurrió mientras veía el reportaje. Bien, ¿dónde están esas cervezas?
—Entrando al fondo, a la derecha. Y si por el camino te entran ganas de vomitar, acuérdate de que la iglesia está al otro lado de la calle, que siempre me pones el baño hecho un asco…

September 05, 2007 /m
diálogo
mis textos

Derechos de los trabajadores

March 13, 2007 by m in mis textos

- Eh.
- ¿Qué?
- He estado leyendo.
- Así que has estado leyendo. Qué novedad.
- Déjate de coñas, anda. ¿Sabías que tenemos derechos?
- ¿Derechos?
- Sí.
- ¿Derechos? ¿Qué derechos?
- Pues derechos del trabajador.
- ¿Qué?
- Derechos del trabajador.
- ¿Derechos del trabajador?
- Eso mismo: derechos del trabajador.
- Ya. Derechos del trabajador, ¿no?
- Sí.
- Ya.
- Que sí.
- Así que has estado leyendo.
- Sí.
- Y has estado leyendo que tenemos derechos.
- Sí.
- Derechos.
- Sí.
- Del trabajador.
- Exacto.
- ¿Y cuántos derechos tenemos? ¿Muchos o pocos?
- Hablo en serio. Me he estado informando.
- Te has estado informando y hablas en serio. Ya veo.
- No me estás escuchando.
- Pues no mucho, la verdad.
- Pues deberías, porque esto te interesa.
- Sí. Me interesa.
- Sí.
- ¿Eres consciente, querido amigo, de que somos asesinos a sueldo?
- Sí, pero también somos trabajadores. Y como trabajadores, la ley nos ampara.
- Asesinos a sueldo.
- Trabajadores.
- Matones.
- Trabajadores.
- Sicarios.
- Trabajadores.
- Bueno, como quieras. ¿Y dices que la ley nos ampara?
- Sí, ya te lo he explicado. Como trabajadores que somos, la ley nos ampara.
- Vaya con la ley. Qué bien me siento ahora que sé eso.
- Bueno, déjalo, veo que no te interesa.
- No, no, por favor. ¿Y qué derechos tenemos, si puede saberse?
- Pues derecho al desempleo, derecho a la jubilación, y otros que no me acuerdo.
- Y otros que no te acuerdas.
- (…)
- ¿Le has contado todo eso al jefe? Seguro que como empresario, le interesa.
- Guárdate tus ironías para mejor momento.
- Vale, haré un esfuerzo. ¿Y dónde, si puede saberse, has leído todo eso?
- En un folleto que llevaba Smith en uno de los bolsillos.
- ¿Smith? ¿Qué Smith?
- El sindicalista.
- ¿El sindicalista? ¿Qué sindicalista?
- Sí, coño, el que nos cargamos hace un par de semanas.
- Ah, sí. Smith. El sindicalista. Claro.
(…)
- Oye.
- ¿Qué?
- Pensaba que eras idiota, pero tienes que disculparme. Creo que en realidad no lo eres.
- Gracias.
- Creo que no eres idiota, sino profundamente idiota. Eso es lo que creo.
- Mira, olvídame. Ya me necesitarás, ya…
- Ya…

March 13, 2007 /m
diálogo
mis textos

Diálogo (idiota)

March 09, 2007 by m in mis textos

—Eh.
—¿Qué?
—¿Qué piensas tú del jefe?
—¿Qué?
—Que qué piensas tú del jefe.
—¿Que qué pienso yo del jefe?
—Sí, eso mismo.
—¿Cómo que qué pienso yo del jefe? ¿Que qué pienso? ¿En qué sentido?
—Qué pasa, ¿eres idiota?
—No.
—Pues contesta.
—Nada.
—¿Nada? ¿Nada qué?
—Pues nada, que no pienso nada del jefe.
—Ya. Venga.
—Te he dicho que nada.
—Va, no me jodas.
—Ya me has oído; no pienso nada del jefe, y punto.
—No me lo creo.
—Bueno, ese es tú problema.
—Y el tuyo que eres un idiota.
—No me vengas jodiendo, anda.
—Yo no vengo jodiendo a nadie. Sólo te he hecho una sencilla pregunta: qué piensas tú del jefe. No es tan difícil de responder.
—Tú me la quieres jugar, colega.
—Yo no te quie..., mira, que te den, paso.
...
—Eh. 
—¿Qué?
—¿Seguro que no me quieres joder?
—¿Qué te pasa, eres idiota o qué?
—No. 
...
—Un capullo.
—¿Qué?
—Un capullo, eso es lo que es.
—Vale.
—Vale.
—Lo mismo pienso yo.
—Sube la ventanilla, hace frío.
—Sí, hace frío. Es este maldito invierno...

March 09, 2007 /m
diálogo
mis textos

Este es el post de Los Reyes Magos cómo no

January 05, 2007 by m in personal

Cuentan mis padres, como anecdotario familiar que soy, que cuando en el colegio me enteré por boca del habitual espabilado de siempre que los Reyes son los padres, no me lo acabé de creer, y al parecer solicité una confirmación oficial. Supongo que la cara que puse debió parecerse a la de aquél cuando al bueno de Darth Vader se le ocurrió confesarle aquello de yo soy tu padre en pleno ataque de asma.

El caso es que como a mis 30 años sigo siendo bastante ingenuo y quizá hasta un poco tonto, todos los años sigo pidiendo cosas, a lo tonto, a ver si cuela. Después de todo, mucha gente compra lotería, y no sé qué es más fácil, que te toquen unos cuantos miles de euros gracias a unas bolitas o que un buen día tres tipos entren de noche a tu casa sin pedir permiso. Y puesto que el año pasado cumplieron bastante bien -con algo de retraso, todo sea dicho-, este año he decidido pedir amor, paz y felicidad para todos los habitantes del mundo. Menos para los que me quitan el sitio para aparcar. Para esos, un container de mierda de perro. Gracias.

-

M.: ye. quetaspedioparelles?
Ciudadano Cero: whisky
M.: ah. whisky.
M.: sólo?
Ciudadano Cero: sí, sólo. Yo tengo hielo
Ciudadano Cero: :)
M.: ;)
Ciudadano Cero: y tú?
M.: no se
M.: lo estoy pensando
Ciudadano Cero: pues date prisa, porque vienen hoy
Ciudadano Cero: lo mismo han salido ya
M.: es verdad
M.: joder
Ciudadano Cero: los camellos no creo que sea muy rápidos
M.: no
Ciudadano Cero: bueno, si llevan detrás a la poli, sí
M.: menudo asco de curro
M.: todo el puto año viajando en camello
Ciudadano Cero: por? sólo curras un día al año, y encima es mentira!!!!!
M.: que asco
Ciudadano Cero: curras un día, tienes un camello a tu disposición para tí solo (cuantos pagarían en el carmen por eso), viajas, ves mundo…
Ciudadano Cero: es el curro ideal
M.: ya claro
M.: pero y saltar la verja que?
Ciudadano Cero: son magos, entran por la ventana aunque esté cerrada
M.: menuda putada
Ciudadano Cero: como los rumanos!
M.: tú sabes como está el tema de la inmigración?
Ciudadano Cero: tienen papeles, los reyes tienen papeles
M.: ah
M.: claro
Ciudadano Cero: joer, que son reyes!
M.: es verdad
Ciudadano Cero: a canarias llegan en cayuco
M.: si es que no me centro, tío, no me centro
Ciudadano Cero: pero por solidaridad
M.: con los camellos
M.: claro
M.: ale
M.: ya

 

[La imagen del Rey es de www.fiftiesweb.com]

January 05, 2007 /m
absurdo, divagaciones, diálogo
personal

Tengo sueño déjeme dormir por favor

April 06, 2006 by m in personal

Ocho y veinte. Oigo sonar el teléfono, y en ese estado de aletargamiento en el que sólo eres capaz de atrasar el despertador cinco minutos un número infinito de veces, escucho a mi padre hablar con alguien. Bla bla bla. Le da a alguien mi móvil, aunque a mi como que ni fu ni fa. Cuelga, y a los tres minutos suena de nuevo. Y suena. Y suena. Y otra vez. (Joder, vas a tener que levantarte y cogerlo...) Así que como mi padre no lo coge, hago un esfuerzo y acabo contestando con lo que quiera que sea que sale de mi garganta nada más levantarme. Que no es mi voz.

 

—Mmmmmhh… ¿Sí?

—Verá, le llamo de nuevo porque el teléfono que nos ha dado está apagado o fuera de cobertura.

—Mmmmmhh… no me diga. (Silencio) Será porque es el mio y yo estaba durmiendo. Es que anoche me acosté tarde y… (Manolín, a este tipo no le interesa qué hacías tú anoche) …dígame.

—Pues le llamábamos para cambiar el contador del agua de su domicilio, y queríamos saber si podía pasarse el técnico esta mañana. (El contador del agua, claro. ¿El contador del agua?).

—¿Esta mañana? (joder qué hora será para que este tipo me llame) Mmmmhhh… (Silencio) ¿Esta mañana? (Silencio) Mmmmhh… (¿Has acabado los informes? Joder, los informes) No, no, va a ser imposible. ¿Y no puede ser mañana?

—No, para mañana ya están asignados los técnicos. (Ah… para mañana sí y para hoy no).

(Silencio. Tengo sueño)

—Bueno, ¿entonces qué hacemos?

—Si le parece le llamamos el viernes y vemos qué día le viene bien. (Casi mejor, así me puedo ir a dormir).

—Genial, ¿a qué hora me llamarán?

—Pues sobre las ocho y media. (Las ocho y media. Otra vez. Coño, ¿Aguas de Valencia es un servicio despertador o qué?).

(Silencio. Tengo agujetas).

—¿Ocho y media? Joder, ¿y no puede ser un poco más tarde? Es que… me acuesto muy tarde.

—No, porque luego nos quitan los teléfonos. (Ah, les quitan los teléfonos, claro… ¿?)

(Silencio. Tengo sueño).

—Ah, vale. Pues… bueno, vale, llámenme el viernes.

—De acuerdo, buenos días. Adiós.

(Silencio).

—Adiós.

 

Espero acordarme mañana de que me tengo que dejar el teléfono encendido, e intentar responder con la lucidez suficiente como para no decirle que sí a todo y acordarme de qué día y a qué hora quedo con el técnico. A las ocho y media. Por el amor de dios y la virgen María. Aunque qué más da, seguro que me llaman a casa si no contesto, para decirme que tengo el móvil apagado. Genial.

Y ahora que lo pienso, a lo mejor va y resulta que el viernes he quedado con el técnico y yo no me he enterado...

April 06, 2006 /m
absurdo, diálogo
personal

Rutina

March 26, 2006 by m in mis textos

Unos segundos de pausa, pensando en una respuesta, con la mirada fija en la silla. Ausente, de pie en una habitación semivacía y semidesierta, observa el zapato reluciente apoyado sobre el borde del asiento. La balancea ligeramente, una y otra vez, hasta que la hace caer al suelo; no hace mucho ruido. Mientras observa la escena con indiferencia, mete las manos en los bolsillos y parece resignado a ceder ante los argumentos. Tampoco es que el tema le interese demasiado.

—No sé, quizá tengas razón, pero sigo pensando que su primer disco tenía mucha más fuerza.

—No te voy a negar eso, no podría, pero el sonido, las voces, el acompañamiento, todo, todo, estaba mucho más elaborado en el que sacaron después. Eran más, no sé como decirte…

Deja la frase en el aire y se acaricia la barbilla, en un alarde de intelectualidad, buscando la palabra correcta. Le gusta regodearse en momentos como este.

—¿Más maduros? —contesta aburrido—. Sí, eso, más maduros. Es verdad que perdieron algo del empuje con el que debutaron, pero recuperaron eso con Snakes on a plane cuatro años más tarde. Jimmy Hale hizo maravillas con ese disco —afirma, con la seguridad de que tiene el combate ganado, mientras su boca muestra una ligera sonrisa de satisfacción.

Unos segundos de silencio en los que no se escucha más que un leve y rítmico sonido, similar al de una bisagra oxidada que se abre y cierra. Mantiene la mirada al frente, mientras juega con las llaves en el bolsillo. Gira levemente la cabeza y estudia la ropa de su compañero durante unos segundos.

—Me gusta el traje que llevas. Te debió costar un montón de pasta.

—Puedes apostar a que sí. Sus buenos dos mil pavos —dice mientras se pasa las manos por las solapas, alisándolo—. Estoy realmente orgulloso de él.

Más silencio, y las mismas dos miradas aburridas, esperando. Cinco, diez, veinte, treinta segundos.

—Te apuesto esos dos mil pavos a que tarda más de cinco minutos en dejar de balancearse —propone, con la misma mirada seria e indiferente.

—Hecho. Y el que pierda, lo baja. Hoy no quiero mancharme.

—Pues tendrás que ir con cuidado —advierte con el semblante serio, sin sacar las manos de los bolsillos.

En realidad, le importa bien poco si pierde o gana, pero al menos así está entretenido.

—Descuida —dice al tiempo que una sonrisa asoma por la comisura de sus labios.

A medio metro sobre el suelo, un cuerpo inerte con la garganta destrozada por una soga, se balancea al final de una cuerda, hasta que se detiene cuatro minutos y treinta y seis segundos después.

March 26, 2006 /m
diálogo
mis textos

Sandwich de pollo

March 14, 2006 by m in mis textos

—Hey. Sorpréndeme.
—Mira eso.
—Vaya. ¿Qué ha pasado?
—Ni idea, más allá de lo evidente, claro. Parece un ajuste de cuentas, pero vete tú a saber.
—Desde luego, si lo era, tenía muchas pendientes. Muchísimas. ¿Sabemos quién era?
—Lo están averiguando, pero de momento no hay nada. No hay documentos y no creo que quede demasiada cara que reconocer debajo de esa piedra.
—Media tonelada.
—Por lo menos.
—¿Alguna huella?
—¿Ves algún dedo?
—¿Oye, y eso de ahí?
—Ah, no, eso han sido los perros. Lo encontraron antes que nosotros.
—Ya veo. ¿Qué comes?
—Sandwich de pollo, aunque porque lo decía en el envoltorio. No sabe a nada. ¿Tienes hambre?
—Adivina.
—Toma, cómete el resto. Yo me largo que llevo aquí toda la noche. Habla con el forense y que me llame luego.
—Bien. Oye, esto está de muerte.

March 14, 2006 /m
diálogo, ficción, ficción2
mis textos

Canta

January 13, 2006 by m in mis textos

—Te advierto, Dee, que me estás cansando.

—Ka, te juro que no sé de que me habláis.

—¿No? Yo creo que sí, y a lo mejor si te machaco el pulgar recobras la memoria.

—¡Joder, Ka! ¡Po, díselo tú! ¡No sé nada!

—A mi no me metas, Dee, apáñate con él.

—Es curioso, Po. A todos les falla la memoria hasta que empezamos a romperles cosas.

—Somos amigos, venga, Ka, Po, joder, tenéis que creerme.

—Mira, Dee, a mi me encantaría creerte y a Po también. Pero es que no acabas de convencerme, así que será mejor que si abres el pico, sea para cantar. Y te aconsejo, como amigo, ya que lo mencionas, que empieces cuanto antes. ¿Po, a ti qué te gusta más, cortar o romper?

—Cortar sin duda alguna. El tema de la sangre es un poco escandaloso pero no tiene comparación.

—Ya le has oído. Reflexiona, hombre. Hazme caso, no ganas nada salvando a otros. Mira, vamos a darte una última oportunidad; si hablas ahora, por ser tú, te dejamos que te vayas por tu cara bonita, a pesar del tiempo que nos has hecho perder.

—Dios chicos por favor…

—¿No quieres hablar? No estás colaborando mucho, y es una verdadera pena. Esto me va a doler más a ti que a mi, Dee. Bueno, quizá no tanto. A ver, amigo mio, si lo que pasa es que necesitas un pequeño aliciente. ¿Tú que crees, Po?

—Yo creo que dentro de un rato cantará hasta ópera.

—Pues todo tuyo.

—…

—¿A qué estas esperando?

—¿Cómo que todo mío?

—Pues eso. Haz con él lo que quieras, es tuyo.

—¿Cómo que lo que quiera?

—Pues eso, joder, ¿tengo que explicártelo todo?

—¿Ka, eso es una pregunta retórica?

—Oye chicos, que por mi no discut…

—¡Tú cállate! ¡Venga, Po, haz algo, coño, córtale un dedo, rómpele un brazo, innova, haz algo, yo que sé!

—…

—¡Va!

—¡No puedo! ¡Ya sabes que estoy en contra del uso de la violencia! Además, la sangre me da mucho yúyu.

—Pero Po, si me acabas de decir que lo que te gusta es cortar, ¡hasta él lo ha oído!

—¿Yo? Yo no he oído nada.

—Dee, te aconsejo que te calles. ¡Y joder, Ka, lo he dicho porque eso es lo que digo siempre!

—Eres la hostia, Po. ¿Y ahora qué?

—¡Joder, pues hazlo tú!

—¡Ah no! El trabajo sucio es cosa tuya. Trabajo sucio: Po. Pe. O.

—Pues ya lo sabes: yo no puedo.

—Joder, mecagüen la pu… Mira, Dee, por esta vez te vas a librar, pero la próxima vez que te pillemos, será mejor que cantes.

—Sí, sí, claro, lo que vosotros digáis.

—¡Y deja de reírte, o te metemos una bala por el culo!

—Ka, tendrás que hacerlo tú, porque lo que es y…

—¡¿Quieres callarte, Po?! ¡Y tú, ya estás largándote, antes de que me arrepienta!

—…

—Joder. Es la sexta vez que nos pasa esta semana.

—Ya lo sé, Ka, ya, pero qué quieres, era mi propósito para el nuevo año.

—Conque iba a cantar hasta ópera. 

January 13, 2006 /m
diálogo
mis textos

Te quiero, tío

January 03, 2006 by m in mis textos

—Oye Ka, ¿alguna vez te paras a pensar en nosotros?

—¿Nosotros? ¿Cómo que si me paro a pensar en nosotros?

—Pues eso, que si te has preguntado qué haremos después de esto.

—Bueno, Po, digo yo que nos jubilaremos… pero tú por lado y yo por el mio, ¿no?

—Sí, claro, Po.

—Sorpréndeme, anda.

—Pues que estaba pensando, con esto de la Navidad, en Lu.

—¿En Lu?

—Sí, ya sabes. En lo que pasó cuando le insinuó al jefe que estaba pensando en jubilarse. En lo que le pasó.

—No deberías pensar en eso, todo aquello fue un lamentable accidente.

—Pero es que me acuerdo de él y me da pena. Lu era un buen tipo. Un poco violento, vale, pero buen tipo.

—Claro que lo era, pero lo hecho, hecho está.

—Ya, Po, pero es que…

—¿Es que qué?

—¡Joder! pues que… que..

—Coño, Po, ¿qué?

—Pues… pues… ¡pues que te quiero, Ka! Y que si te vas, ¡te voy a echar mucho de menos!

—¡Por el amor de dios, Po, que eres un puto asesino a sueldo!

—…

—¡Que sí, que yo también te quiero! ¡Pero por favor, deja de llorar, hombre, deja de llorar!

—…

—…

—Oye, Ka.

—¿Qué?

—Gracias, tío.

January 03, 2006 /m
diálogo
mis textos

Jesús María y José

December 25, 2005 by m in mis textos

—Siéntate, anda, que tenemos que hablar.

—Dime, cariño.

—¿No tienes nada que contarme?

—Uhmmm… no sé…

—Yo creo que sí. Piensa un poco, anda, seguro que hay algo de lo que te gustaría hablar.

—Vaya por Dios… ¿Quién te lo ha dicho? No me digas que ha sido la Mag…

—Pues sí, ha sido la Magdalena.

—¡Pero será puta! Menuda maruja, mira que le he dicho que no dijese nada…

—¿¡Qué no dijese nada?! ¡Pero si lo sabe todo el pueblo!

—Déjame explicarte, que no es lo que parece…

—¿Qué no es lo que parece? ¿Qué no es lo que parece? Y entonces, ¿¡qué es?!

—Pues… pues… !pues un ángel, ha sido un ángel!

—¡Un ángel! ¿He oído bien? ¡Un ángel! ¡Si no va y me dice que ha sido un ángel! ¡Un ángel! Cariño, ¡al menos un poco de sinceridad, digo yo, vamos, que son ya muchos años!

—Bueno, la verdad es que ha sido un ángel, pero no ha sido un ángel…

—Lo sabía… bien, ya empezamos a entendernos. Bien, y si no ha sido un ángel, ¿quién ha sido?

—Pues ha sido… es que si te lo digo no te lo vas a creer…

—Creo que después de lo de tu ángel, estoy curado de espanto.

—No creas, vas a alucinar…

—Venga, habla…

—Pues ha sido… ha sido Dios.

—Vaya hombre, o casi mejor, vaya por Dios. Pues tenías razón, flipando me tienes. Pero cariño, ¿qué te has tomado?

—Sí, la verdad es reconozco que suena un poco raro…

—¿Un poco raro? ¿Sólo un poco? Esto es la monda. Primero me dices que ha sido un ángel y ahora que ha sido Dios. Pero a ver, María, ¿tú te crees que soy tonto o qué?

—Bueno, la verdad es que ni siquiera me ha tocado, ha sido todo por inspiración divina, o eso ha dicho el ángel.

—Qué quieres que te diga, supongo que al menos es un consuelo… aunque no se si tomármelo bien o mal.

—Anda Pepe, créeme aunque sea un poquitín, que te lo digo de verdad.

—Sí, claro, como si fuera tan fácil. Eso sí, al crío se lo explicas tú, que yo no sé como contarle todo esto. Y a los vecinos… joder, a los vecinos mejor no les cuentes nada de lo del ángel ese y Dios, que una cosa es que yo sea un cornudo, pero es que a ti te van a tomar por loca, aunque todo sea dicho, no sin razón. ¿Dios mio, qué habré hecho yo para merecer esto?

—…

—María, desde luego, contigo me estoy ganando el cielo…

December 25, 2005 /m
absurdo, diálogo
mis textos

Eres un bocas

December 14, 2005 by m in mis textos

—Eh, Ka… Eh… ¡Eh!

—Mmmmmfff… joder…

—¡Ka!

—Mmmmmfff… mierda, Po… ¿qué quieres?

—Mira a aquel tipo.

—…

—Coño, Ka, despierta y mira a aquel tipo.

—Mmmmmfff… hay que ver lo coñazo que eres a veces…

—Va, míralo.

—Joder… ¿qué tipo?

—Aquel, el del coche rojo.

—…

—¿Pero me quieres prestar atención?

—Mmmmmfff… sí, vale… coche rojo, coche rojo… ¿qué puto coche rojo?

—Aquel, el de la esquina.

—Sí, veo el coche y veo el tipo, ¿cuál es el puto problema?

—El puto problema… el puto problema eres tú, capullo… mira lo que está descargando.

—¿Lo que está descargando?

—Sí, sordo de los cojones, lo que está descargando; míralo, ¿no te parece que hay algo raro?

—¿Raro? Es una puta alfombra. ¿Qué tiene de raro una puta alfombra? Déjame dormir, anda.

—No, no, atiéndeme. Hay algo raro… es… es… es demasiado grande… es… es como si llevase algo dentro.

—Joder tío, ¿qué has desayunado hoy?

—Café con leche, gracias. Sí, sí, estoy seguro. Mírala bien; abulta demasiado. Y si te fijas, no carga con ella aunque él es bastante grande.

—Le dolerá la espalda, o vetetúasaber. Tú mismo lo has dicho, es demasiado grande. Házte mirar eso, de verdad. (Mecagüenlaputa despertarme para esto…)

—Espérame aquí, creo que me voy a acercar a mirar, sólo será un segundo…

—Y una puta mierda te vas. No te mueves del puto coche; como nos llamen y no estemos listos se nos cae el pelo y no me pienso llevar una bronca del jefe por culpa de tus jodidas paranoias.

—Joder, que será sólo un momento, de verdad. No creo que… mierda, vaya puta casualidad.

—¿Ves, listo? Por hablar. Ka. Sí. Sí, está conmigo. Vale. Diez minutos. Bien. Adiós. Vale. Nos movemos; tenemos diez minutos.

—Porca miseria. Bueno, al menos no pases muy deprisa a su lado… vale… vale, no corras no corras…

—Todo sea porque no me des la pa… coñocoñocoño. Joder, ¿eso es una cabeza saliendo de la alfombra? ¡Ese ijoputa tiene un puto cadáver en la puta alfombra!

—¡Ja! ¡¿Ves cómo tenía razón?! ¿Quién es ahora el listo, bocas, más que bocas?

—No te pases.

—¡Listo, que eres un listo!

—Vale, sí, tenías razón, ¿qué coño quieres, un puto caramelo?

—No, con eso es suficiente, gracias, eres un sol.

—Pareces un cretino con esa sonrisa idiota en la cara.

—Yo también te quiero… y acelera, capullo, que llegamos tarde.

…

December 14, 2005 /m
diálogo
mis textos

Contenido con licencia CC BY-SA 4.0 · Política de cookies