¡Fúrgol!

No es la primera vez que lo digo: a mi el fútbol no me entusiasma. Nunca lo ha hecho; es casi más una excusa para quedar con los amigos que otra cosa, y que España gane el Mundial me supondrá básicamente lo mismo que la victoria del Barça en la pasada Copa de Europa (léase Champions League): una moderada alegría. Pero como debería ser obvio, ni me pintaré la cara, ni pegaré cuatro gritos ni saldré a la calle y me comportaré como si me hubiese tocado la lotería. Con todos mis respetos para aquellos que sí lo hacen, yo me sentiría más idiota de lo que ya soy, y eso sería ya insoportable hasta para mi mismo. Pero ni con España ni con el Barça; no es cuestión de absurdos nacionalismos.

Eso no significa por otro lado que —si no tengo nada mejor que hacer— no me guste ver un buen partido, o que no esté siguiendo los partidos de la selección (¡Ej-pa-ña, Ej-pa-ña!) cuando tengo la posibilidad, porque eso socializa. Es como aquello de social drinker: "No, si a mi el fúrgol no me gusta, pero es que me ayuda a integrarme". Mismo concepto, massomenos. Así que en el papel de forofo radical, todo lo radical que me permite lo ya dicho, he de decir que ayer frente a Túnez se materializaron mis peores pesadillas, o al menos todo lo pesadillas que pueden ser en mi caso por la razón ya citada. Que no es mucho.

Y estas fueron, cómo no, ver a Raúl "patejas" marcando un gol y a Fernando "paquetorres", la futura —y por lo visto, eterna— promesa del fútbol español, marcando dos. Máximo anotador del torneo. Fíjense, ahí es nada. El uno, de pura suerte, y el otro, demostrando a) que carece de pierna izquierda (que se la corte pues), y b) que no sabe tirar penalties. Aunque visto lo visto, también quedo muy claro que ambos tienen mucha, mucha, mucha, mucha suerte, lo que seguramente nos haga falta cuando nos enfrentemos a un rival como dios manda.

Lo peor, y el origen de mis temores, es que con esto, vuelve el del carro y vuelve la —eterna— promesa. Aunque claro, de algo tiene que vivir el periodismo deportivo y sinceramente, a mí tampoco es que me suponga demasiado.

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[Actualización a 19:50h, portada de Marca.es]

Luis Aragonés:

"Dios quiera que Torres siga así"

Pues querido, que santa Lucía te conserve la vista.

Estos de la Cuatro...

¡Mira que este Iker, tiene unas cosas! ¿Anda que no están hablando del Anticristo, y va y le da por poner la foto de George Bush, Bill Gates o Marilyn Manson junto con la de Hitler, Pot Pot, Mao o Stalin? Que yo entiendo que a Bush se le pueden poner más que muchos peros, que sí, que el Windows se cuelga mucho, y Marilyn Manson, vale, sí, ese sí que parece el Anticristo. Pero de ahí a ponerlos codo con codo con personajes que están entre los cinco mayores genocidas de la historia, me parece algo excesivo, un poco descerebrado incluso.

Pasando al fin de semana, si alguien tenía intención de ver mi piso tal y como llegó a mis manos, ha llegado tarde. Este sábado comenzaron las demoliciones, con el resultado parcial de un set a mi favor, a pesar de que casi me dejo el pulgar derecho en el intento. Se admiten colaboradores para el desescombro; se gratificará con palmaditas en la espalda. Por lo demás, dos días bastante completitos; casi diría que demasiado, por las agujetas que tengo. Y creo que vistas las horas que son, tendréis que conformaros con eso.

Estoy hecho una mierda, y tan solo hace una hora que estamos a lunes.

A la de tres todos a tomar DDT

Ya sé que el uso de sustancias dopantes está mal. Lo sé, pero no entiendo, nunca he entendido, la importancia que se le da, ni en la prensa, ni a nivel de las fuerzas de seguridad del Estado. No, estadoconunosamigos no, no ese estado. El otro. Me explico.

Desde el punto de vista de la salud, bien, de acuerdo, la gente se dopa, pero la gente también toma cocaína, por poner un ejemplo, y pienso que el porcentaje de la población que se dopa y que es susceptible de ser investigada es probablemente despreciable frente a cualquier otro problema de este carácter, incluyendo el de la cocaína. Vamos a ignorar en este punto que siempre me ha costado entender que esté prohibido el consumo de sustancias como la cocaína o la marihuana, excepto por cuestiones puramente económicas (si usted toma cocaína, es posible que mi sistema nacional de salud que todos los ciudadanos pagan, tenga que pagar por sus problemas tanto mentales como físicos). Y es que todo eso de ser un individuo útil para la sociedad -la misma que prescinde del individuo cuando ya no le es útil- siempre me ha sonado un poco asqueroso, lo confieso, por aquello de poner al sujeto al beneficio de la comunidad, así que esa (la pasta, sin más) es la única razón, sin querer pensar demasiado, que se me ocurre como razón para prohibir el uso de estas sustancias. Me parece un argumento poderoso en verdad, pero allá cada cual con su cuerpo. Bueno, a lo mío que me disperso.

Continuemos. El caso es que digamos que el número de equipos "tocados" por una operación de este tipo, como la última en la que se ha visto involucrado Manolo Sainz, es de cien. Por cierto que no deja de ser curioso que oígamos este tipo de operaciones sólo en ciclismo y no en otros deportes, y además me parece tan absolutamente ridículo que esté prohibido realizarse una autotransfusión de tu propia sangre, una prohibición tan sumamente aleatoria que es casi de risa, pero a lo que iba. No sé, digamos que en total son 2200 personas. Ya se que es una exageración, pero no importa. Genial. Una operación de este tamaño para dos mil doscientas personas. Cojonudo. Nosecuanta pasta porque cuatro idiotas se dedican a realizarse autotransfusiones de sangre. Bien, vamos a suponer que resulta que además mueren el uno por cien. Otra exageración, y esta aún más bestia, si atendemos a las muertes por dopaje en los últimos veinte años. Es decir, mueren veintidós personas. No sé, pero veintipico muertes de personas que saben, porque lo saben, que se están jugando la vida, me parece un número insignificante para dedicarle tanto esfuerzo y recursos como probablemente se les dedica. Creo que la prevención laboral en este santo país requiere mucha más atención porque para empezar está asociada a muchas más muertes.

Otro punto es el de la limpieza en el deporte. Ja. Señores, cuando hay -o había- un patrocinador -Liberty Seguros- que pone seis millones de euros, vaya, mil millones de pesetas, para patrocinar un equipo ciclista, o cuando un jugador de fútbol profesional llega a ganar más de un millón de euros al año, eso no es un deporte. Es un negocio. Así que si quieren tomar anabolizantes, EPO, o incluso DDT (un conocido pesticida de no demasiada buena fama), a mi como si se los meten por el culo. El problema supongo que es que nadie deja, ni quiere dejar claro, que nada de eso es un deporte. Salir a correr es hacer deporte. Hacer cien kilómetros en bicicleta los sábados es hacer deporte. Nadar es hacer deporte. Cobrar cien millones de pesetas o pagar mil millones no tiene nada que ver con el deporte. Que bien, que es una injusticia para aquellos que no se dopan, pues sí, pero de injusticias está el mundo lleno. Dedíquense ustedes a estudiar oposiciones y verán como la mitad de los puestos están ya dados, bien por amiguismo o bien porque las habilidades requeridas para el puesto coinciden de manera espectacular y asombrosa con algún interno. No se en otros, pero la igualdad de oportunidades en este país no supera el nivel de falacia.

Así que tras decir esto, sigo sin entenderlo. Por mi, lo dicho, como si quieren inyectarse matarratas. Que está mal que la gente se dope, sí, claro, no me jodan que yo también pago impuestos. Que lo está por deferencia hacia los deportistas que están "limpios", pues sí, otro tanto. Pero realmente, a veces me pregunto si no hay problemas de delincuencia o de salud mayores en este país de los que ocuparse, aunque imagino -y en este caso no estoy siendo irónico sino más bien humilde- que probablemente estoy siendo algo miope.

A modo de epílogo, lo cierto es que se pone uno a pensar en el tiempo que ocupa y la importancia que tiene la información deportiva en cualquier telediario, y empieza lentamente a entenderlo todo todo todo.

Madre soltera

Hace algún tiempo quedé a tomar algo con unas amigas que hacía demasiado que no veía. Estas amigas a su vez, tienen una amiga. Hablando, así por casualidad, resultó que esta amiga tiene un amigo, y que esta amiga quiere ser madre. Así que durante un tiempo, esta amiga se planteó no utilizar ningún tipo de protección para, con la colaboración puntual de su compañero pero al parecer sin su consentimiento, quedarse embarazada, pero quedó claro que su intención era ser madre soltera y que el padre no iba a tener, al parecer, ningún tipo de decisión sobre todo aquello. Ni sobre la propia concepción, ni sobre la educación de su hijo, ni sobre nada que pudiera tener relación con éste. Ni para bien, ni para mal. Es decir, no participaría de la vida de su hijo, pero tampoco tendría que responsabilizarse de ningún aspecto de ésta, ni encargarse de su manutención o equivalentes.

Reconozco que oírlo me dejó alucinado. No es simplemente el hecho de que alguien pueda esconderle a otra persona que lo está utilizando conscientemente para concebir un hijo, y más en estas circunstancias (es decir, vas a tener un hijo conmigo y a lo mejor jamás te lo digo), sino que además se pretenda justificar algo así, por muy a la orden del día que esté. Para ser madre el camino más fácil parece a priori tener una pareja, pero si no es así, imagino que se puede recurrir a la inseminación artificial; claro que eso vale dinero, pero criar un hijo, desde luego es cualquier cosa menos gratis.

He de admitir que ignoro hasta que punto las condiciones que hay que cumplir para este tipo de cosas son más o menos estrictas y llenas de absurda e interminable burocracia, y también entiendo que la necesidad de ser madre para algunas mujeres en determinadas circunstancias puede llegar a ser un serio problema. Es verdad que no doy ninguna solución; por supuesto, no estoy en contra de que una mujer sola, al igual que un hombre solo, que reúna ciertas condiciones, pueda criar un hijo, pero independientemente de todo esto, creo que en este caso, al igual que en muchos otros, el fin no justifica los medios, y como decía aquél, las personas debemos ser tratadas como fines, no como medios.

Es decir, para variar, y especialmente, ni blanco ni negro.

("Aquél" se llamaba Immanuel Kant).

 

Prejuicios

Ya sé que últimamente me quejo mucho. Será que duermo poco y follo menos. Aunque a decir verdad, tampoco me apetece demasiado (el sexo); quizá sea por lo primero, por la astenia primaveral o vaya usted a saber qué. En cualquier caso, no voy a discutir eso aquí. Puedo llegar a ser algo exhibicionista pero mi vida sexual no entra en el lote y por el momento, y por mucho tiempo, va a continuar en la oscuridad; esto puede ser el Diario de Patricia, pero desde luego, no es Salsa Rosa. La cuestión es que me quejo mucho, así que puesto que esta noche no he tenido sexo y aún estoy despierto, voy a continuar en la misma línea. Otra cosa más: mamá, te prohibo cualquier alusión, por cualquier medio, a lo expresado hasta ahora. Bien, quejémonos.

Mi uniforme de trabajo habitual siempre han sido los vaqueros, o en su defecto los pantalones de tela un par de tallas más que la mia, las zapatillas y la camiseta; de ahí mi relativa obsesión por estas dos últimas prendas. No obstante, esta vestimenta cambió el día que cambié de empresa, y empecé a llamarme Consultor de Sistemas en lugar de Técnico de Sistemas, aunque fuese únicamente a título formal. Ese día los pantalones de vestir, los zapatos y las camisas entraron, más por necesidad que por deseo, en mi armario. Incluso tuve que prescindir de aquella incipiente barba de guarro que tanto le gustaba a mi iaio.

Al principio y durante un tiempo aquello fue algo traumático. Ahora ya no lo es; aunque por supuesto prefiero mi antigua manera de vestir, que es la que gasto normalmente, ya no me supone nada (o casi nada, a uno siempre le queda ese resquicio de orgullo) tener incluso que afeitarme y ponerme corbata de vez en cuando. Al fin y al cabo, no es un gran sacrificio y el cliente es el que manda, y no nos equivoquemos, como suele decirse no hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión, y ésta suele ser vital de cara a una persona que te va a confiar la seguridad de los datos de su empresa.

No cambio demasiado. Escucho la misma música, veo las mismas películas, tengo las mismas opiniones, y me gustan o disgustan las mismas cosas independientemente de la ropa que lleve; creo que como todo el mundo. A pesar de ello, conozco gente que me mira y me habla cuando voy vestido así como si me hubiese vendido al Capital, como si fuese un hombre gris de los de Ende, como si fuese un hombre de negocios cuya única preocupación en la vida fuese ganar dinero, como si viviese mi vida colgado de un móvil y un portátil, como si estuviese viendo mi vida pasar ante mis ojos sin hacer nada, o fuese alguna clase de maligno engendro escapado del averno para robar las almas de las personas (bueno, quizá no tanto). Sin embargo, estas personas no saben qué hago realmente en mi trabajo, ni cuantas horas le dedico, ni si me gusta, me apasiona o no, si es interesante, o si pienso que me merece ese pequeño sacrificio o no; está claro que no tienen ni idea, pero una ropa como la que, no nos engañemos, utiliza cualquier dependiente del Corte Inglés, da información suficiente para generar una impresión en algunas personas. Sólo que esta no es la primera; estas personas ya me conocen.

A donde quería llegar, y ya sé que me ha costado un poco, es a que no sólo juzgan algunos hombres "de negocios" —para que todos sepamos de a quién me refiero— cuando definen como jipi a alguien por sus rastas o pelo largo, su incipiente barba o sus pantalones dos tallas más grandes de lo que le toca. Algunas de estas personas, muchas de ellas, también juzgan cuando del mismo modo, identifican como yupi, como "vendido al Capital", por utilizar la misma expresión, a alguien porque simplemente viste con camisa y pantalón de vestir, con corbata, con traje; está claro que vestir de forma "alternativa" no proporciona una visión libre de prejuicios a pesar de lo que en un primer momento pudiera parecer.

Pero eso ya lo sabíamos, y aunque no voy a titular también así este comentario, sigue sin haber nada nuevo bajo el sol. Y sí, además de quejarme, me repito mucho, ya lo sé.

Para variar, nada nuevo bajo el sol

Creo que ya lo he dicho alguna vez: en este país la justicia es una (puta) mierda. Aunque como también dije en aquella ocasión, eso no es un secreto ni sé de qué me sorprendo. Sí, creo que hasta utilicé las mismas palabras. Si es que soy de un original que tumba de espaldas. Bonita expresión. Bueno, que me disperso, a lo que iba.

Lo que decía viene a colación, obviamente, de las sentencias -no firmes- de la Audiencia Nacional contra los tres policías que realizaron detenciones ilegales de tres militantes del PP en una marcha de la Asociación Víctimas contra el Terrorismo el pasado 2005. No voy a entrar en si hubo mayor o menor grado de agresividad contra José Bono, aunque creo que eso lo han probado sobradamente las cámaras, y hasta el periódico El Mundo -de tendencias más que PartidoPopulares- proporciona imágenes de la (¿presunta? ¿O eso aquí no hay que decirlo? Nota: esta es una pregunta técnica, no un uso de la ironía) agresión. Pero no importa, vamos a suponer que dichos agentes se extralimitaron en sus funciones y detuvieron a tres personas que aparte de empujar y pegar gritos no hacían otra cosa (eso sí que lo hacían). Y está claro que no se puede detener a nadie por eso. Bueno, si gritas contra el ciudadano Juan Carlos Borbón, como dice la Raola, pues a lo mejor (que va a ser que sí), pero no nos vayamos del tema que al final me pierdo. Prosigo...

Debo decir antes que no soy el más ferviente defensor del Cuerpo Nacional de Policía. Pienso que es un cuerpo necesario, que a veces se pasa y a veces no hace nada (de nada). Y aun teniendo en cuenta que probablemente, de los tres "a veces" mencionados, dos vienen "aconsejados" por las altas instancias extra policiales, démosle al César lo que es del César: la mayor parte del tiempo son útiles, a pesar del mucha policía poca diversión. El caso es que estos tres policías han sido condenados a cinco años de cárcel uno de ellos, y tres años de cárcel cada uno de los otros dos, sin tener en cuenta los años de inhabilitación que les han caído.

Obviamente, que un funcionario del Estado que debe velar por la seguridad, el bienestar, el orden y vete tú a saber cuantas cosas más, realice una detención ilegal es un hecho muy serio y muy grave, ya que va precisamente contra sus funciones, pero que por ello los metan en la cárcel, me parece excesivo y totalmente desproporcionado, porque sin hacer demasiada memoria, que no hace falta, esto nos lleva a concluir que en este santo país es peor este hecho (que, no nos equivoquemos, y esto no pretende servir de excusa, no es la primera vez que pasa), que no creo que haya afectado gravemente a las vidas de los detenidos, que atropellar a alguien sin carnet de conducir tras lo cual darse a la fuga. Y para no limitarme a nuestro querido aprendiz de conductor, seguro que el colectivo de mujeres víctimas de violaciones tiene apuntada más de una sentencia más que benévola, por no llamarla otra cosa (es que la mujer llevaba falda, oiga, e iba provocando).

Esto, como corolario, nos conduce a lo mismo con lo que habíamos empezado este post: que en este pais la justicia es una puta mierda y cada día está peor. Aunque eso no es ningún secreto y no sé a estas alturas de qué me sorprendo.

Es decir, nada nuevo bajo el sol.

Nota: lo de "querido" es broma.

Que lo cojas.

Muchos hemos pasado por la situación en la que al entrar en casa de un amigo, un vecino, un familiar o la madre del cordero, el perro de éste se nos acerca y olfatea, mientras el dueño dice aquello de ¡Tranquilo, si no hace nada! (lo mismo puede pasar con sus hijos, pero no es el caso aunque el peligro puede ser similar). Ja. Y una mierda. Un cojón de vaca. No, yo no me fío. Que no, coño, que no entro. Que lo cojas. A no ser claro está, que pueda aplastarlo con el pie, y aún en ese caso, me lo pienso dos veces. Porque la última vez que me fié de una bestia ajena, acabé con un amago de mordisco en la parte interior del muslo izquierdo, recuerdo del cual conservo una pequeña y bonita cicatriz. Seguro que era su forma de comunicarme que se alegraba de verme. Aquello no fue apenas nada, pero el puto pastor alemán me podía haber amputado un buen cacho de pierna si le hubiese pillado con ganas; y sólo tengo dos y me las aprecio bastante. O más. Desde ese día, si no voy convenientemente armado, nunca entro en una casa en la que el perro me parezca una amenaza, por muy manso y simpático que éste pueda parecer. ¡Qué bicho tan mono! O lo coges, o no entro.

Siempre lo he dicho. No te fies de un animal que se mueve por instinto y no sabes cómo va a reaccionar (casi como las personas, sólo que éstas no acostumbran a morder... generalmente). Sin ir más lejos, Trex, el simpático can de este post, fiel y obediente y listo y guapo y noble, que nunca se atrevió a coger ni un mendrugo de pan del suelo de la cocina, por educación, hace una semana tomó prestados tres costillares cocinaditos y especiados, listos para cenar. Y se los cenó.

Pues eso. Lo que yo decía. Si no me puedo fiar ni de que mi animal me deje cena, cómo me voy a fiar de los perros de los demás. Como para fiarse estamos.

Y una leche. O dos.

Centralismo

Discutía hace ya muchos meses con mi progenitor, apoyado (yo) por mi progenitora, sobre el carácter centralista de los informativos de las televisiones de carácter nacional, y lo fácil que resulta identificarse con gran parte del sentir nacionalista si uno atiende a los contenidos de la televisión nacional pública. Antes de nada, a) yo no soy nacionalista, y b) concretar que obviamente, Telecinco, Antena3 o Cuatro son cadenas privadas, pagadas con capital privado —ignoremos las múltiples connotaciones del término "privado" en esa sentencia, que nos vamos del tema— y tienen total libertad para tratar de cualquier cosa que les venga en gana, como si es la talla de la ropa interior de sus consejos de dirección, pero no sucede así con aquellas que se unen bajo la bandera de RTVE: Radio Televisión Española. Española. Recuerden ese calificativo, tan maldito en estos tiempos inciertos, o realmente, no tan inciertos.

Dicho esto, sólo hace falta poner el Telediario de La Primera —de nuevo, televisión *nacional*, pagada por *todos* los españolitos— para darse cuenta de que, o habitualmente en la ciudad de Madrid pasan casi el noventa por ciento de las cosas que suceden en este país, o la información televisiva no está sólo sesgada políticamente, sino también geográficamente. Y si no se lo creen, seguro que saben ustedes quién es el alcalde de Madrid, pero probablemente ignoran quien es el de Sevilla, Bilbao, Valencia o incluso Barcelona (con el follón que llevan los catalanes, uno no sabe ya quién es quién). E incluso conocen la presidenta de la Comunidad de Madrid, pero ignoran si tal cargo existe en la comunidad de Murcia; existe, por supuesto que sí, se lo digo yo. Valladolid, Cáceres, Teruel o Huelva en realidad no existen en el mapa informativo, sino que son únicamente restos de ciudades íberas; nadie sabe si allí vive gente. Aparte de desastres naturales, escándalos del nivel de Marbella y asuntos nacionalistas del tamaño del Estatut o El Plan Ibarretxe (tiene pinta de título de película, visto así), casi ninguna otra información parece ser lo suficientemente importante para competir con la de la capital. Y no hablemos de deportes; el Real Madrid y el Barcelona son los únicos dos equipos de fútbol de este país, por ese orden. De verdad que uno entiende que en Madrid haya cuatro millones de almas, pero aparte de eso, no encuentra mucha mayor justificación a que *la ciudad* de Madrid —ni a la comunidad se le da tal tratamiento privilegiado— acapare tal cantidad de tiempo en los informativos de una televisión, repito, pública de carácter nacional.

Y podríamos pasar desde este punto, a esa gran desconocida para la mayor parte de ciudades de este país: la cultura pública, es decir, pagada con la pasta del españolito de a pie, madrileño o no. Porque otra de las cosas de la que cualquiera puede darse cuenta sin fijarse demasiado es la tremenda desigualdad en el número de actividades culturales públicamente subvencionadas que existe entre la ciudad de Madrid y el resto de España. Y hablo principalmente de museos, exposiciones itinerantes y demás pagadas por el erario público, y que no pocas veces pertenecen a otras regiones; La Dama de Elche y el Guernica me vienen a la cabeza. Igual que antes, si Fulanito, personita o entidad privada, estrena su obra, su musical o toca su concierto sólo en Madrid porque piensa -y probablemente sabe- que allí es donde obtendrá un mayor beneficio, es libre de hacerlo, y así le zurzan y que se la meta por donde le quepa (una cosa es que uno entienda las razones, y otra muy diferente, que las comparta). A lo que iba. Mientras los cuadros se amontonan en el Museo del Prado, en el Thyssen, y en nosecuántos museos más de la capital del reino, en esta santa ciudad, Valencia, en importancia quizá la tercera o cuarta del territorio nacional, apenas tenemos ningún museo público decente, aparte del IVAM, el de Bellas Artes -más bien modesto-, y las exposiciones itinerantes que hay de vez en cuando; no quiero ni pensar cual es la situación en el resto del país.

Y es que si la Copa América, The America's Cup, se llevase a cabo en Madrid, el Telediario lo iban a presentar disfrazados de marinero, montados en un puto barco, y la vela la iban a hacer asignatura obligatoria. Pero como Madrid no tiene mar, y es en Valencia —y pueden ustedes sustituir Valencia por cualquier otra ciudad con la ligera y posible excepción de Barcelona—, pues no. Pero no se preocupen, eso es sólo porque en este país somos gilipollas.

Aunque creo recordar que a esa conclusión ya habíamos llegado en anteriores ocasiones. Nada nuevo bajo el sol.

Ana Rosa Quintana o quizá no

Hola holita hola. Estaba escribiendo algo, pero he encontrado lo siguiente, que espero les interese. Por una vez, no está de más utilizar contenido externo y más cuando proviene de lugares del nivel de Malaprensa.

Resumo, aunque puesto que todo el material está en tales blogs pueden si lo desean, y para ahorrar tiempo, pasar a los enlaces originales al final de la página. En cualquier caso, yo voy a ser breve. La cuestión es que hace una semanas El País publicó a doble página una entrevista de Ignacio Ramonet (director de Le Monde Diplomatique) a Fidel Castro, como adelanto de un libro del primero en cuya introducción, y a propósito de la entrevista, dice que habló con Castro (cito desde Malaprensa) «de todos los temas imaginables, y sin grabadora. Yo reconstruiría luego esos diálogos, de memoria, en mis cuadernos».

Pero al parecer, no fue tan de memoria, ya que Arcadi Espada y sus comentaristas tienen una larga lista de fragmentos que aparecen en el libro y que aparecieron exactamente o casi exactamente con las mismas palabras en entrevistas y discursos de años anteriores.

Tres comentarios, simplemente, aunque tampoco aquí voy a ser nada original. Aunque no importa, una vez confesado; nada importa.

Uno. La falta de rigor del defensor del lector de este periódico, que elude cualquier tipo de disculpa ante estos hechos probados y fácilmente verificables, y se va por las ramas. Con un "lo sentimos, metimos la pata" estoy seguro de que habría sido suficiente, pero eso era incluso demasiado.

Dos. La falta de honradez del individuo Ignacio Ramonet. No sé cómo, un tipo que se las da —tengo libros suyos— de criticar los medios de comunicación, la manipulación informativa, y acusar a diestro y siniestro de este tipo de prácticas, puede llevar a cabo tal tipo de engaño absolutamente vergonzoso, por no decir otra cosa. Bueno, sí lo sé y a la vista está.

Y tres. Me sorprende —o no, la verdad— que ningún medio de comunicación tradicional se haya hecho eco de este escándalo, que es básicamente lo que es, ni siquiera los que están en contra —eso se llama corporativismo—, cuando estoy seguro de que en Estados Unidos (aka Evil Empire) se habría puesto el grito en el cielo por mucho menos.

Pero bueno, a estas alturas de qué nos vamos a asombrar. Al menos, Ramonet ya puede tener tertulias literarias con Ana Rosa Quintana.

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Enlaces:

[Malaprensa, en el artículo comentando a Arcadi]

[Malaprensa, en el artículo comentando la respuesta de El País]

Nada nuevo bajo el sol

Hace un par de meses, había un anuncio en televisión en el que un sujeto aparecía disfrutando de diversos lujos para acabar el día encima de un escenario como cantante punk gritando aquello de Maldita sociedad, maldita hipocresía. Vamos, que el colega en cuestión se pegaba la vida padre para luego berrear en contra del cóctel de gambas que se había zampado en un lujoso restaurante. O de lo que éste representaba, que al fin al cabo, las gambas no le han hecho daño a nadie. Renault Laguna: Seamos sinceros, a todos nos gusta vivir bien. No se porqué, al sacar el tema me acuerdo de Extremoduro presentando su último disco en los locales de la SGAE.

Bueno, respecto al anuncio, alguien me comentó que le resultaba desagradable por los valores que representaba. Para mí, más bien al contrario, y no es que me resulte especialmente agradable, sino que pienso que el anuncio no es otra cosa que un reflejo fiel de esta sociedad. Y es que a todos nos gusta vivir bien; a mí el primero. Qué mal está el mundo, pobres gentes allá en el tercer mundo... cambia de canal, anda, que creo que ponen fútbol, y tráeme una Coca-Cola que tengo sed. Supongo que lo que no nos gusta tanto es ser sinceros con nosotros mismos.

Nada nuevo bajo el sol, ya lo sé. A ver si voy a venir yo ahora a descubrir América, con lo que cuesta moverme de mi casa. Claro que el derecho al pataleo y a silenciar nuestras propias conciencias es algo que tampoco nos puede quitar nadie. Eso, si es que el hecho de que en el mundo muera nosecuánta gente de hambre, nosecuánta anta gente de sed, nosecuánta gente de SIDA, nosecuánta gente de nosecuántas cosas, que al final resultan ser nosecuántas muertes de personas por nosecuántas cosas (muchas de las cuales con solución), es un problema de conciencia (consecuente) para alguien a este lado del universo. Algo que, permítanme la licencia, y con las excepciones de siempre, que haberlas, haylas, lo dudo mucho.

Porque me podré quejar, lamentar, pero lo cierto es que yo no necesito dos putas camisetas más, ni dos ni diez. Ni ir al cine semana sí semana también. Ni un reproductor de mp3. Ni conexión a Internet. Ni este ordenador, ni un coche de dos millones y medio. Ni una casa de 75 m2. Ni un lavavajillas. Ni un móvil de última o primera generación. Ni tanto libro, ni tanta ropa, ni tanto lcasei inmunitas. Ni ambientadores para la casa, radio MP3 para el coche o champú con extractos vegetales. Por empezar con algo. Y con toda seguridad, tú tampoco necesitas nada de eso. Pero para qué vamos a negarlo, a todos nos gusta vivir bien, y tomarnos una cerveza fresca al solecito en una terraza, mientras comentamos lo jodido que está el mundo. No es que estemos anestesiados, no. Es que nos pinchan y no sangramos.

Este mundo puede ser una mierda, pero si lo van a cambiar, que avisen, que me gusta como vivo y apuesto que a ti también.

Y enciende la tele, creo que ponen fútbol.

Migajas

Me encantan los contrastes de las revistas femeninas.

Igual te encuentras un artículo sobre los niños trabajadores de Bombay, que a la página siguiente un reportaje sobre los "trapitos" más in de Dior que no deben faltar en tu armario. Desde luego, que manera de ensuciar conciencias.

Lo que decía, fascinante versatilidad.

Más de lo mismo

«BARCELONA.- El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Barcelona que ordenó el día 24 de diciembre a los Mossos investigar las lesiones de Alba C.C., de cinco años, lo hizo mediante un oficio enviado por correo ordinario, en una carta que llegó a la comisaría central de los Mossos el 10 de enero, 17 días después. [...]

La menor se encuentra en estado de coma por una paliza. [...]»

[El Mundo]

 

La justicia en este país es lenta, ineficaz, está politizada, llena de inútiles y es ajena por completo al concepto de "responsabilidad". En resumen, es una puta mierda y cada día está peor.

Aunque eso no es ningún secreto y no sé a estas alturas de qué me sorprendo.

Decídanse de una puñetera vez

Al parecer, han condenado en Viena al "historiador" británico David Irving a tres años de cárcel por negar el Holocausto. Creo que está claro el uso de las comillas después de tal afirmación.

Y yo que pensaba que la libertad de expresión era un valor sagrado de la civilización occidental. Menos cuando la libertad de expresión resulta molesta para la propia civilización occidental, claro; pues a ver en qué quedamos, leches. Aunque eso no quita, por supuesto, que piense que este tipo es un animal y un pobre desgraciado.

Yoquesé. Si es que es muy tarde para pensar y además no se me da nada bien, pero hay algo en esto que no cuadra del todo aunque como he dicho, ni ganas de ver qué narices es.

Sentido común

Al parecer, el tema de las caricaturas de Mahoma está trayendo cola. La posición oficial de este blog es que hacer este tipo de gilipolleces, sin haber ninguna necesidad, tal y como están las cosas, y están algo jodidas, no es cuestión de libertad de expresión, es cuestión de sentido común. Siendo como está el mundo falto de sensatez, no estaría de más que algunas personas viesen un poco más allá de su autoproclamada superioridad moral y cultural, que es, básicamente, lo que hay detrás de todo esto.

Porque los medios de expresión occidentales son los primeros en manipular y censurar la información que difunden, porque a nadie se le ocurre ir llamando gilipollas a los demás porque le da la gana escudándose en su libertad de expresión (y dibujar a Mahoma con una bomba por turbante es algo infinitamente más serio para muchas personas), y porque si mañana un hijo de puta se inmola en el centro de Copenhague, en el centro de Londres, en el centro de París, dios (nota: soy ateo) no lo quiera, alguien va a tener que explicarle a los muertos dónde ha ido a parar su puta libertad de expresión.

Esto, obviamente, no pretende excusar ni justificar ningún tipo de actitud violenta, la cual, por otra parte, debería hacer pensar un poco a toda esa parte de la izquierda progre europea que vió en los atentados de las torres gemelas del 11-S un se lo han buscado (y con los que, para ser sincero, yo en aquel momento, y de alguna forma, me alineé) en relación a la posición estadounidense en el problema palestinoisraelí. Quizá ahora no mantengan la misma opinión.

Un poco de sentido común, señores, por favor, o dicho con otras palabras: ¿a qué coño estamos jugando?

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Para evitar cualquier tipo de malentendidos, la dirección de este blog quiere aclarar que la condición de hijo de puta anteriormente mencionada viene dada por su condición de asesino, y en ningún caso por razones de sexo, raza, edad, nacionalidad, religión o afiliación política. Que aquí también semos políticamente correctos.

Disfruta mientras puedas

Hay un anuncio ahora en televisión que me resulta la mar de educativo. Se trata del anuncio del Seat Ibiza, y se titula algo así como La sorprendente historia de la hormiga y la cigarra. Y dice así:

 

Juan se pasó todo el verano estudiando
Mientras, su amigo Pedro tocaba la guitarra en su casa
Juan se esforzaba pensando en su futuro
Y Pedro seguía con su música
Al llegar el invierno, Juan entró en una multinacional
Y cómo no, Pedro tocaba y tocaba
Juan empezó a prosperar en su empresa
Sin embargo, Pedro necesitaba descansar
A Juan las cosas le fueron bien y se compro un Ibiza
En cambio, Pedro… también se lo compró

 

Y claro, no podría acabar de otra forma que con un Y colorín colorado este cuento ha cambiado. Todo ello aderezado por estupendas imágenes como Juan el pringao metido en un ascensor con lo que parecen ser insectos -es decir, otros pringaos como él-, o un gran edificio sede de la citada multinacional al que parecen entrar hormiguitas (más insectos pringaos). Mientras tanto, Pedro (el que necesita descansar) no sale de su cuarto, y aparece acostado en su cama, o tocando la guitarra en el suelo, es decir, no pegando ni chapa. Algo que supongo que Pedro podrá permitirse hasta agosto, porque a partir de entonces tendrá que pagar durante seis largos años 137 euros al mes. Que no es mucho, pero no los gana uno acostado en la cama. Bueno, dependiendo de a lo que se dedique, claro, pero Pedro no tiene pinta de follar mucho, tampoco, porque seguro que no tiene pasta ni para irse de fiesta...

No me quiero poner en modo Paulo Coelho (es decir, moralista), pero siendo que el texto original es una fábula de La Fontaine con moraleja, me siento algo autorizado. Bueno, el caso es que siempre he pensado que el esfuerzo personal es un valor a fomentar, y anuncios como estos me parecen, lo confieso, un poco repugnantes y muy engañosos. Realmente, me siento como si me estuviesen llamando idiota, aunque todo sea dicho, la idea es tan burda y poco sutil que yo tampoco diría que se trata de publicidad subliminal (quizá analizando las gamas de colores que aparecen en las escenas de uno y otro personaje saliese algo, pero yo no soy publicista ni tengo ganas de intentarlo). Dejando aparte el tema del trabajo profesional y la remuneración (es decir, que hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar), la idea de realizarse, de esforzarse por conseguir algo, luchar por tus sueños (que poético queda eso), por construir tu propia vida, en lugar de abandonarse a las circunstancias siempre me ha parecido loable. Y es que Pedro -la cigarra- no parece en ningún momento esforzarse por ni siquiera tocar bien la guitarra. No sé si los creativos de este anuncio del Ibiza pretendían despertar este tipo de reacciones (imagino, un poco en modo piensamalyacertarás, que en parte sí), pero desde luego, estoy seguro de que ellos no fueron los que se quedaron oyendo música acostados en su cama. O visto lo visto, quizá sí.

Me siento mucho más atraido, aunque también es verdad que un poquitín más miserable y fracasado en el sentido que hablaba el otro día (mamá, ya lo sé), por un anuncio que el BBVA tenía hace algunos meses acerca de sus programas de becas (que pueden ser, es cierto, mejores o peores, pero no entro en eso como no he entrado en si el Seat Ibiza es mejor o peor): No sabemos quién descubrirá la vacuna contra el cáncer, ni quién será el primer hombre en pisar Marte, pero lo que sí sabemos es lo que está haciendo en estos momentos: estudiar. Uf, joder, joder. Y es que casi me siento culpable.

No sé, serán cosas de mi educación, que ha hecho estragos en mi, qué le voy a hacer...

Garabatos

Hace unos años me encontré con una agenda en la que había algunos poemas de Manuel Machado, ilustrados por dibujos de este autor, aunque aquello era más bien un montón de palotes mal dibujados, más propios de un niño de cinco años que de un ilustre literato.

Siempre me he preguntado qué lleva a alguien a pensar que un genio de la literatura ha de serlo por cojones de la pintura, de la escultura o de cualquier otra disciplina artística. Si ni siquiera puede decirse que un gran novelista sea necesariamente un gran poeta, o un acuarelista genial domine de igual forma el óleo, no entiendo cómo alguien puede considerar a priori, previo a toda crítica, que los garabatos que un gran poeta dibuja en unas hojas de papel son obras de arte.

Es posible, puede que sí y puede que no, que todo genio de una determinada disciplina -y no sólo, ni principalmente, artística- posea un especial talento creativo que la mayoría de los mortales no poseen, pero lo importante -para mí- es que sea capaz de plasmarlo en algún tipo de actividad, en algún tipo de material, en crear una obra, que es realmente lo que le diferencia del resto. La creatividad no sirve de mucho sin esfuerzo; al contrario de lo que se dice, pienso que las intenciones son buenas, pero lo que cuentan son los hechos. A todo el mundo se le ocurren a diario ideas geniales, pero no por eso son genios. Yo puedo imaginar cuadros impresionantes, pero soy totalmente incapaz de llevarlos a la práctica.

Por eso considero además, conservadoramente, lo admito, que cualquier obra que pretenda sustentarse en una idea, en un concepto, y no en un objeto físico (algo que por cierto tampoco suele ser una garantía), es una tomadura de pelo, más parecida a las inexistentes ropas del emperador que a lo que su autor pueda querer dar a entender; o le falta talento o le falta voluntad. Pero este camino es demasiado largo y escarpado para recorrerlo en un solo párrafo.

En conclusión, la respuesta que siempre encuentro a esa pregunta, a esa puta manía de genializar cualquier trabajo de un genio es la misma: el mundo está realmente lleno de gilipollas. Así que, tras 29 años de confirmaciones de este terrible hecho, a partir de ahora voy a conservar todas las tonterias que dibuje, pinte, escriba o esculpa -bueno, eso aún no, pero lo que haga falta-, por si algún día me da por ser famoso, y por si algún día me da por morirme.

Y os aconsejo que hagáis lo mismo porque nunca se sabe.

OPA va, OPA viene

Me encanta la política de este país. De verdad, me encannnnta, así, alargando la ene. Es guachi piruli juan pelotilla.

Resulta que el Tribunal de Defensa de la Competencia ha dicho no padre (bueno, imagino que la respuesta ha sido ligeramente más larga y aburrida, pero no todos tenemos tanto tiempo libre como los funcionarios) a la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Este tribunal está formado por nueve miembros, siete de los cuales fueron nombrados por el PP (partido contrario a la OPA), aunque dos de estos siete se consideran cercanos a los socialistas, más otros dos nombrados por el PSOE (partido a favor de la OPA). En definitiva, que han votado en contra de la OPA los cinco vocales afines al PP y uno de los afines al PSOE, y a favor de la OPA -pero con condiciones- los dos nombrados por el PSOE y el otro vocal nombrado por el PP pero afín al PSOE.

Vaya, excepto Miguel Comenge, todos han hecho lo que se esperaba de ellos. ¿Casualidad? ¡No lo creo!

Sigamos. Resulta además que la Comisión Nacional de la Energía dió su bendición hace algún tiempo a esta OPA. Hasta aquí, todo claro, aparte de un pequeño conflicto entre Instituciones Públicas (por llamarlo de algún modo, claro), totalmente normal, si no fuese porque la presidenta del CNE, Maite Costa, era consejera de dos empresas ligadas a la Caixa -una de las principales beneficiadas e involucradas en esto de la OPA- cuando dió el sí padre a la operación en cuestión. ¿Más casualidades? ¡No lo creo!

Pasen, vean, y decidan quién huele peor. Y luego se les llena la boca de loquesea a unos y otros hablando de la independencia de las instituciones. Y yo que pensaba que en este tipo de decisiones la política tenía que mantenerse al margen. ¡Cuanta ingenuidad! Entre ladrones anda el juego. Ver para creer.

Sí, ya sé que esto no es divertido...

Soy un ser privilegiado

Quizá sea que últimamente atravieso una etapa especialmente optimista, o es que gracias a que duermo más, veo las cosas de otro color, pero estas navidades me he dado cuenta de hasta qué punto soy un privilegiado. Y no porque nunca haya pasado hambre, ni nunca haya pasado frío, ni nunca me haya faltado cariño. Ni tampoco porque haya podido disfrutar de una educación y una infancia de niño, disponga de tiempo libre y una asistencia médica relativamente buena. Todo es mejorable, claro, pero eso me parece, desde luego, un buen punto de partida.

Pero como decía, no me siento privilegiado por eso. No, que va. Lo hago porque cuantos más blogs leo, más me doy cuenta del agonizante suplicio que supone para muchas personas pasar una noche cenando con su familia, soportando soporíferas conversaciones sobre nada en particular, escuchando algún que otro chiste malo (no hace falta reírlos pero escucharlos es inevitable), obligados contra su voluntad a llenarse la tripa de marisco cordero o cochinillo, y sufriendo ante los impertinentes comentarios de tus familiares sobre cualquier aspecto de su vida, mientras yo permanezco ajeno a tanto sufrimiento.

Es algo tan dramático que me llenan los ojos de lágrimas.

Sus Señorías y la pasta

Hace unos días Victoria Prego en su blog en El Mundo hablaba sobre la retribución de los diputados. Decía esta señora que debería pagársele más a los diputados, para ponerlos al nivel de sus congéneres, y que no tengan que ir buscándose «vericuetos varios para poder tener una cierta seguridad económica». Si bajase usted un poco al mundo real, vería que muchos millones de españoles, tienen que hacer mucho más que eso, y que ya nos gustaría a más de uno que nuestro sueldo estuviese a esos niveles europeos (ya semos, ya) de los que usted nos habla, y de los que probablemente disfruta, de ahí que lo defienda. Afortunada usted.

Dice además que «en nuestro país estos señores están, por definición, bajo sospecha de mangancia, de vaguería y/o de pillería». A las pruebas me remito, señora Prego, cuando salen las imágenes de la Cámara Baja y faltan la mitad, cuando un partido político no puede sacar adelante sus enmiendas porque le falta algún diputado (cuya nómina nosotros pagamos con nuestro sueldo religiosamente todos los meses), o cuando alguno de estos inútiles, despertado para votar, se equivoca de botón y vota por el cuando debería votar por el no y viceversa. Porque esa es otra, no hay ningún tipo de evaluación del rendimiento, como suele ser habitual en cualquier empresa privada. Aquí mejor no, porque nadie quiere ver escrito en un papel que el país está dirigido mayormente por inútiles.

Esta señora dice muchas más cosas (y últimamente, intuyo que para crear polémica, dice algunas tonterías como esto de que el reciente asesinato de la mujer indigente es culpa de los vídeojuegos), pero no voy a reproducirlas aquí, ya que buscando la retribución de los diputados españoles (algo que al parecer no es público, y eso es otro gran punto en su contra) he encontrado lo que podría decirse que es una réplica, que aunque no haya sido escrita para tal función, puesto que data de agosto del pasado año, está mejor fundamentada, y que, para todos los españolitos que carecemos de las ventajas de todo tipo que disfrutan nuestros queridos representantes, tiene mucho, muchísimo más sentido.

Ahora pasen, lean y decidan.