Querido propietario

Imagino que leerían la entrada de ayer. En pocas palabras, en ésta les contaba  que después de alquilarnos un piso lleno de mierda hace un año y medio, la inmobiliaria en cuestión tuvo a bien cargarnos 120 € de limpieza cuando dejamos el piso hace un mes. A continuación, en la entrada les mostraba el e-mail que le mandé como, digámoslo así, triste consuelo.

Pues el caso es que, no sé si es que no había leído mi correo, pero el propietario, hombre ocupado e incansable voluntario en la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, ha tenido a bien contestar al correo en el que yo le decía, más o menos, si los 120 € eran una broma. Por cuestiones legales no se lo transcribiré aquí, pero viene a decir que cuando entramos el piso estaba limpio y desinsectado, y que el problema de las cucarachas es que no sabían que éstas salen a las 48 horas (y claro, no se les ocurrió limpiarlas).

Aprovecha además el buen hombre para pedirme que no me apresure con la fianza, a pesar de que tardó un mes y diez días en devolverla, y de que no tengo noticias de las facturas del agua desde mayo.

Por supuesto, también me he cagado en sus muertos. Vamos allá con el correo:

Estimado [propietario]:

Agradezco su respuesta, aunque o miente usted, o desconoce cuál era el estado real del piso cuando entramos a éste el pasado 1 de julio de 2014. Por si lo desconociese, ya se lo digo yo: el piso estaba más que sucio. Los suelos, los armarios, las estanterías, y especialmente la cocina (incluyendo nevera y microondas) y el cuarto de baño. No se trataba únicamente de que hubiese cucarachas muertas, lo que, por otra parte, no es que sea imperdonable, es que como mínimo deberían haberse limpiado cuando se informó de ello en su momento.

Resumiendo, no, la vivienda no estaba limpia, ni de suciedad ni de cucarachas. Y cuando se enseñó el piso tampoco lo estaba (y no se acababa de desinfectar, dado que de ser así no habríamos podido entrar), así que no me venga con lo de las 48 horas. No me tome por idiota, se lo ruego.

Respecto a mi "incomprensible urgencia", le recuerdo que las últimas facturas de agua que usted nos remitió se remotan al 29 de abril. De eso hace seis meses, a pesar de haberle reiterado la necesidad de que me las remitiese. Entenderá mi "incomprensible urgencia" por saber el importe del consumo de dichos meses.

Por otro lado, le informo de que, con independencia de lo que figure en el contrato, el artículo 36.4 de la Ley de Arrendamientos Urbanos "obliga a devolver la fianza, siempre que no aparezcan desperfectos en la vivienda imputables al inquilino, ya que la finalidad que tiene el pago de la fianza es responder de los daños que aparezcan en el inmueble cuando termina el arrendamiento. El inquilino no responderá de los deterioros cuando se deban a un USO NORMAL de la vivienda o local de negocio".

Dado que no ha habido tales desperfectos (la suciedad, en todo caso, responde a un uso normal, a pesar de lo que usted opine), el plazo de devolución de la fianza era de un mes. Sin embargo, ésta se devolvió 10 días después de lo que marca la ley, así que le agradecería que se ahorrase los comentarios y se informase mejor.

No tengo intención de seguir con esta conversación ni de reclamar nada [...], una vez que me doy cuenta de que no es culpa únicamente de la inmobiliaria, sino de ambos. De usted por cargarnos el importe de la limpieza de manera indebida, y de la inmobiliaria, de la que también éramos clientes (ya que para algo se pagó una comisión a la entrada), por no oponerse, avisarnos ni negociarlo con nosotros previamente.

En fin, no hace falta que le exprese mi opinión sobre usted. Si ha leído el correo que le remití ayer a [agente], es básicamente la misma, o incluso peor, que la que le expresé a él. Igual que le dije a [agente], espero que le aprovechen los 120 €. Me voy a ahorrar los comentarios; puede darle gracias a [agente] por haberse comido algunos insultos que en gran parte iban dirigidos a usted.

Hasta nunca. Espero que se pudra en el infierno.

Un saludo.

Lo del infierno es de mi cosecha, aprovechando que presumo que es católico y que se ha pasado el séptimo mandamiento (ya, ya sé que no se acuerdan, es No robarás) por el forro de ya saben dónde. 

Unos minutos más tarde, intranquilo, le he mandado otro correo diciéndole que era gilipollas, así: "Es usted un gilipollas", por aquello de que no me salgan bultos en el futuro. Eso sí, siempre de usted, que aunque uno sea un chorizo, merece que le traten de usted. He pensado decirle que además de todo es feo como un demonio, pero de eso no tiene él la culpa, así que no he considerado oportuno añadirlo.

Y este es, espero, el final de mi historia. Y se lo cuento a ustedes porque me da la gana.

Querida inmobiliaria

Si recuerdan, y si no ya se lo recuerdo yo, el pasado 1 de julio de 2014 comenzamos a vivir en  Madrid, alquilados en un piso ubicado en la calle San Mateo, en Malasaña. Sucio es una palabra muy suave para describir el estado de limpieza e higiene del piso. Por si eso no fuese suficiente, la cocina estaba, aparte de llena de mierda, literalmente plagada de cadáveres de cucarachas.

Para que vean que no exagero, aquí hay unas cuantas fotos de los armarios de la parte superior de los muebles de la cocina el día que entramos. Seguro que les encantan.

Bien, el caso es que me pasé literalmente tres días de seis a doce de la noche limpiando, y sólo hacía que salir mierda. Mierda, mierda y más mierda. Al preguntarle al "agente inmobiliario" si habían limpiado el piso o lo iban a limpiar (y el entrecomillado no es gratuito), me comenta que la persona que hace las reparaciones ya lo había limpiado. Con lo cual inferí que dicha persona vivía debajo de un puente o en un estercolero. 

Como se pueden imaginar, el "agente" fue dando largas y una vez dentro y pagada la fianza, si te he visto no me acuerdo. Tardamos varias semanas en conseguir que el piso pareciese un lugar habitable por los criterios higiénicos occidentales. No, por razones de carácter legal no les voy a decir el nombre del impresentable ni de la inmobiliaria.

En fin, que hace cosa de un mes salimos del piso. Como es evidente, no íbamos a hacer una limpieza a fondo de un piso que nos entregaron en las condiciones de una chabola de las Barranquillas. Aun así, el piso estaba significativamente más limpio que cuando nosotros entramos. Y por supuesto, ni había ni un cadáver de cucaracha. 

Pero he aquí que hace unos días la inmobiliaria devuelve la fianza, a la que le carga, aparte de los recibos pendientes, 120 € de limpieza. Cuando lo vi no me lo creía, pero sí, ahí estaban. 120 €. Cuando se lo planteo, aporta una factura y el detalle de las cosas que estaban sucias, rematando con un "El piso necesitaba una buena limpieza en en todos sus aspectos" (no te jode, eso lo sé desde hace año y medio, gilipollas), una defensa del trabajo de las personas que se dedican a la limpieza y pidiéndome que opine desde el respeto.

Por las mismas razones de antes no expondré su correo aquí. Pero sí el que yo le he enviado, que para algo lo he escrito yo. Dice así:

De: Yo
Para: [Agente]
cc: [Propietario]
Fecha: 10/12/2015 13:17
Asunto: Re: Factura de [propietario] limpieza calle San Mateo

Estimado [agente],

En ningún momento he puesto en duda que el piso necesitase una limpieza, ni que sea caro, ni la competencia del personal de limpieza. Pero sí, necesitaba una factura. Ahora bien, no recuerdo que el día del checkout me dijeses nada de la limpieza ni que hicieses absolutamente ninguna fotografía. No, el propietario no se ha puesto en contacto con nosotros, pero teniendo en cuenta que han pasado meses esperando las facturas de agua, no confío demasiado en ello.

Lo que me parece impresentable y de una caradura impresionante es que le remitas al propietario la factura de la limpieza de un piso que cuando entramos no estaba sucio, sino que era una AUTÉNTICA POCILGA, como muy bien os indiqué en su día a ti y a [agente 2], adjuntando fotografías de los armarios de la cocina sucios y llenos de cucarachas muertas. Eso no es una opinión, es un hecho. ¿Eso lo sabía el propietario? De hecho, ese mismo correo os lo envié hace un par de días. Sin embargo, no recuerdo que entonces mandases a nadie a hacer una limpieza integral del piso porque éste necesitase "una buena limpieza en todos sus aspectos". Porque no lo hiciste, ¿verdad? No, por supuesto que no.

Es más, recuerdo haber insistido varias veces en el tema de la suciedad y haberte dicho a los pocos días de entrar que el piso estaba muy sucio y que [la persona de las reparaciones] sólo había barrido por encima, y tú mismo me dijiste que bueno, que esa persona no se preocupaba mucho por la limpieza. Si tú entregas un piso lleno de mierda, luego no puedes pedir que se te devuelva limpio. No sé porqué hemos de pagar una limpieza que se debería haber hecho antes de entrar nosotros al piso. Bueno, sí lo sé. Porque, dejando fuera al propietario porque no sé cuál es su implicación en todo esto, así la limpieza os sale gratis porque nos la cargáis a nosotros. No pensé que fueses a tener la jeta de hacer esto, pero veo que me equivocaba.

En fin. Después de haber trabajado con varios gestores inmobiliarios después de ti, y dando ya por perdidos los 120 €, te garantizo que como inmobiliaria no es que no seáis de los mejores profesionales del mercado, es que sois de lo peorcito que me he encontrado. Como profesional, eres un auténtico pirata. Espero que te aprovechen los 120 euros.

Mi respeto no es gratis; lo guardo para la gente que se lo merece. Después de recibir este correo, te puedes ir a la mierda. Seguro que allí hay mucho que limpiar y seguro que encontrarás a alguien a quien cobrárselo.

Un saludo,

XXXXXXXXXX

Se preguntarán porque no le denuncio ante la OCU o cualquier otro organismo de consumo. Tengo mis razones, y estas son que hay terceras personas implicadas en el contrato de alquiler, a las que no quiero molestar. Por otro lado, sí, debería haber sacado fotos y todo eso antes de entrar, pero no estoy seguro de que eso fuese a suponer ninguna diferencia si no estás dispuesto a reclamar, porque las fotos existen.

Se preguntarán también que por qué les cuento esto. Pues no lo sé. Supongo que porque necesitaba hacerlo y cualquier alternativa que se me ocurre me llevaría a la cárcel unos días, unos meses o unos años. Y como comprenderán, no le voy a dar el gusto.

Terraza.7

Dado que hace ya un par de semanas que nos mudamos, dejando atrás Malasaña, Chueca, las hordas de gente, los hipsters y cómo no, las vistas del edificio Colón (lo que significa que las fotos tienen ya algunos días), creo que esta será la última entrada de la serie Terraza. 

Al menos en mucho tiempo.

Divagar

Cuentan que la razón de que The Doors tenga unas canciones tan largas e hipnóticas se debe a que en sus comienzos se veían obligados a tocar en clubs (sí, es cierto, eso de "verse obligados a tocar" suena como si lo hiciesen bajo amenaza de sodomía) durante muchas horas sin tener por aquel entonces un gran repertorio de canciones.

Por ello, tendían a alargarlas indefinidamente, creando lo que más tarde ha sido parte de la idiosincrasia del grupo. No sé si hay algo de verdad detrás de eso, aunque me suena que leí que fue el propio Jim Morrison quien lo dijo en una entrevista. Sin embargo, no he conseguido encontrar la entrevista ni ninguna mención a ello. 

Y no me pregunten más, porque al fin y al cabo, no importa demasiado.

-

Actualizo. Pues resulta que sí es cierto, aunque no fue Morrison sino Manzarek, cofundador y tecladista de la banda entre 1965 y 1973 (según Wikipedia), quien lo dijo. A lo que iba. 

En Rolling Stone:

 

[En sus comienzos] los Doors sólo tenían unas quince canciones. Hacían algunos covers de blues de James Brown y Chicago, pero tener que tocar dos sets por noche obligó al grupo a expandir literalmente su repertorio, reformulando así el sonido de la banda. "Repetir y alargar", dice Manzarek. "’Light My Fire’ pasó a tener solos. ‘The End’ se convirtió en la épica que conocemos hoy".

Fotos.7

Terraza.6 / Fotos.6

Terraza.5

Terraza.4

Tengo que buscar nuevas perspectivas.