Malas estrategias de marketing

Hace un par de semanas, mientras me acerco al coche, distingo cogido al parabrisas delantero una pequeña hoja del tamaño y color característico de las multas de la policía local. Aunque estaba relativamente seguro de haber aparcado en un lugar correcto, mientras me acercaba iba perdiendo esa seguridad, que era sustituida por nerviosismo y mala leche a partes iguales. Cuando empezaba a introducirme mentalmente en el parentesco del urbano al que atribuía la multa, observo que los dos coches de delante tienen sendos papelitos. Empiezo a pensar que se trata de una mudanza o una obra improvisada y mal señalizada, hasta que cojo el trozo de papel en cuestión y descubro que se trata simplemente de publicidad, impresa en el mismo tamaño y color que las multas de tráfico. Si fue una mera coincidencia, hay que ser muy gilipollas. Si por el contrario era intencionado como estrategia de marketing, me cuesta imaginar una idea peor. En definitiva: hay que ser gilipollas.

Koipesol

Que las compañías de seguro hacen negocio del miedo, a pesar de enmascararlo de tranquilidad, no es un secreto; ¿de qué otra forma sino podrían vender que desembolsases una cierta cantidad de dinero al año por si pasa algo que quizá no pase nunca? Se me ocurren pocas otras formas, si acaso alguna.

Pero que en un anuncio de aceite de girasol Koipesol salga una mujer en avanzado estado de gestación diciendo que ella con Koipesol está tranquila —a raíz de aquella partida ucraniana contaminada hace unas semanas—, no es sólo hacer negocio del miedo, sino también del oportunismo más abyecto. Abyecto. Qué bonita palabra, ¿no creen?

Dove y Axe: Unilever

Hace unos meses les hablé de Nivea. Hoy vengo con algo de Unilever, la empresa de la que salen productos tan diferentes como Dove por la belleza real y Axe por la belleza sexista (¿?). Este es un post sobre la hipocresía, y sobre cómo vender una estrategia comercial como ética empresarial.

Habla con tu hija antes de que Unilever lo haga

Habla con Dove antes de que sea demasiado tarde

Vía eTc.

Telefónica de España strikes again

Lo ha vuelto a hacer. Tras contratar una línea ADSL más llamadas con una promoción que incluía el alta gratis, Telefónica nos carga en cuenta una factura de 110 euros por los conceptos de alta de línea y alquiler de un terminal DOMO inexistente. Y me recomienda que no devuelva la factura, ya que en ese caso quedaría como importe pendiente. Cuenten mil clientes a cien euros el cliente, a un 5% de interés anual durante dos, tres o cuatro meses, que es lo que tardarán en devolver el dinero. Ahora sumen los que no se dan cuenta del error y pagan sin rechistar.

Si sirviese de algo, me acercaría a la tienda de Telefónica más cercana y la quemaría. O me sacaría la chorra y mearía en medio de la tienda. O me subiría al mostrador y cagaría encima. O haría las tres cosas juntas. Ya sé que eso no arreglaría nada, pero me haría sentir mejor. Mucho mejor.

Pasen buen fin de semana. Yo intentaré mantenerme dentro de la legalidad.

Nivea, anuncios y mentiras

No sé si han visto el último anuncio de Nivea. 

En él, perteneciente a su última campaña, esta compañía parece querer adoptar la estrategia de Dove, que se basa en afirmar que la belleza no está única ni principalmente en las pasarelas o en los anuncios de moda, y que no hay que estar bordeando la anorexia —o estar de lleno metida en ella— ni tener unas medidas perfectas para ser una mujer atractiva y bella. El eslogan, que seguramente recuerden, es "Por una belleza real", y en sus anuncios se ven mujeres que, aunque obviamente han sido cuidadosamente seleccionadas, no siguen el estereotipo de la mujer escuálida de los desfiles de moda o las páginas de Vogue.

Como decía, Nivea está intentando hacer lo mismo con esta campaña, y según leo en Mira lo que veo —por cierto uno de los pocos blogs que he encontrado críticos con el contenido del anuncio—, la Directora de Marketing de Relaciones con los Consumidores de la central, Jo Wood, afirmó que «ésta es una nueva visión para Nivea que aboga por una visión holística de la belleza. No hay una fórmula estereotipada de la belleza. Nivea reconoce que la belleza es auténticamente individual y multifacética».

Miren la imagen que aparece debajo y vuelvan a ver el spot publicitario. ¿De verdad les parece que, a la vista de las pruebas, Nivea piensa que "la belleza es auténticamente individual y multifacética"? ¿No es demasiada hipocresía querer vender una belleza no estereotipada a través de un anuncio en el que básicamente salen chicas jóvenes terriblemente guapas y atractivas, continuando con el modelo de belleza al que las revistas de moda nos tienen tan acostumbrados y que Nivea *simula* rechazar?

ONO y sus campañas

¿Se acuerdan ustedes de aquella rastrera publicidad de ONO en la que se aprovechaban del movimiento conocido como "Abrazos gratis"? Seguramente sí.

Bien, no se de dónde saca ONO sus campañas publicitarias, ni cuánto paga por ellas, ni si las hacen ellos o las contratan, pero sea como sea, lo cierto es que se superan día a día, porque la última es casi "mejor" que la anterior que les comentaba, y permítanme algo de ironía. En su última campaña, aparece un sujeto diciendo algo como "9 euros al mes, todo incluído", y se permite compararse con otras compañías de telecomunicaciones. Según CincoDías.com, «La compañía asegura que, a diferencia de las promociones de sus principales competidores, esta iniciativa 'no tiene sorpresas ni costes ocultos'.» Ya, claro.

No se lo pierdan. No es suficiente con que mientras el tipo este dice lo de los nueve euros aparezca debajo una pequeña leyenda diciendo que en realidad, no son nueve, sino 10,44 con IVA incluido (¿sin sorpresas? ¿sin costes ocultos?), sino que al parecer la oferta dura únicamente hasta el 31 de julio, momento a partir del cual pasa a costar 56,49 euros (seguramente, sin IVA incluido). De todo esto, por supuesto, se informa en la parte inferior de la pantalla a una velocidad nada despreciable y en letra Times New Roman número 6.

ONO: sorpresas no, publicidad engañosa sí.

Borregos 'r' us

Como es posible que sepan, una de las muchas críticas que se le hacen al llamado mundo occidental -o civilizado, si quieren, y no diré nada al respecto- en su "relación" con el también llamado Tercer Mundo -o subdesarrollado, si quieren, y aquí tampoco diré nada al respecto- es que les proveemos de alimentos pero no les dotamos del conocimiento y la tecnología que les permita cultivarlos por ellos mismos. Claro que aunque lo hagan, luego no dejamos que les salga rentable vendérnoslos, pero de eso ya hablaremos otro día.

Bien, pues algo parecido he pensado hace un rato al leer esta noticia sobre la nueva campaña de prohibición de publicidad del alcohol destinada a los jóvenes. Supongo que en lugar de educar a las personas a tomar decisiones por sí mismas, en lugar de proveerlas de un aparato crítico para que puedan pensar por sí mismas, resulta mucho más sencillo y conveniente decirles lo que pueden hacer y lo que no mediante un divertido sistema de prohibiciones. Mejor mantener agilipollada a la población -toros, fúrgol, OT, Gran Hermano y olé- que plantearse qué es lo que se está haciendo mal para que, por ejemplo, el consumo de cocaína entre los menores se haya disparado, o un chaval de quince años beba tres cuatro o cinco veces más alcohol que yo cualquier fin de semana (les doy una pista: entre otras cosas el sistema educativo actual es una mierda, y eso no crean que implica que el anterior fuese excepcional). ¿Conocen aquello de matar moscas a cañonazos? Pues eso.

No es cuestión de victimizar a la juventud sino de hacer una mínima reflexión, aunque como siempre les digo, una persona que piensa se convierte en un potencial problema, y por supuesto eso no interesa a nadie. Se vuelve peligrosa.

Creo que ya se lo he dicho, pero estaré en Sassari hasta el miércoles que viene, así que si alguien desea algo, tendrá que esperar un poco. Sean buenos mientras tanto.

Show me the money!

Escribir sobre cuestiones de actualidad tiene el peligro de que o lo escribes cuando toca, o el tema caduca. También tiene la ventaja de que como cada día pasan unas cuantas cosas, pues entre todas ellas seguro que encuentras alguna sobre la que escribir.

Pues bien, yo tenía pensado escribir sobre un experimento del Washington Post en el que un famoso violinista simula que es un músico callejero para comprobar la reacción de la gente [The Washington Post] [Seth Godin] [Fogonazos], pero a última hora he decidido que no tenía probablemente nada que añadir, así que ahí les dejo unos cuantos enlaces si les apetece indagar en la noticia. Hay muchos más, sólo tienen que hacer uso de Google.

Verán, estas navidades mi bro me regaló un chisme que se conectaba al ordenador por USB y servía de receptor de TDT: Televisión Digital Terrestre. Así pues, es lo que utilizamos por la noche para ver la tele, y hace algún tiempo (¿ven? ya se lo dije: desde hace algún tiempo todo pasa desde hace algún tiempo) nos sorprendió que en una de las cadenas -creo que Antena 3- hubiera una cantidad sorprendente de publicidad institucional de la Comunidad de Madrid; el cortijo de la Espe, ya saben, la liberal que no llega a fin de mes. No se trata de publicidad para el turista de fuera, sino de publicidad para los madrileños: para el votante. Sin exagerar lo más mínimo, en algunos cortes de anuncios la proporción era casi de uno a uno con los anuncios de otros productos.

A raíz de eso, como soy un curioso, me he puesto a buscar y sin hurgar demasiado he encontrado esta noticia (y esta), y yo me pregunto, como ya lo hice por partida doble hace algo más de tres años (una y dos), si no sería posible limitar por ley lo que un ente gubernamental puede llegar a gastar en este tipo de publicidad -en mi opinión- claramente malintencionada.

Y es que es muy fácil comprobar cómo se incrementan los anuncios y el marketing "oficial" cuando llegan -sobre todo- las elecciones municipales; publicidad que debería tener como función principal la de difundir las mejoras y programas estatales o locales, así como crear confianza en los ciudadanos -independientemente de su orientación política- que favorezca el bienestar, se utiliza como burdo recurso electoral al servicio del partido que gobierna. Ay. Qué mierda de políticos.

Vamos, nada que ustedes y yo no sepamos, pero qué quieren...

Anuncios que no me gustan (de la DGT)

No me gusta la actual campaña publicitaria de la DGT, entre otras muchas cosas de este organismo. Por ejemplo, tampoco me gusta la prepotencia de su director ni la falta de ideas y soluciones del ente que dirige, no me gusta que crean que pueden sustituir los agentes de tráfico por radares, no me gusta que nos echen la culpa de todo a los conductores y no me gusta que de los cinco tramos más peligrosos en 2006 cuatro de ellos no hayan sido modificados [El Mundo].

Pero seguro que nada de esto es una sorpresa para nadie porque desde hace un tiempo me quejo de todo. Se habrán fijado además que desde hace un tiempo, todo pasa "desde hace un tiempo". Ya nada pasa ahora o me pasó en el pasado, y perdonen la redundancia. Ahora las cosas me pasan siempre "desde hace un tiempo"; supongo que será la edad, pero ya vale de gilipolleces. Que decía yo que los nuevos anuncios de la "empresa" del Pere Navarro no me gustan, y no porque me resulten desagradables, sino porque no me resultan. Voy a intentar explicarlo, aunque lo más probable es que fracase.

Bien. Si saliese en pantalla mi madre, mi novia, o alguno de mis amigos, indignados y diciéndome algo como "M., eres un gilipollas por no ponerte el cinturón", o "M., eres un gilipollas por no llevar casco", o "M., eres un gilipollas por correr más de la cuenta", encontraría lógica su indignación. He de asumir que si me mato, aparte de echarme a mi mismo mucho de menos, hay otras personas que van a sentir mi pérdida, por lo que es lógico que se muestren enfadadas o reflejen rabia al exigirme que haga el favor de seguir las normas de circulación. Hasta aquí, todo correcto.

Pero que esa indignación la muestre gente que no conozco de nada, y para la que no represento nada, me parece ridículo y poco creíble. Ninguno de ellos sentiría mi muerte en absoluto, porque son sólo actores. Y uno puede llegar a creérselo cuando *todo* transcurre en pantalla, es decir, cuando tanto la madre, el amigo, la novia, o la esposa, como el protagonista, son actores; cuando todo, absolutamente todo, es una escenificación. Pero cuando alguien que tú no conoces se dirige a ti con rabia y aparente preocupación, no funciona, no. Porque sabes que ninguno de ellos lo sentirá si te matas; porque sabes que sólo la rabia real es rabia, sólo la preocupación real es preocupación, y la fingida, no lo es. No.

Breves

Me pregunto cuándo se darán cuenta las radiofórmulas, y si lo harán, que sustituir la publicidad de productos de terceros por cortes interminables en los que se repiten una y otra vez las bondades de la propia cadena no es, exactamente, lo mismo que no hacer publicidad.

De hecho, es bastante peor.

Las mujeres conducen mejor

Ayer por la noche, cuando vi el anuncio ese en el que salen mujeres diciendo que conducen mejor que los hombres, casi me da un ataque. De risa, un ataque de risa. Déjenme explicarles, que tengo mis razones. No es que dude de que las mujeres conduzcan *mejor* que los hombres, que sí, que lo dudo, sino que en las horas previas:

a) Me encuentro en la autopista Albacete-Valencia con dos mujeres a cien por hora por el carril rápido y sin intención de moverse de él.

b) Una mujer se me cruza en Blasco Ibáñez sin señalizar ni tener en cuenta que a su izquierda estoy yo.

c) Casi me mato por la decisión de última hora de una hija de la gran puta de no entrar en un túnel y colocarse de repente a dos metros de mi coche.

Todo eso, por supuesto, no hace que las mujeres conduzcan peor que los hombres, pero como mínimo, fundamenta mi opinión de que no conducen *mejor*.

Meetic.es (pensamientos al azar)

Me encanta la última campaña publicitaria de Meetic, y en particular algunos spots cortes. De verdad. Ya saben, esa que tiene como slogan lema "Las reglas del juego han cambiado", y en la que aparecen mujeres diciendo o haciendo cosas que habitualmente nos han correspondido a los hombres. Es decir, "cosas". Cosas como olvidar el nombre de tu partenaire o cosas como tratar a la mujer como poco más que un objeto sexual. Cosas por las que a los hombres se nos ha criticado y condenado durante mucho tiempo, porque se suponía que eso no estaba bien, era moralmente reprobable, etc etc. Pero vaya, resulta que no sólo no está mal, sino que está bien (porque ellas también lo hacen). Y es una suerte, porque así al menos los hombres no sólo no tendremos que sentirnos culpables la próxima vez que olvidemos el nombre de ella, sino que además podemos sentirnos justificados (porque ellas también lo hacen).

En realidad, las reglas del juego no han cambiado. Para nosotros no.

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(Desde un punto de vista algo, pero no mucho más serio, y adoptando el enfoque de este anuncio, no parece que la mujer desarrolle comportamientos propios "evolucionados", sino que da la sensación de que se limita a adoptar aquellos típicamente masculinos -y poco loables, por otro lado-, y quizá perdiendo en el camino valores -o vayaustéasaberqué- que le corresponden a ella como mujer. Y no me refiero de la liberación sexual, que nadie me malinterprete. La cuestión aquí es que parece que la mujer asume en el camino hacia la igualdad de sexos que su única vía es la "masculinidad" de los, *sus*, comportamientos, tanto a nivel privado, como a nivel público. La cuestión es por tanto, así a bote pronto y sin pensarlo mucho más, si ese es el único camino, o hay otros. Y que nadie se tome esto demasiado en serio, como pone en el título, es sólo un pensamiento al azar.)

Vamos de estreno: publicidad engañosa

Ya lo he dicho alguna vez. En el momento que te pones manos a la obra, nunca mejor dicho, con tu propio "Redecora tu vida", no tardas en descubrir que las cosas no son siempre del color con que las pintan. los publicistas. Es más, nunca lo son. De hecho, si hay un color del que no lo son es del de una chica monísima de la muerte, divina con sus pantaloncitos cortos y .decorada. para la ocasión, sonriendo mientras posa pintando con un pincelito vayaustedasaberqué. Pues no. No. Que no, ni de lejos. Lo repito: no.

En realidad, el color de tal reforma vital, y lo digo por experiencia, se suele parecer mucho más a las agujetas, y éstas sí que son de la muerte. Al dolor de espalda, de piernas, de brazos, de manos, de pies, de cabeza y de culo, es decir, a llegar a casa como si te hubiesen molido a palos. Se parece más a coño como pesa este puto rodillo y qué alto está ese techo, a que te caigan gotas de pintura en los ojos, o a no poder pegar el polvo pre-siesta dominical ni su correspondiente siesta -también dominical- porque te espera una pared por pintar -y eso se dice pronto. Se parece más a esperar impacientemente a que te llame el fontanero, a bajar sacos de escombro, a ladrillos, cemento, yeso y escayola. A salir con prisas del trabajo para poder hacer algo antes de que se haga de noche y pasarse el fin de semana entre las cuatro mismas paredes; a rascarse mucho el bolsillo y apretarse más el cinturón. A heridas en las manos, en los brazos, en las piernas, en los pies y a sangre (con dolor pero sin lágrimas). Y por supuesto, ante todo, se parece a rascar la mierda -casi literalmente- del suelo del baño, del techo, de las paredes y de las ventanas; de las puertas de las lámparas y de los rodapiés. Se parece al amoníaco a la lejía al salfumán y al desengrasante, que aunque quizá no sean el color, sí que son el olor.

Pero no se parece, nunca, nunca, nunca, NUNCA, a una chica monísima de la muerte, divina con sus pantaloncitos cortos y .decorada. para la ocasión, sonriendo mientras posa pintando con un pincelito vayaustedasaberqué. No. Así que no digáis que no os avisé.

Nos vamos de concurso (o no)

El pasado viernes, un tal Rafael G. me dejaba este comentario, justo después de fallar la pregunta antispam y tras leer —parcialmente al menos— mi autobiografía:

 

«Hola, Insociable. Porque pensamos que la honestidad brutal es una forma de locura, te invitamos a que participes en nuestro programa. Estamos buscando gente chalada que esté dispuesta a cualquier cosa por ganar un coche. El concurso se llamará DISTRACCIÓN FATAL. Si alguien quiere participar, sólo tiene que escribir a:

concurso [en] distraccionfatal [punto] com rafa.redaccion [en] gmail [punto] com

Envía esta información a todos tus contactos. Que nadie se quede sin saberlo».

 

A pesar de lo que pueda parecer, seguramente tras la entrevista verían que soy realmente un tipo bastante serio y que no da demasiado juego. Rebuscando un poco además, ejem, lo cierto es que no es el tipo de programa al que yo iría, pero oiga, que hay gente para todo, y sirva esto como publicidad gratuita, que es después de todo lo que buscaba Rafa.

Y no, claro que esto no es un blog de propaganda, y es obvio que el mismo mensaje —el mismo que ese primer comentario no incluido— ha sido posteado en algún otro blog, pero bueno, yo no soy Borjamari y es casi la una.

Y punto.

La tienda en casa

Traigo hoy un bonito a la par que útil producto obsequiado por Ciudadano Cero. Cableatierra(TM):

Su uso, extremadamente sencillo, y su reducido tamaño, facilitan utilizarlo en cualquier tipo de situaciones, ya sea en casa, la oficina, comidas familiares, reuniones con clientes... Y su uso no podría ser más sencillo. Coloque un extremo a la muñeca y el otro al suelo, y listo. Nadie más le agobiará, porque con este útil intrumento todo derivará a tierra. No más estrés, no más conversaciones idiotas, no más tonterías. ¡Quédese en las nubes para siempre! ¿Que su madre empieza que fuma demasiado, que no va nunca a verla, que frecuenta mujeres que le tutean o que su casa no es una pensión? ¡Tranquilo! ¡Con Cableatierra (TM) nadie más le estresará! ¿Que su novio empieza que si quiere usted más al perro que a él, que ya sólo se fija en sus amigos, que no le atiende o que hay falta de comunicación en la pareja? ¡Nada, nada! ¡Tranquila! ¡Con Cableatierra (TM), a ti plim! ¿Que toca reunión de la Tecnología del Farfullo en el siglo XXII, que se ponen a hablar de la reproducción de la mosca cojonera y de las técnicas de rebanado de patatas? ¡No pasa nada! ¡Con Cableatierra (TM), que hablen de lo que quieran!

Ramón Ramírez lo compró y ahora es un hombre feliz: «A mi todo el mundo me daba la paliza. Que si la suegra, que si mi madre, que si mi mujer, los niños, el jefe, mi amante, el perro, hasta cuando me iba de putas me comían el tarro... pero desde que me compré Cableatierra (TM), todo ha cambiado para mi. Cuando alguien empieza a comerme la oreja, me conecto a tierra y estoy tranquilo. Cómprelo, no se arrepentirá».

Ya lo ha oído. Ahora, y por tiempo limitado hasta final de la década, por tan sólo 20 euros puede usted disfrutar de Cableatierra (TM), y ahorrarse esas migrañas que le atacan por la noche. Y si lo desea, por el mismo precio, se lo mandamos en papel de regalo. Para ese cónyuge que evade sus responsabilidades, para ese amigo que ha pasado demasiado tiempo atendiendo reuniones. ¡No deje que su pareja utilicé nunca más el dolor de cabeza, oblíguele a buscar otra excusa! ¡Recupere a un amigo! ¡Hágalo hoy! Con Cableatierra (TM), es fácil, es rápido y es cómodo.

¡Compre Cableatierra (TM) ahora!

Oferta válida para Península, Baleares y parte del extranjero. Producto disponible en diferentes tamaños y colores; consulte disponibilidad. La información mostrada es gratuita a título exclusivamente informativo, no estableciendo ningún compromiso o relación contractual entre el anunciante y el comprador. El producto final puede diferir ligeramente en longitud y color con el modelo expuesto.

Nada nuevo bajo el sol

Hace un par de meses, había un anuncio en televisión en el que un sujeto aparecía disfrutando de diversos lujos para acabar el día encima de un escenario como cantante punk gritando aquello de Maldita sociedad, maldita hipocresía. Vamos, que el colega en cuestión se pegaba la vida padre para luego berrear en contra del cóctel de gambas que se había zampado en un lujoso restaurante. O de lo que éste representaba, que al fin al cabo, las gambas no le han hecho daño a nadie. Renault Laguna: Seamos sinceros, a todos nos gusta vivir bien. No se porqué, al sacar el tema me acuerdo de Extremoduro presentando su último disco en los locales de la SGAE.

Bueno, respecto al anuncio, alguien me comentó que le resultaba desagradable por los valores que representaba. Para mí, más bien al contrario, y no es que me resulte especialmente agradable, sino que pienso que el anuncio no es otra cosa que un reflejo fiel de esta sociedad. Y es que a todos nos gusta vivir bien; a mí el primero. Qué mal está el mundo, pobres gentes allá en el tercer mundo... cambia de canal, anda, que creo que ponen fútbol, y tráeme una Coca-Cola que tengo sed. Supongo que lo que no nos gusta tanto es ser sinceros con nosotros mismos.

Nada nuevo bajo el sol, ya lo sé. A ver si voy a venir yo ahora a descubrir América, con lo que cuesta moverme de mi casa. Claro que el derecho al pataleo y a silenciar nuestras propias conciencias es algo que tampoco nos puede quitar nadie. Eso, si es que el hecho de que en el mundo muera nosecuánta gente de hambre, nosecuánta anta gente de sed, nosecuánta gente de SIDA, nosecuánta gente de nosecuántas cosas, que al final resultan ser nosecuántas muertes de personas por nosecuántas cosas (muchas de las cuales con solución), es un problema de conciencia (consecuente) para alguien a este lado del universo. Algo que, permítanme la licencia, y con las excepciones de siempre, que haberlas, haylas, lo dudo mucho.

Porque me podré quejar, lamentar, pero lo cierto es que yo no necesito dos putas camisetas más, ni dos ni diez. Ni ir al cine semana sí semana también. Ni un reproductor de mp3. Ni conexión a Internet. Ni este ordenador, ni un coche de dos millones y medio. Ni una casa de 75 m2. Ni un lavavajillas. Ni un móvil de última o primera generación. Ni tanto libro, ni tanta ropa, ni tanto lcasei inmunitas. Ni ambientadores para la casa, radio MP3 para el coche o champú con extractos vegetales. Por empezar con algo. Y con toda seguridad, tú tampoco necesitas nada de eso. Pero para qué vamos a negarlo, a todos nos gusta vivir bien, y tomarnos una cerveza fresca al solecito en una terraza, mientras comentamos lo jodido que está el mundo. No es que estemos anestesiados, no. Es que nos pinchan y no sangramos.

Este mundo puede ser una mierda, pero si lo van a cambiar, que avisen, que me gusta como vivo y apuesto que a ti también.

Y enciende la tele, creo que ponen fútbol.