Que reine la calma

A estas alturas, ya sabrán que Standard & Poor's ha rebajado la deuda de este santo país y además nos pone en perspectiva negativa, lo que quiere decir me he quedado con tu cara. Según algunos iluminados —los que nos gobiernan, por si no les ha quedado claro— ya hemos tocado fondo (esto no es como el fútbol, aquí sí puede uno utilizar la primera del plural sin que eso signifique que no eres consciente de dónde estás tú y dónde están Ronaldo o Messi), lo que me sugiere, visto el tiempo que llevamos tocando fondo —hay declaraciones de nuestros queridos gobernantes repitiendo lo mismo hace casi dos años—, que debemos habernos quedado ahí y todo apunta a que no tenemos intención de salir.

Por otro lado, hay oficialmente más de cuatro millones de parados, y extraoficialmente vaya usted a saber; afortunadamente, en esto también hemos tocado fondo, a decir del ejecutivo. Dios me libre de sugerir una reforma laboral, pero no deja de sorprenderme que Portugal tenga un desempleo del 11% y Grecia del 17%, extraoficialmente (ya saben que el gobierno griego eso de los números no lo lleva bien). Y dejémoslo ahí, que más de uno o una me saltaría al cuello ahora mismo; ya saben que "reforma" y "laboral" son una conjunción de conceptos satánica, cuanto menos, aunque no haga uno más que mentarla.

En cualquier caso, no se preocupen. El Barça está en semifinales —ya veremos por cuanto tiempo— y José Tomás ya habla. ¿Qué más podemos pedir?

Escalas de importancia

John Clancy, portavoz de Desarrollo del Ejecutivo comunitario ha dicho que "estamos ante una situación humanitaria crítica", en referencia a la situación de al menos 250.000 personas desplazadas por el conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Por su parte, Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidad, dice que se trata de "una crisis humanitaria de proporciones catastróficas". Por ello, la CE ha aprobado una ayuda de emergencia de 4 millones de euros, más otros 12 millones procedentes de los Fondos Europeos de Desarrollo.

Las comparaciones son odiosas, ¿eh?

Crisis

«Pertenece a la esencia misma de la crisis la existencia de una decisión pendiente y todavía no adoptada. Y asimismo pertenece a ella el hecho que se desconozca provisionalmente cuál es la decisión que ha de recaer. La inseguridad general en una situación crítica cualquiera se halla teñida, pues, por la certeza de que —indeterminadamente en cuanto al momento, pero con toda seguridad; con incertidumbre respecto al cómo, pero con plena certidumbre— se avecina el término de la situación crítica. La posible solución sigue siendo incierta, pero el término en sí, el cambio radical de las circunstancias existentes —amenazador y temido o deseado esperanzadamente, según los puntos de vista— resulta cierto para los hombres. La crisis provoca la pregunta por el inmediato futuro histórico».

 

Reinhart Koselleck, Crítica y Crisis

Arriba las manos, esto es un atraco

Laura está muy indignada, por llamarlo de alguna forma, por todo lo que está pasando con la economía mundial, y en especial, con los planes de rescate de los bancos. Al final, después de muchos discursos retóricos y alguna vacilación más de cara a la galería que otra cosa, hemos acabado llegando al estadio de aceptación, y se ha producido eso llamado privatización de los beneficios y socialización de las deudas. En el camino, todos los estamentos han dejado suficientemente claro que el dinero, las ayudas y todas las medidas aplicadas son para la banca; que los beneficiarios directos de todo esto son ellos, aunque "lo lógico" (según Solbes) es que indirectamente repercutan en las empresas y los ciudadanos (evidentemente, si la lógica tuviese algo que ver en todo esto, no estaríamos donde estamos, pero para qué vamos a entrar ahí).

Porque ese es todo el impacto que cabe esperar sobre la economía real; no se ha visto, al menos a este lado del Atlántico y más allá del comentario particular de reputados economistas, ninguna propuesta política que vaya específicamente enfocada a mejorar directamente la situación económica de los ciudadanos y/o de las empresas. Laura se preguntaba anoche qué tipo de socialismo es ese en el que el Estado facilita a la banca un fondo de 30000 millones de euros a la vez que su ministro de Economía dice que "no es labor del Gobierno decirle a los bancos cómo manejar su cartera". Yo creo, a la vista de los acontecimientos, que en este caso particular esa debería ser precisamente la tarea del Gobierno.

Claro que a nosotros los españoles nos queda la estúpida, pero muy frecuentemente mencionada, satisfacción patriótica de que el banco Santander está comprando a precio de ganga medio mundo financiero, y el consuelo de que tenemos un sector financiero saneado, y si los bancos van bien, entonces todo debería ir bien. Desgraciadamente, de lo primero no siempre se deriva lo segundo. Un aspecto interesante de esta crisis, y que ha sido uno de los principales mecanismos utilizados por el sector financiero, es la aplicación constante de una efectiva política del miedo, por la que se ha allanado el camino de las ayudas estatales; la sociedad ha acabado creyendo, por miedo a unas consecuencias que nadie conoce, que no se puede dejar caer a la banca. Como bien indicaba El Jueves, los ricos son ahora los nuevos terroristas.

Leía este mediodía en Invertia un artículo de opinión de Luis Aparicio Pérez titulado Rescates, engaños y mantenimiento del status quo, que viene a corroborar porqué todo seguirá igual después de toda esta crisis financiera, en la que, a diferencia de la del 29, no se ha visto ningún suicidio ni tampoco prácticamente ninguna dimisión, sino más bien al contrario, multimillonarias indemnizaciones. Aunque les recomiendo que lean todo el artículo, que señala la evidente falta de criterio del BCE (y que les apunté hace unos días) que supone bajar los tipos medio punto una semana y pico después de reunirse y decir que todo va bien (y más adelante ya veremos), les dejo con los dos últimos párrafos, que son especialmente lúcidos señalando porqué aquí no pasa nunca nada.

 

«Después de estos engaños formulados por catedráticos y políticos en cumbres serias y rapidísimas, las soluciones que ofrecen se limitan a mantener el status quo que ha permitido esta situación catastrófica para las finanzas mundiales. Nadie pide responsabilidades y el objeto del salvamento se centra en las entidades que las han causado y no en los afectados. Sinceramente, todo suena a un vacile bananero para confundirnos con el precedente de un miedo irracional que nos puede y podría hacernos perderlo todo.

Tranquilos que aquí no ha pasado nada. Todos seguirán en sus puestos con su fino análisis, con sus excelentes órganos de supervisión y con sus sabelotodos directores de la política monetaria. Hay que mantener a toda costa el status quo porque el más simple de los análisis obligaría en primer lugar a los políticos a ofrecer sus poltronas en la plaza pública.»

 

No teman. En unos meses, volveremos al discurso del libre mercado y aquí no ha pasado nada; la gente olvida con rapidez y más si va con el agua al cuello, que es como debe ir.

Por sus actos los conocerás

¿Se acuerdan de que el otro día les comentaba que no contasen con otra bajada de tipos de medio punto a corto plazo por parte del BCE? Pues bien, Citi dice que en breve —antes de noviembre— podríamos ver otro recorte de medio punto, y que para mediados de 2009, volveremos a la senda del 2%. La predicción a largo plazo no tiene sentido hacerla en un escenario como el actual, por muy sensata y lógica que parezca —los analistas tienen que justificar su sueldo—, pero a corto, no son los únicos que están apuntando a dicha bajada. Mientras tanto Trichet, en un rincón, niega con la cabeza y pone muecas mientras dice que hay que dejar madurar las decisiones anteriores.

Al mismo tiempo, muy muy lejos de allí, los miembros del G-7 se reunían en una de sus típicas reuniones de urgencia, para charlar un rato, echarse unas risas y declarar al unísono que no saben qué hacer tomarán las medidas que sean necesarias, dejando claro una vez más —y las que quedan— que aparte de emitir comunicados de cara a la galería, son incapaces de llevar a cabo cualquier tipo de iniciativa efectiva para arreglar este desaguisado; al fin y al cabo, los políticos nunca no hemos distinguido por nuestra capacidad para solucionar problemas, seguro que se dicen unos a otros, y de eso tenemos buenos ejemplos patrios; con la mierda cayendo del cielo a cubos, el PSOE parece más interesado en seguir "discutiendo" con el PP sobre la etimología del término "crisis", que en arreglar esto.

En el plano bursátil, lo mismo de estos últimos días; las bolsas europeas cayeron ayer a plomo una media del 8%, con el Ibex 35 llevándose el premio gordo con una caída del 9,14%, mientras que el Dow Jones daba la sorpresa y se dejaba "sólo" un 1,5%. Por último, tenemos al petróleo cayendo a mínimos anuales, por el tema de la recesión, las expectativas y el consumo, pero no se preocupen que la OPEP ya está pensando en montar una reunión de urgencia para recortar la producción, y evitar que el precio del crudo baje demasiado. Así que bueno, ya veremos cómo va esta semana pero como les decía ayer, pase lo que pase es difícil sorprenderse ya.

Dejando de lado el tema económico, ayer veía en televisión que Gallardón, acompañado de Ana Botella, ha prohibido a partir de principios de 2009 los hombres-anuncio en la capital, por considerar que dicha actividad es vejatoria y ataca a la dignidad de las personas. Como lo oyen. Si hay alguien en este país a quien le importa un rábano la dignidad de las personas, esa es Ana Botella, y más aún si son pobres (ya que entonces no son personas). Dejando aparte consideraciones personales sobre esta señora no carentes de relevancia dada su inclinación política hacia la extrema derecha, hacía tiempo que no oía una idiotez semejante en boca de un político, y decir eso con la clase política que tenemos y lo que le gusta hablar, es mucho decir. Son ellos y sus gilipolleces quienes atacan, pero no a la dignidad, sino a la inteligencia de las personas.

La cuestión es que si tanto les preocupa la dignidad de sus ciudadanos, algo que me niego a creer (porque como es obvio, esto es un tema de imagen de la ciudad, y puedo imaginar a los consejeros de turno buscando la excusa para justificar una prohibición así), podrían empezar, antes que por los hombres-anuncio, por las condiciones de las personas que malviven en el poblado de las Barranquillas o por las de los miles de "sin techo" que hay en Madrid. De su manifiesta incapacidad para arreglar esas situaciones, a cualquier malpensado podría darle por pensar que los que se esconden en un descampado, debajo de un cartón o en un banco del retiro no tienen dignidad. O a lo mejor que para el ayuntamiento de Madrid no son personas.

¡Circulen, vamos, aquí no hay nada que ver!

Buenos días. ¿Saben aquello de que cuando todo es urgente, nada es urgente? En mi entorno laboral, esa frase le gusta mucho a mi jefe, y es básicamente, cambiando el enfoque, lo que pasa estos días; no es que no haya noticias, sino que hay tantas que son tan gordas que no hay nada que destaque sobre las demás. Que sí, que el Dow Jones cayó ayer más de un 7%, y eso sería una noticia bomba en un entorno "normalizado", pero en este, es una más del montón. A estas horas las bolsas europeas se dejan más de un 8% cada una, el euribor ha bajado todo lo que subió ayer (es pronto para asegurar que sea el principio de una tendencia, aunque la bajada del interbancario a una semana ha sufrido una bajada significativa), y a Reino Unido le parece mal, muy mal, el corralito financiero islandés, mientras su primer ministro saca pecho, viva el liberalismo, de su estrategia de nacionalización parcial de la banca (hagan ustedes lo mismo, dice). El caso es que vamos camino de no sorprendernos por nada, porque nadie sabe qué puede pasar mañana o la semana que viene: si habrán subidas o bajadas del 10%, si de repente un gran banco se irá al garete, si al BCE le dará por bajar otro medio punto (bueno, no cuenten con esta), o Alemania nacionalizará el Deutsche Bank. Así que qué quieren que les cuente; todo va, más o menos, sobre ruedas... de camino al precipicio.

Porque esa es otra de las impresiones que empiezo a tener, y que viene descrita por la siguiente viñeta, perteneciente a la —genial— serie sobre la crisis que Manel Fontdevila dibuja para Público:

Es decir, que esto viene a ser el huracán, con su cobertura mediática y su correspondiente seguimiento y predicciones meteorológicas, pero que cuando éste se vaya, porque se irá, será cuando tengamos que enfrentarnos de verdad a las consecuencias de su paso. Y entonces ya no habrá medios de comunicación ni telediarios que abren hablando del Dow Jones; la bolsa y los bancos irán bien (o como mejor puedan), y todo volverá a la silenciosa normalidad de siempre, excepto para un montón de gente que ya no son noticia. Porque, ¿cuánto hace que oyen la palabra "Katrina" en las noticias? ¿Creen que es porque allí todo va de rositas?

Les dejo, para acabar, con un nuevo vídeo de "The Last Laugh" de George Parr (subtitulado), parte del cual colgué hace unas semanas (dicha entrada ya no está disponible públicamente) y que explica en clave de humor qué está pasando y de dónde vienen estos lodos. Espero que lo disfruten.

Buen fin de semana a todos, y no olviden salir con botas de agua.

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No hace falta que lo diga, pero por si no lo saben, a Bloglines no le gusta este blog a pesar de mi insistencia para que solucionen el problema que tienen. Si a ustedes sí (les gusta), les recomiendo utilizar otro lector de feeds.

Cómprame un poco de confianza, que la tengo baratita

He de admitir que después de la bajada de tipos de ayer, esperaba que ésta se tradujese mínimamente en el euribor, pero como sabrán, no sólo no ha tenido la más mínima repercusión sino que el interbancario ha vuelto a subir; qué le vamos a hacer. Es cierto que gran parte de la medida entra el vigor el próximo día 15, pero hubiese sido razonable esperar una tímida bajada. En realidad, lo que viene esto a demostrar es lo mal que está el mercado de la confianza.

También me ha sorprendido que sólo una semana después de la reunión del BCE, en la que mantuvieron tipos en el 4,25% y admitieron entre dientes que la inflación se estaba moderando y los riesgos para el crecimiento estaban incrementándose, por lo que quizá hubiese una próxima bajada de tipos, digan ahora a las claras que el tema está negro, bastante negro. No sé si es una forma de justificar una acción que no estaba prevista (el BCE siempre ha sido reticente a dar sorpresas), pero da la sensación de que todos los analistas que avisaban de que el BCE llegaría tarde con su empecinamiento en no bajar tipos van a acabar teniendo razón. Veremos si el día 15 hay algún cambio, aunque yo no apostaría nada a ello.

Ayer le explicaba a un amigo qué es el interbancario y porqué está tan alto, y la verdad es que es una situación muy similar a la que se le presenta a uno cuando va a pedir una hipoteca. Te presentas ante el tipo del banco, y después de mirar tus "papeles", te dice —si te la da, claro— que te puede ofrecer euribor más un diferencial de nosecuánto. Si el diferencial es alto, lo que te está diciendo es que no se acaba de fiar de tí (¿oye chaval, y avales no tienes por ahí?), y si es bajo, que daría su brazo por tu solvencia (seguramente hay a estas alturas mucho director de caja de ahorros sin brazos, visto el dinero que deben los promotores a las cajas). Pues lo que pasa en Europa es algo parecido, sólo que nadie da un brazo por nadie, y claro, así vamos, con los diferenciales por las nubes.

Otra cosa curiosa, aunque no se hagan ilusiones, es que el consejero del BCE, Bini Smaghi, en una entrevista concedida al diario económico Il Sole 24 Ore, ha dicho que "es necesario, por medios legislativos o a través de acuerdos privados, atar la tasa de hipoteca a la tasa de referencia del BCE en lugar de la euribor", lo que es bastante lógico. Es básicamente un reconocimiento de que el euribor no refleja ya aquello para lo que se pensó, sino que ha pasado a ser más un índice de la "desconfianza bancaria", si quieren llamarla así, desconfianza que acaba repercutiendo en las hipotecas, préstamos empresariales y etc.

Islandia ha suspendido la negociación de la bolsa de Reykiavik, está pensando pedir ayuda al FMI y ya ha nacionalizado tres bancos. Reino Unido va por el camino de la nacionalización. Rusia simplemente ha cerrado la bolsa hasta nuevo aviso. España está a la espera que la CE le diga qué le parece lo de los 50.000 millones. Alemania ya ha aparcado la hipocresía del discurso del libre mercado, ante los problemas de Hypo Real Estate, e intervendrán en lo que haga falta. Francia, qué decir; lo nacionalizarían todo, si les dejasen. En Holanda y Bélgica, ya han tenido sus buenos sustos. En Italia, Unicredit parece que ha salido de la UCI y respira. Por no hablar de EEUU y sus 700.000 millones. Mientras tanto, el BCE, la Fed y otros tantos están más perdidos que un bastardo el día del padre.

Es curioso este mundo que estamos viviendo. Los socialistas, abogando por un libre mercado que les dé a los bancos lo que se merecen, y los capitalistas, pidiendo la intervención estatal a gritos. No desesperen, todavía queda mucho por ver. Nada más. Buen fin de semana, si no nos vemos mañana.

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Como habrán comprobado, Bloglines sigue sin ir y pasa de mí (please allow two days my ass).

De bancos y utopías

Desde que soy pequeño, siempre he tenido una morbosa curiosidad por la flexibilidad de las cosas. Dicho de otra forma menos fina, siempre he sido amante de doblar pequeñas piezas de plástico y comprobar su resistencia... hasta que por lo general acaban por romperse sin remedio. He de confesarles que con esto de la crisis financiera, y sin querer parecer frívolo, me ocurre algo parecido. Tengo realmente interés por saber si esto seguirá así durante un tiempo y luego volveremos a lo de siempre, o acabará por romperse de una vez por todas.

Desde un punto de vista, el problema es que, al menos en el caso del plástico, una vez rota, no suele haber marcha atrás, por mucho que en televisión anuncien las bondades del Super Glue; por mucho que uno lo intente, a los diez minutos de secarse el pegamento, la pieza vuelve a separarse en dos y se queda así para siempre, abandonada en un cajón o tirada a la basura. Pero visto de otra forma, aunque tras la dichosa rotura solía venir un período traumático, cuya tensión y longitud era proporcional a la importancia de lo que había roto, al final todo volvía a ser lo mismo. En el peor de los casos, escondía la pieza o simulaba una rotura accidental, y en el mejor, son cosas que pasan. Semanas después, cuando me abordaba la curiosidad, volvía a hacerlo; hoy en día aún lo hago con el rabillo de las tapas de los bolis Bic.

Les debo confesar que hace ya unos años, en mi época más idealista y hablando con mi padre sobre temas sociales, siempre tenía la impresión de que la única forma de que este mundo cambiase de una vez por todas era que la soga empezase realmente a ahogar a la gente; que se generase una situación límite, que permitiese a las personas adquirir conciencia de su situación vital y les incitase a actuar en consecuencia. Por suerte o por desgracia, ahora ya no soy tan idealista ni creo lo mismo. Aunque todo esto se rompiese hoy, con las bolsas mundiales cayendo en picado (y apuesto a que el BCE comiéndose las uñas por bajar o no los tipos de interés), o mañana, o el mes que viene, me juego con ustedes la mano derecha a que dentro de cinco años todo seguirá básicamente igual, en lo que a índices de pobreza y distribución de la riqueza a nivel mundial se refiere. Vivimos en una sociedad triste y mayoritariamente alienada, y ajena a tejemanejes financieros y políticos; dejando aparte los mecanismos de autoprotección que el propio sistema tiene, tensar la soga sólo sirve para lo que sirve: para ahogar a las personas.

Lo bueno, si es que hay algo bueno en todo esto, es que la gente muerta no paga sus deudas, y eso tampoco interesa. Claro que aunque se dice que dios aprieta pero no ahoga, de los bancos no sabe uno qué pensar.

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Actualización 13:30h: Cuando no les quedaban uñas, el BCE, la Fed y el Banco de Inglaterra han decidido bajar a la vez los tipos, medio puntito, que no es poco... Muy bueno El Economista, que lo anticipaba a primeros de la mañana.

Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros (A. Merkel)

Lo bueno que está teniendo esta situación, si es que puede decirse que haya algo, es que está retratando, uno tras otro, a todos esos que ponen el grito en el cielo día sí día también, clamando por el advenimiento del libre mercado. Que viene a ser, básicamente, la práctica totalidad de la clase dirigente del primer mundo, tanto económica como política (como si fuesen cosas diferentes). Pero en realidad, mucha libertad de movimiento de capitales, mucha libre competencia, pero cuando vienen dobladas, el discurso se cambia y donde dije digo digo Diego.

Una de las últimas en comerse sus palabras con patatas ha sido nada más y nada menos que Angela Merkel, la canciller alemana. La semana pasada puso el grito en el cielo cuando Irlanda decidió unilateralmente garantizar todos los depósitos de su país, de modo que no hubiese un límite al dinero que un cliente recuperaba cuando un banco quiebra. Lo cierto es que esto tiene su lógica, ya que como leía el otro día en un artículo que no he conseguido localizar, no parece muy justo que si un banco quiebra, nos devuelva sólo 20,000 euros pero nos exija el pago de toda la deuda. Claro que por el otro lado, quien al final debe acabar pagando esos depósitos es el ciudadano, tenga o no depósitos; aunque yo no consideraría esto como socialización de pérdidas sino más bien como una ayuda a los "damnificados". El banco, que se hunda, pero no con el dinero de sus clientes.

A lo que iba. Hace sólo una semana, Merkel invocaba al dios del libre mercado y la libre competencia para condenar la medida irlandesa. Pero cuando ha visto que el plan para rescatar de la quiebra al banco hipotecario alemán Hypo Real Estate no ba a ser tan sencillo como en un principio se planteaba (hace un par de días, los bancos privados que se habían ofrecido para el rescate se retiraban, aunque a estas horas las cosas han vuelto a cambiar), y que el escenario de incertidumbre actual puede trasladarse a la población y a otras entidades bancarias, ha decidido "discretamente" cambiar de discurso, comerse sus palabras, y pasarse por el forro la libre competencia, el libre mercado y todo lo que sea necesario. Todo, como verán, muy político.

(Por supuesto, la cita del título no es de Merkel, sino de Groucho Marx)

Ahora sí tenemos un plan

No se quejarán. Dicen que a la tercera va la vencida, pero en este caso han hecho falta sólo dos para que el Congreso de los States aprobase finalmente el plan de los 700.000 millones de dólares, con la oposición de 171 congresistas, que no son pocos. Al final han acabado por introducir algunas modificaciones que al menos "compensan" a los ciudadanos —si es que eso es posible— del varapalo económico que supone pagar las irresponsabilidades financieras, por llamarlas de alguna forma, de un montón de multimillonarios que después de esto seguirán teniendo un trabajo multimillonario y una vida de multimillonario; hay cosas que no cambian, ya lo ven.

Lo mejor de todo esto es que nadie tiene demasiado claro si gastarse tanta pasta va a servir de algo; dentro del mundillo financiero, hay tantas opiniones relevantes a favor como en contra. Y no hablo de evitar la recesión; como dije el otro día, los Estados Unidos están casi predestinados a ella, justo igualito que Europa. Algo que por cierto, y aunque parezca un contrasentido, podría aliviar la situación económica de España: no es lo mismo entrar en recesión en solitario que acompañado de los franceses y quién sabe si hasta de los alemanes. Las necesidades franco-germanas y una posible bajada del crudo por las menores expectativas de crecimiento (y por tanto de la demanda) debería impulsar una reducción de la inflación hasta "niveles BCE" (ya saben, cerca del 2% pero siempre por debajo), y eso a su vez una bajada de tipos a niveles del 3% que redujesen la carga hipotecaria del españolito medio, reduciendo la morosidad bancaria e incrementando el consumo. Siendo como somos anticíclicos (estábamos en la cresta de la ola cuando parte de Europa hacía lo posible por no hundirse), una recesión mundial no tiene porqué venirnos mucho peor que meternos nosotros solos en ella. Y aunque esté jugando al cuento de la lechera, quizá hasta sea nuestra mejor opción.

Voy a ir acabando, que es viernes y no quiero aburrirles. El caso es que el plan aprobado debería, en teoría, disipar muchas dudas sobre los muertos que aún esconden los bancos, y aportar transparencia (que en estas circunstancias al menos es lo mismo que confianza) al sector financiero. Esto, ayudado por las palabras de Trichet ayer, donde admitía que hay una posibilidad muy real de bajada de tipos (ya les dije que octubre era pronto), puede hacer que el interbancario (aka euribor) vuelva a niveles normales en unas semanas. De todas formas, nadie sabe qué pasará el lunes, así que mientras tanto olvídense un poco de la hipoteca, si la tienen, y pasen un buen fin de semana.

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Por cierto. Bloglines sigue sin actualizar su feed de Unsociability y a mí no me hacen caso (please allow two days y una leche). Les ruego que mientras dure esta situación, accedan directamente al blog o utilicen otro lector. Como suele decirse, gracias y disculpen las molestias.

Seguimos teniendo un plan

Buenas noches. Seguimos con economía, que parece que gusta, y todo apunta, según las noticias que van saliendo, a que el Congreso Senado de los Estados Unidos finalmente dará el visto bueno esta tarde —allí— a la versión 2.0 del plan de rescate de Henry Paulson, y presumiblemente el Congreso haga lo propio pasado mañana. Ya saben, el de los 700.000 millones de dólares del que les hablé ayer. Claro que como suele decirse, hasta el rabo todo es toro, así que yo de momento no me apostaría nada a ninguna de las alternativas, que bastante dinero hemos perdido ya. Crucen los dedos, por si acaso, sea cual sea su predilección. Por supuesto, el hecho de que sea aprobado, no invalida nada de lo que dije ayer sobre la madurez de la democracia estadounidense el comparación con la nuestra; la cuestión no es si votar a favor o en contra, sino el hecho de que cada congresista se desmarque de la posición de sus líderes de partido sin que pase absolutamente nada; es algo incluso lógico, tan lógico como sería inaudito aquí. Y sobre todo, es sano, muy sano.

Por nuestra parte, y hablo de Europa, Cotizalia dice que Sarkozy prepara un plan de 300.000 millones de euros para la banca europea, en función de unas declaraciones publicadas por el medio alemán Handelsblatt. Claro que ya saben que de los alemanes no se puede uno fiar y que Cotizalia es algo-bastante sensacionalista. De hecho, El Economista apunta que el ministerio de Economía francés desmiente la existencia de tal plan (a pesar de que el mismo medio lo había reportado cuarenta minutos antes). En cualquier caso, con lo que le gusta a Sarkozy el protagonismo y a los franceses meter la zarpa en el mercado —claro que siempre barriendo para casa—, no me extrañaría nada algo así. De todas formas, si efectivamente se llegase a plantear, imagínense los problemas para aprobar un plan tal en un entorno multinacional como el europeo; vamos, que si el americano está teniendo problemas para llegar al "sí", lo nuestro iba a ser peor que fecundar una tortuga con esperma de mono. A ver cómo iban a congeniar los intereses de unos —mis bancos están bien y no voy a pagar tus problemas— con las necesidades de otros —mi sistema financiero se hunde—. Sinceramente, no me veo yo a contribuyentes de un país pagando los excesos financieros de los bancos de los vecinos; claro que cosas más raras ha conseguido aprobar la burocracia europea: todo por el pueblo, pero sin el pueblo, y así nos va.

Poco más. Con el interbancario seco y los bancos mirándose con cara de póker a ver quién es el próximo en enseñar sus vergüenzas, el euribor sigue subiendo a toda velocidad y está ya en el 5,5%, o lo que es lo mismo, más de 125 puntos básicos por encima del tipo oficial (4,25%), cuando lo "normal" es que esa diferencia sea de como mucho 70 puntos básicos; claro que estos no son tiempos normales. Si Trichet no da mañana visos muy claros de una próxima bajada de tipos, que tendrá que ser significativa, o incluso sorprende y baja tipos (no confíen en ello, es pronto aún, aunque González-Páramo diese alguna pista de por dónde pueden ir los tiros de aquí a final de año, al insinuar —el BCE no dice, insinúa— que la preocupación del BCE ahora es el mercado, y por tanto, aunque esto no lo dijo, ya no tanto las presiones inflacionistas), no creo que haya una tendencia decreciente importante. Me da que ni siquiera la aprobación del plan mañana o el viernes que parece que nos vaya a salvar de la quema (aunque muchos apuntan a que la recesión americana es ya inevitable) conseguiría relajar el interbancario y llevar el euribor a niveles más lógicos. En cualquier caso, con Europa al filo de la recesión según algunos (cada vez más), será interesante ver qué decisión toma Trichet, que por cierto ha pedido la aprobación del proyecto estadounidense. Y de momento, es todo.

Al margen de todo este rollo, he detectado que los usuarios de Bloglines no están recibiendo las actualizaciones del feed. Al parecer, a su sistema no le gustó que el RSS no estuviese disponible unos días, y ahora no consigo que vuelva a mostrar las actualizaciones; les he mandado un e-mail, pero ya veremos si me hacen caso o qué. Hasta entonces, accedan directamente al blog o utilicen otro sistema; intentaré arreglarlo pronto, aunque no puedo hacer demasiado.

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Corrección (22:42h): Hoy le toca el turno al Senado, no al Congreso. A estos últimos les toca el viernes.

Tenemos un plan

Si no han estado viviendo debajo de una piedra, sabrán que ayer el Congreso de los Estados Unidos votó el plan de rescate diseñado por Henry Paulson, el secretario del Tesoro, y Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (la Fed, que viene a ser el Banco Central Europeo a este lado del charco). Un plan de 700.000 millones de dólares, que se dice pronto, que pretendía —entre otras cosas— comprarle a los bancos sus activos "tóxicos" (así les llaman ahora), y que había sido públicamente apoyado por Bush, Obama y McCain. Y a pesar de eso, el Congreso votó en contra, al menos esta primera vez.

No voy a entrar a analizar, porque me queda grande, si el plan en cuestión era viable, era adecuado, o no; supongo que aportaba transparencia, obligando a los bancos a sacar el muerto del armario y retratarse si querían su parte del pastel, pero al mismo tiempo que ese dinero saliese del bolsillo del contribuyente sin ninguna garantía real de que volviese a él, era ciertamente sospechoso. A fin de cuentas, ningún banco te deja un euro si no tiene una mínima garantía de que vaya a ser devuelto; y en las actuales circunstancias, esa "mínima garantía" se convierte en "total garantía", así que darles un poco de su propia medicina al menos es una satisfacción moral; el "que se jodan" no arregla nada, pero te hace sentir mejor. A todo eso, hay que añadirle lo que los anglosajones llaman en este tipo de cosas el moral hazard, que viene a ser el riesgo de decirle al mercado que aunque lo ha hecho mal, aquí está papá Estado para arreglar la situación. Eso provoca que los culpables del desaguisado se vayan de rositas (no sin mi multimillonaria indemnización) y que el mercado no depure responsabilidades. Y ya saben que quien no aprende del pasado está condenado a repetirlo, a fuerza de palos se aprende, que la letra con sangre entra, y cosas así. Resumiendo, que si yo hoy te salvo el culo de una situación que tú mismo has creado, mañana lo volverás a hacer porque pensarás que yo te volveré a salvar. Y eso, como parece obvio, no es bueno para nadie.

En el polo opuesto de las consecuencias de la aprobación o no del plan, tenemos los no pocos efectos colaterales que se desprenden si la economía financiera se va literalmente al carajo; que son, entre otras cosas, que la economía real (que viene a ser la que produce bienes) le acompañe al infierno unos cuantos años; sí, hasta ese punto está este mundo "financializado". Así que el debate que se plantea es si dejar que la mierda se vaya por el desagüe, arrastrando a quien haga falta, o salvar a los bancos con el dinero de todos y evitar una crisis de tres pares de narices (algo que mucho me temo que es ya inevitable). Como verán, en el primer caso el ciudadano se va a la mierda, y en el segundo, paga los platos rotos, y es que no somos nadie.

Estados Unidos no es la panacea de las virtudes políticas y económicas, y de eso no tiene nadie ninguna duda; de aquellos polvos vienen estos lodos. Hay muchas cosas que los States podrían copiar de este país, empezando por la abolición de la pena de muerte, pero les confieso que cuando veo que un congresista se desmarca de la posición "del partido" y vota en función de las promesas que él (y no su partido) le ha hecho a su electorado, siendo una tremenda envidia. Es cierto que nuestro sistema político y electoral es diferente al suyo, pero la diferencia no siempre es justificable, si representa menos a los votantes (como me da la sensación de que es el caso, y si no, a los datos de IU y UPyD en las últimas elecciones me remito). Imaginen por un momento, si son capaces, que nuestros queridísimos líderes políticos se encontrasen en la misma situación, y que una iniciativa similar fuese a ser votada en el Congreso. Dejando de lado que no pocos miembros de los respectivos partidos se quedarían en casa, donde se está mejor que en el escaño, ¿creen ustedes que alguno de los miembros del PP o del PSOE se desmarcaría de la posición "de partido", como ha pasado al otro lado del charco? Pues como diría aquél, va a ser que no. Todo lo más, es que alguno se equivocaría de botón por simple y pura incompetencia, como ya ha pasado en otras ocasiones.

El mal llamado país de las oportunidades será todo lo que quieran, pero en el ejercicio efectivo de la democracia, nos lleva siglos de ventaja. Y no sólo literalmente.

Chistes, hombre, chistes

Hace unos meses, Fernando Martín, Presidente de Fadesa-Martinsa y del Grupo 14 Inmobiliarias por la Excelencia (en adelante G-14), aprendió a contar chistes.

Al parecer, Fernando Martín ya no es Presidente del G-14 (de Fadesa-Martinsa no lo sé aunque me preocupa más bien poco). Seguramente, ese es el menor de sus problemas. Ahora, Pedro Pérez ha ocupado su lugar, y aunque lo parezca, ni es un nombre genérico ni me lo he inventado (desde aquí, mis más afectuosos saludos para todos los Pedro Pérez de este país). No sé si Pedro Pérez es presidente de otra cosa, aunque da igual, pero como no sabe contar chistes, llora. Llora por esas 250000 personas que se van a ir a la puta calle, dicen. Por esos miles de personas que no van a poder comprar un piso ya que este año según ellos se van a construir "muy pocos" pisos: sólo 200000 pisos de los 350000 pisos que necesita este país. Doscientos mil y trescientos cincuenta mil, respectivamente, no doscientos coma cero ni trescientos coma cero. Miles de. Igual que los parados, desgraciadamente.

Así que Pedro Pérez llora, con lo divertidos que son los chistes y con lo que nos gustan en este santo país (España). Claro que además de no saber contar chistes ni conocer la ley de la oferta y la demanda (como si eso tuviese algo que ver), tampoco sabe contar, valga la redundancia, porque al mismo tiempo que dice todo eso cifra en 500,000 los pisos en "stock". Quinientos mil, no quinientos coma cero pisos.

 

Stock: 1. m. Cantidad de mercancías que se tienen en depósito. [RAE]

 

Vamos, que hay medio millón de pisos en este país sin vender. Lo que, si aprendí a sumar bien, que lo dudo, significa que en total, a finales de 2008 tendremos 700000 pisos construidos. Para una demanda anual, según ellos, de 350000 pisos; todo en miles. Me atrevería a decir que según eso, aunque en 2009 no se construyese ni un piso, no pasaría nada. Que hay pisos de sobra. Pero no me atrevo. Seguramente se me escapa algo.

Al menos Pedro Pérez parece sincero, cuando le dice al Gobierno que no pide medidas para "suavizar" el ajuste de la construcción, a la vez que llora por los 250000 parados y por la pérdida de 8 décimas del PIB en el primer trimestre del año, algo que no recuerda haber visto antes. Bueno, en realidad no parece sincero. Es bastante rastrero, pero no le vamos a pedir peras al olmo. Cada uno tiene su trabajo y ese es el suyo.

Yo le diría a Pedro Pérez que aprenda a contar chistes, que llorar, gracias a ellos va a llorar mucha gente en este país (claro que no sólo por ellos, porque hay muchas más razones para llorar —algunas incluso agradables— y sólo faltaba que ellos tuviesen la exclusiva), por desgracia. Así que háganos un favor y cuente chistes, hombre, chistes, que al menos nos alegran la vida.

"Magia financiera o yo soy más listo que los demás"

Soy consciente del tremendo interés que tienen muchos de ustedes por la economía (puntos suspensivos), y sin duda estarán al tanto de la crisis financiera de la que tanto se habla, aunque no sepan de qué va, cuál es el problema, ni quién tiene la culpa. Lo que sigue es la explicación que Nacho Giral dió hace una semana en su blog. He reformateado un poco el texto, cambiado algunas cosas y añadido algunos matices, pero en un 95%, se ha mantenido el contenido, incluyendo sus comentarios. Queda decir, que por supuesto, aquellos errores que puedan encontrar forman parte del 5% que yo he puesto de mi cosecha. Sé que es un poco largo, pero es muy ilustrativo y muestra de forma bastante clara qué es lo que está pasando y porqué está pasando. Pasen y vean.

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Durante años, los tipos de interés vigentes en los mercados financieros internacionales han sido excepcionalmente bajos, lo que ha hecho que los bancos hayan visto que el negocio se les hacía más pequeño, porque (a) daban préstamos a un bajo interés, (b) tenían que pagar "algo" por los depósitos de los clientes (si el depósito estaba en cuenta corriente y cobraban comisión de mantenimiento, pagaban menos "algo"). Esto provocó que el Margen de Intermediación —es decir, (a) menos (b), o la diferencia entre el interés que cobran por los créditos y el interés que pagan por el ahorro— decreciese.

A alguien, entonces, en América, se le ocurrió la feliz idea de que los bancos tenían que dar préstamos más arriesgados, por los que podrían cobrar más intereses, y compensar de ese modo el bajo margen, aumentando además el número de operaciones (porque a nadie se le escapa que 1000 x poco es más que 100 x poco).

1. En cuanto a lo primero (créditos más arriesgados), decidieron (a) ofrecer hipotecas a un tipo de clientes, los "ninja" (no income, no job, no assets, es decir, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, ni propiedades), (b) cobrarles más intereses, porque había más riesgo, y (c) aprovechar el boom inmobiliario que había en el mercado norteamericano, concediendo créditos hipotecarios por un valor superior al valor de la casa que compraba el ninja, porque, con el citado boom inmobiliario, esa casa, en pocos meses, valdría más que la cantidad dada en préstamo. A este tipo de hipotecas, les llamaron "hipotecas subprime".

Se llaman "hipotecas prime" las que tienen poco riesgo de impago. En una escala de clasificación entre 300 y 850 puntos, las hipotecas prime están valoradas entre 850 puntos las mejores y 620 las menos buenas. Y Se llaman "hipotecas subprime", como pueden imaginar, las que tienen más riesgo de impago y están valoradas entre 620 las menos buenas y 300, las malas.

Como en ese momento la economía americana iba muy bien, en caso de perder el trabajo, el deudor —el ninja— hoy insolvente podría encontrar trabajo y pagar la deuda sin problemas. Este planteamiento fue bien durante algunos años. En esos años, los ninja iban pagando los plazos de la hipoteca y, además, como les habían dado más dinero del que valía su casa, se habían comprado un coche, habían hecho reformas en la casa y se habían ido de vacaciones con la familia. Todo ello, seguramente, a plazos, con el dinero de más que habían cobrado y, en algún caso, con lo que les pagaban en algún empleo o chapuza que habían conseguido.

 

[1er. comentario. Creo que, hasta aquí, todo está muy claro y también está claro que cualquier persona con sentido común, aunque no sea un especialista financiero, puede pensar que, si algo falla, el batacazo puede ser importante.]

 

2. En cuanto a lo segundo que se les ocurrió (aumento del número de operaciones), como los bancos iban dando muchos préstamos hipotecarios, se les acababa el dinero. La solución a esto fue muy fácil: acudir a bancos extranjeros para que les prestasen dinero, porque para algo está la globalización. Con ello, el dinero que yo, hoy por la mañana, he ingresado en la Oficina Central de la Caja de Ahorros de San Quirico de Safaja puede estar esa misma tarde en Illinois, porque allí hay un banco al que mi caja de ahorros le ha prestado mi dinero para que se lo preste a un ninja. Por supuesto, el de Illinois no sabe que el dinero le llega desde mi pueblo, y yo no sé que mi dinero, depositado en una entidad seria como es mi caja de ahorros, empieza a estar en un cierto riesgo. Tampoco lo sabe el Director de la Oficina de mi Caja, que sabe —y presume— de que trabaja en una Institución seria. Tampoco lo sabe el Presidente de la caja de ahorros, que sólo sabe que tiene invertida una parte del dinero de sus inversores en un banco importante de Estados Unidos.

 

[2º comentario: la globalización tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes, y sus peligros. La gente de San Quirico no sabe que está corriendo un riesgo en Estados Unidos y cuando empieza a leer que allí se dan hipotecas subprime, piensa: ¡Qué locuras hacen estos americanos!]

 

A todo lo dicho previamente, se le puede añadir una cosa llamada los "Acuerdos de Basilea", que son un conjunto de recomendaciones para establecer un límite al valor de los créditos que puede conceder una entidad bancaria en función del capital propio. Lo que pasa entonces es que si el Banco de Illinois está pidiendo dinero a otros bancos y dando muchos créditos, la relación Capital/Créditos concedidos baja y no cumple con los citados Acuerdos de Basilea.

Entonces hay que inventar algo nuevo, y aquí empieza la diversión. Eso nuevo que inventan lleva el nombre de Titulización: el Banco de Illinois "empaqueta" las hipotecas —prime y subprime— en paquetes que se llaman MBS (Mortgage Backed Securities, o sea, Obligaciones Garantizadas por Hipotecas), y donde antes tenia 1000 hipotecas "sueltas", dentro de la cuenta "Créditos concedidos", ahora tiene 10 paquetes de 100 hipotecas cada uno, en los que hay de todo, bueno (prime) y malo (subprime), como en la viña del Señor.

El Banco de Illinois va y vende rápidamente esos 10 paquetes. ¿Dónde va el dinero que obtiene por esos paquetes? Pues va al Activo, a la Cuenta de "Dinero en caja", que aumenta, disminuyendo por el mismo importe la Cuenta "Créditos concedidos", con lo cual la proporción Capital/Créditos concedidos mejora y el Balance del banco cumple con los Acuerdos de Basilea.

¿Quién compra esos paquetes y además los compra rápidamente para que el Banco de Illinois "limpie" su Balance de forma inmediata? ¡Muy buena pregunta! El Banco de Illinois crea unas entidades filiales, los conduits, que no son Sociedades, sino trusts o fondos, y que, por ello no tienen obligación de consolidar sus balances con los del banco matriz. Es decir, de repente, aparecen en el mercado dos tipos de entidades: El Banco de Illinois, con la cara limpia, y el Chicago Trust Corporation (o el nombre que le queráis poner), con el siguiente Balance:

Activo: Los 10 paquetes de hipotecas. Pasivo: Capital (lo que ha pagado por esos paquetes).

 

[3er. comentario: Si cualquier persona que trabaja en la Caja de Ahorros de San Quirico, desde el Presidente al Director de la Oficina supiera algo de esto, se buscaría rápidamente otro empleo. Mientras tanto, todos hablan en Expansión de sus inversiones internacionales, de las que ya veis que no tienen la más mínima idea.]

 

Ahora bien, ¿Cómo se financian los conduits? ¿De dónde sacan dinero para comprar al Banco de Illinois los paquetes de hipotecas? Pues mediante créditos de otros bancos [4º Comentario: La bola sigue haciéndose más grande], o contratando los servicios de Bancos de Inversión que pueden vender esos MBS a Fondos de Inversión, Sociedades de Capital Riesgo, Aseguradoras, Financieras, Sociedades patrimoniales de una familia, etc.

 

[5º Comentario: el peligro se nos va acercando, no a España, sino a nuestra familia, porque igual, animado por el Director de la oficina de San Quirico, voy y meto mi dinero en un Fondo de Inversión.]

 

Lo que pasa es que, para ser "financieramente correctos", los conduits o MBS tenían que ser bien calificados por las agencias de rating, que dan calificaciones en función de la solvencia. Estas calificaciones vienen a decir: "a esta empresa, a este Estado, a esta organización se le puede prestar dinero sin riesgo", o "tengan cuidado con estos otros porque se arriesga usted a que no le paguen".

De modo más formal, el rating es una calificación crediticia de una Compañía o una Institución, hecha por una agencia especializada. En España, la agencia líder en este campo es Fitch Ratings. Los niveles son AAA, que es el máximo. Luego vienen AA, A, BBB, BB, y otros, pero son muy malos. En general un banco o caja grande suele tener un rating de AA, y un banco o caja mediano, un rating de A.

Dicho esto, las Agencias de rating otorgaban estas calificaciones o les daban otros nombres más sofisticados pero que al final dicen lo mismo:

  • Investment grade a los MBS que representaban hipotecas prime, o sea, las de menos riesgo (serían las AAA, AA y A).
  • Mezzanine, a las intermedias (supongo que las BBB y quizá las BB).
  • Equity a las malas, de alto riesgo, o sea, a las subprime, que, en este tinglado, son las protagonistas.

En nuestra historia, los Bancos de Inversión colocaban fácilmente las mejores (investment grade), a inversores conservadores, y a intereses bajos. Otros gestores de Fondos, Sociedades de Capital Riesgo, etc, más agresivos, pretendían obtener, a toda costa, rentabilidades más altas, entre otras razones porque esos señores cobran el bonus de final de año en función de la rentabilidad obtenida. Pero, ¿cómo vender MBS de los malos a estos últimos gestores sin que se note excesivamente que están incurriendo en riesgos excesivos?

 

[6º Comentario: La cosa se complica y, por supuesto, los de la Caja de Ahorros de San Quirico siguen haciendo declaraciones en Expansión felices y contentos, hablando de la buena marcha de la economía y de la Obra Social que están haciendo.]

 

Pues algunos Bancos de Inversión lograron de las Agencias de Rating una recalificación (para nosotros, un re-rating, palabro que no existe, pero que sirve para entendernos), que es un invento para subir el rating de los MBS malos. Este invento consiste en estructurar los MBS en tramos, a los que les llaman tranches, ordenando, de mayor a menor, la probabilidad de un impago, y con el compromiso de priorizar el pago a los menos malos. Es decir, que yo compro un paquete de MBS, en el que me dicen que los tres primeros MBS son relativamente buenos, los tres segundos, muy regulares y los tres terceros, francamente malos (esto quiere decir que he estructurado el paquete de MBS en tres tranches: el relativamente bueno, el muy regular y el muy malo), y me comprometo a que si no paga nadie del tranche muy malo (o como dicen estos señores, si en el tramo malo incurro en default), pero cobro algo del tranche muy regular y bastante del relativamente bueno, todo irá a pagar las hipotecas del tranche relativamente bueno, con lo que, automáticamente, este tranche podrá ser calificado de AAA.

 

[7º Comentario: En los "Comentarios de Coyuntura Económica del IESE", de Enero 2008, de los que he sacado la mayor parte de lo que os estoy diciendo, le llaman a esto "magia financiera".]

 

Para acabar de liar a los de San Quirico, estos MBS ordenados en tranches fueron rebautizados como CDO (Collateralized Debt Obligations, Obligaciones de Deuda Colateralizada), como se les podía haber dado otro nombre exótico. Y no contentos con lo anterior, los magos financieros crearon otro producto importante: los CDS (Credit Default Swaps) En este caso, el adquirente, el que compraba los CDO, asumía un riesgo de impago por los CDO que compraba, cobrando más intereses. O sea, compraba el CDO y decía: "si falla, pierdo el dinero. Si no falla, cobro más intereses". Siguiendo con los inventos, se creó otro instrumento, el Synthetic CDO, que no he conseguido entender, pero que daba una rentabilidad sorprendentemente elevada. Y más aún: los que compraban los Synthetic CDO podían comprarlos mediante créditos bancarios muy baratos, por lo que el diferencial entre estos intereses muy baratos y los altos rendimientos del Synthetic hacía extraordinariamente rentable la operación.

Al llegar aquí y confiando en que no os hayáis perdido demasiado, quiero recordar una cosa que es posible que se os haya olvidado, dada la complejidad de las operaciones descritas: todo el tinglado está montado en las suposiciones de que los ninjas pagarán sus hipotecas y el mercado inmobiliario norteamericano seguirá subiendo.

Pero, y aquí empieza lo bueno, a principios de 2007, los precios de las viviendas norteamericanas se desplomaron, con lo que muchos de los ninjas se dieron cuenta de que estaban pagando por su casa más de lo que ahora valía y decidieron, o no pudieron, seguir pagando sus hipotecas. Automáticamente, nadie quiso comprar MBS, CDO, CDS, Synthetic CDO y los que ya los tenían no pudieron venderlos. Todo el montaje se fue hundiendo y un día, el Director de la Oficina de San Quirico llamó a un vecino para decirle que bueno, que aquel dinero se había esfumado, o, en el mejor de los casos, había perdido un 60% de su valor.

 

[8º Comentario: Vete ahora a explicar al vecino de San Quirico lo de los ninjas, el Banco de Illinois y el Chicago Trust Corporation. No se le puede explicar por varias razones: la más importante de todas, porque nadie sabe dónde está ese dinero. Y al decir nadie, quiero decir *NADIE*.]

 

Pero las cosas van más allá. Porque nadie —ni ellos mismos— sabe la porquería que tienen los bancos en los paquetes de hipotecas que compraron, y como nadie lo sabe, los bancos empiezan a no fiarse unos de otros. Como no se fían, cuando necesitan dinero y van al Mercado Interbancario, que es donde los bancos se prestan dinero unos a otros, o no se lo prestan, o se lo prestan caro. El interés al que se prestan dinero los bancos en el Interbancario es el Euribor (Europe Interbank Offered Rate, o sea, Tasa de Interés ofrecida en el mercado interbancario en Europa), tasa que, por tanto, empieza a subir porque nadie quiere prestar dinero. Digamos que es la ley de la oferta y la demanda, pero con dinero.

Por tanto, llegado a este punto, los bancos ahora no tienen dinero (o el que tienen no lo quieren prestar).

Consecuencias:

1. No dan créditos.

2. No dan hipotecas, con lo que los Astroc, Renta Corporación, Colonial, etc., lo empiezan a pasar mal, muy mal. Y los accionistas que compraron acciones de esas empresas, ven que las cotizaciones de esas Sociedades van cayendo vertiginosamente.

3. El Euribor a 12 meses, que es el índice de referencia de las hipotecas, sube, lo que hace que el español medio, que tiene su hipoteca, empieza a sudar para pagar las cuotas mensuales.

4. Como los bancos no tienen dinero, venden sus participaciones en empresas, sus edificios, y hacen campañas para que metamos dinero, ofreciéndonos mejores condiciones.

5. Como la gente empieza a sentirse apretada por el pago de la hipoteca, va menos al Corte Inglés.

6. Como el Corte Inglés lo nota, compra menos al fabricante de calcetines de Mataró, que tampoco sabía que existían los ninja.

7. El fabricante de calcetines piensa que, como vende menos calcetines, le empieza a sobrar personal y despide a unos cuantos.

8. Y esto se refleja en el índice de paro, fundamentalmente en Mataró, donde la gente empieza a comprar menos en las tiendas.

Ahora viene la pregunta del millón: ¿Hasta cuándo va a durar esto? Pues muy buena pregunta, y también muy difícil de contestar, porque se sigue sin conocer la dimensión del problema (las cifras varían de 100.000 a 500.000 millones de dólares), y porque no se sabe quiénes son los afectados. No se sabe si mi banco, el de toda la vida, banco serio y con tradición en la zona, tiene mucha porquería en el Activo. Y lo malo es que mi banco tampoco lo sabe. Cuando, en América, las hipotecas no pagadas por los ninja se vayan ejecutando, o sea, los bancos puedan vender las casas hipotecadas por el precio que sea, los MBS, CDO, CDS y hasta los Synthetic empezarán a valer algo. Mientras tanto, nadie se fía de nadie.

 

[9º comentario:

1. Alguien ha calificado este asunto como "la gran estafa".

2. Otros han dicho que el Crack del 29, comparado con esto, es un juego de niñas en el patio de recreo de un convento de monjas.

3. Bastantes, quizá muchos, se han enriquecido con los bonus que han ido cobrando. Ahora, se quedarán sin empleo, pero tendrán el bonus guardado en algún lugar, quizá en un armario blindado, que es posible que sea donde esté más seguro y protegido de otras innovaciones financieras que se le pueden ocurrir a alguien.

4. Las autoridades financieras tienen una gran responsabilidad sobre lo que ha ocurrido. Los Acuerdos de Basilea, teóricamente diseñadas para controlar el sistema, han estimulado la TITULIZACIÓN hasta extremos capaces de oscurecer y complicar enormemente los mercados a los que se pretendía proteger.

5. Los Consejos de Administración de las entidades financieras involucradas en este gran fiasco, tienen una gran responsabilidad, porque no se han enterado de nada. Y ahí incluyo el Consejo de Administración de la Caja de Ahorros de San Quirico.

6. Algunas agencias de rating han sido incompetentes o no independientes respecto a sus clientes, lo cual es muy serio.]

 

El final de la historia, por ahora, es que los principales Bancos Centrales (el Banco Central Europeo y la Fed —la Reserva Federal norteamericana—) han ido inyectando liquidez monetaria para que los bancos puedan tener dinero. Hay expertos que dicen que sí que hay dinero, pero que lo que no hay es confianza. Es decir, que la crisis de liquidez es una auténtica crisis de no fiarse del prójimo. Mientras tanto, los Fondos Soberanos, o sea, los Fondos de Inversión creados por Estados con recursos procedentes del superávit en sus cuentas, (procedentes principalmente del petróleo y del gas) como los Fondos de los Emiratos árabes, países asiáticos, Rusia, etc., están comprando participaciones importantes en bancos americanos para sacarles del atasco en que se han metido.

Y ya veremos cómo y dónde acaba esto, pero de momento, perdices no hay.

De burbujas y cosas afines

Como muchos de ustedes saben, soy uno de tantos hipotecados, concretamente desde el uno de diciembre del 2005. Un piso en Valencia, relativamente céntrico, relativamente amplio y relativamente todo. Aunque el amigo de los niños, conocido también como Euribor, ha subido sustancialmente desde ese día, de momento -y espero que por mucho tiempo- no tengo problemas para pagar la cuota (hola, jefe). Y digo esto porque me sorprende que muchas de las personas que se quejan en Internet de que los precios de la vivienda estén por las nubes no sólo parecen querer y desear que éstos se derrumben, sino además, que todos aquellos que tenemos un piso con una hipoteca formalizada nos veamos obligados a vender, o nos embarguen y nos quedemos en el paro, por gilipollas e hipotecados, ya que por lo visto, somos los culpables de todo esto.

Es obvio, muy obvio, tremendamente obvio, que los precios de la vivienda son irracionales, que hay una burbuja inmobiliaria -no sé cómo de grande- y que si no bajan, el incremento de los precios se va a moderar en los próximos años muy sensiblemente. Dicho esto, yo no entiendo mucho de economía, la verdad, pero tengo la impresión de que si el país de verdad se va a la mierda como estas personas quieren que suceda, y mucha gente se va al paro, otra tanta tiene que malvender el piso, y a otra tanta el banco se lo embarga por no poder pagar, lo que van a llover del cielo no son pisos a dos pesetas y felicidad y flores para aquellos que no se hipotecaron. No. Van a ser hostias con la mano abierta, para todos y para todas: hipotecados y no hipotecados. Y es que, perdónenme la soberbia, pero creo que lo que hay aquí es mucha mucha miopía y una buena dosis de estupidez e ignorancia.

Para variar.

Perogrulladas económicas (o cosas que ya sabemos)

Bueno, bueno, bueno. Después de la extensa y explícita -hay que ver qué cara tengo- entrada de ayer, volvemos a la normalidad.

Al parecer, «El FMI alerta de que la deuda hipotecaria puede frenar el crecimiento económico en España« [elmundo.es]. Parece ser que este organismo, formado por un montón de economistas que saben un montón de economía, ha llegado a la conclusión de que si nos gastamos mucho dinero en la hipoteca, acabaremos comprando menos cosas. A mí eso me parece algo bastante obvio, incluso si no eres un economista del FMI. Que no es por vacilarles a ustedes, pero eso lo sabía yo hace tiempo. Si tienes dos euros y te gastas uno en el periódico y el otro en agua mineral con gas, el día que el periódico sube de precio, puedes comprar menos agua mineral con gas (y la empresa de mineral con gas gana menos dinero, con lo que sube menos los salarios, dedica menos a innovar, contrata menos personal, menos servicios a otras empresas, que a su vez ganan menos, suben menos los salarios...). Vamos, que yo no sé mucho de economía, pero imagino que eso debe ser bastante básico. Claro que a lo mejor no y lo mío es pura casualidad. Ya saben que esto de manejar la pasta no es moco de pavo.

Pero es que a la vez, los mismos tipos -no los de interés, sino los del FMI- y sus amigos de Banco Mundial y el Banco de España no se cansan de advertir cada cierto tiempo del peligro de sobreendeudamiento de las familias españolas. Es decir, de que la gente gasta más de lo que gana. Y uno quiere imaginar que el mensaje que se desea transmitir al españolito es que modere la pasta que se funde y tenga en cuenta que los tipos de interés están subiendo, ¿no? Pues ya no sabe uno qué pensar, porque los tipos de interés se suben entre otras cosas para que la gente gaste menos, y nos acaban de alertar de que eso no acaba de ser bueno, ¿así que para qué los suben? (*)

Es decir, que si gastas mucho, malo porque te sobreendeudas, y si gastas poco, malo porque la economía no tira palante. Así que aunque nada me gustaría más que poder decirles qué tienen ustedes que hacer, y saber yo mismo qué hacer, me temo que va a ser que no, porque uno ya no entiende nada; hagan lo que les venga a ustedes en gana que al fin y al cabo es lo que mejor sabemos todos hacer.

 

(*) Aunque como les digo yo de esto sé más bien poco, los tipos de interés suben porque Alemania y Francia tiran del carro y Ejpaña pinta -tanto antes como ahora- más bien poco, que es lo mismo que decir que estos años han estado bajos porque los dos de antes, que son los que mandan en esto de Europa no acababan de arrancar.

[En Security A(r)tWork: ¿Un gusano en la manzana?]

Crisis Sheldon

Creo que estoy empezando a dejar atrás el punto crítico de mi primera crisis Sheldon (gracias Geno por la analogía). Como en éstas, no se cómo he de abordarla ni qué sucederá después, pero seguro que lo que venga será un paso adelante. A veces todo tiene que explotar para volver a renacer. Y por cierto, eso me recuerda que podría leerme de nuevo la trilogía de la Fundación.

Fase I

Dicen que al finalizar una relación amorosa, existen una serie de fases por las que la persona atraviesa. Creo recordar que ese era de hecho uno de los argumentos de un capítulo de Frasier. Desconozco —aunque recuerdo algunas— cuales son éstas, por lo que lo que sigue a continuación, hoy y en las próximas semanas es únicamente un pequeño diario descriptivo de mis sensaciones y sentimientos en cada momento. Doy las gracias a Quique Gandia por la idea. Bien, seamos un poco analíticos.

Llamemos a esto Fase I, a falta de otro nombre más original. Asumiré la primera persona del singular, 'el sujeto' me parece algo excesivo (tanta introducción ya me lo parece, de hecho). Ella me "comunica" un domingo de hace un par de semanas, y tras un fin de semana con una ansiedad como no había sentido antes (o al menos no de tal intensidad mantenida), que lo nuestro se acaba. Y punto. Lo único que sentí en ese momento fue alivio, pero no alivio por el fin de una relación que yo no quería finalizar, sino alivio por el fin de una espera que se me había hecho interminable. Ese alivio consiguió, durante un par de días, enmascarar cualquier otro sentimiento que pudiera tener, hasta límites que incluso ahora me sorprenden. Nadie hubiera pensado, hablando conmigo, que yo acababa de encontrarme con el fin de una relación de dos años y medio, excepto en momentos puntuales en los que habitualmente me encontraba solo. Obviamente aquello sí que se mostraba en conversaciones más largas y en el contacto prolongado con la gente. Tampoco yo era consciente de lo que se me venía encima. Pensaba que aquello era tan sólo una ruptura temporal, de quién sabe cuantas semanas, pero temporal al fin y al cabo. Paradójicamente, es imposible saber si será temporal o permanente (sólo sé que no sé nada). Así que me tomé aquello como una soltería temporal regalada, con breves momentos de depresión por la persona ausente. Suena absurdo, pero en mi estado, así era.

Tras unos días en este estado, y tras una conversación con ella, la realidad empezó a golpearme, y me encontraba deprimido más a menudo. Aún así, continuaba pensando que esto era tan sólo cuestión de tiempo. Dos años y medio no podían acabar tan drásticamente. Tenía que haber una segunda oportunidad, y esperaba con ansiedad cualquier noticia suya. Debido a esto, la mayor parte de tiempo no parecía demasiado afectado por su ausencia. Llegaron fallas, y me encontré bastante decaído la mayor parte del tiempo. Además, en ese estado sentía cierta aversión a todo lo que pudiera tener aspecto de relación con una mujer, a pesar de las chicas, algunas de ellas sumamente interesantes, que conocí durante esos días. En cualquier caso, la realidad no acababa de llegar y me resistía a pensar que pudiera tener un fin tan radical. En este punto no entendía cómo todo podía haber acabado con tanta rapidez, ni qué había fallado.

Tras las fallas, este domingo tuve una conversación con ella, probablemente la última en mucho tiempo (el ISBN tendrá que esperar algún tiempo más, muy a nuestro pesar), con algunas afirmaciones bastante duras y claras, tras lo cual estuve -hasta esta mañana- bastante decaído, y sin demasiadas ganas de hacer nada. Creí entender al instante porqué todo había acabado, y dónde estaba el problema (para mí el problema era yo, en ese momento). El tema se ha acabado, definitivamente, y aunque mi cerebro —como si fuésemos dos entes separados...— se resigna a aceptar la situación actual, ya ha empezado a poner mecanismos de defensa por medio. He conseguido refutar, internamente pero creo que con bastante éxito, la mayoría de argumentos de la ruptura esgrimidos, con lo cual el sentimiento de culpa que me había abordado durante estos días, multiplicado por diez tras la conversación telefónica, ha comenzado a remitir y confío en que desaparezca por completo en un par de semanas. El problema no soy yo, ni ella, ni nosotros (no, no somos "incompatibles"). Tras este par de días, me encuentro en este momento bastante relajado aunque a la espera del siguiente golpe. Por decirlo de alguna forma, esta fase de no aceptación (i.e. "volverá, esto no puede ser el fin") se ha caracterizado por periodos prolongados de normalidad interrumpidos por intensos relámpagos depresivos, sin un patrón de aparición temporal o espacial determinado. Esta fase está llegando a su fin, aunque imagino que se prolongará algunos días más, ya que la esperanza de que la situación se rehaga en unos meses aún existe en mi cabeza. No obstante, va perdiendo fuerza, más por lo absurdo de considerarla (¿a quién le importa lo que pueda suceder dentro de unos meses? ¿tiene sentido siquiera pensar en ello?) que por ser consciente de la propia situación en sí.

Bien, podría ser más profundo, más analítico, mas clínico, pero creo que es suficiente por ahora. Mucho que decir, poco tiempo y poco espacio. (Y no, no voy a contestarle. El tiempo se encargará de darnos a todos mejores perspectivas que las que ahora tenemos).

Just what is it that you want to do? / We wanna be free / We wanna be free to do what we wanna do (Primal Scream, Loaded, Screamadelica)

Te echo de menos

Esta tarde he visto Robots en Kinepolis. Es la primera vez en mucho tiempo que voy a Kinepolis sin ella.

Te echo de menos.

 

"Una parte del crecimiento y la madurez se logra desarrollando el coraje necesario para superar la "tempestad" de nuestra vida sin ser autodestructivos, sin ceder a la amargura y la autocompasión, sin perder la esperanza en nosotros mismos, pero sin dejar de creer en la promesa de nuestras propias vidas".

 

Stephen Gullo y Connie Church