Política (al menos) publicitariamente creativa, y más
Seas del PSC o no, hay que reconocer que su cartel de precampaña es cojonudo.
Ah. Y una de esas noticias que le dejan a uno con cara de gilipollas y ganas de vomitar.
Seas del PSC o no, hay que reconocer que su cartel de precampaña es cojonudo.
Ah. Y una de esas noticias que le dejan a uno con cara de gilipollas y ganas de vomitar.
Un astrofísico, un físico experimental, un físico teórico y un matemático van en tren por Escocia. En lo alto de una loma divisan una oveja negra pastando.
El astrofísico dice: "¡Eh! ¡Las ovejas en Escocia son negras!".
El físico experimental le mira con cara de compasión y dice: "Querrás decir que en Escocia algunas ovejas son negras".
El físico teórico arquea las cejas y dice: "Es más correcto decir que al menos una oveja es negra en Escocia".
El matemático, mirando al cielo como solicitando ayuda, recita: "En Escocia existe al menos un prado que contiene al menos una oveja que es negra al menos por uno de sus lados".
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Si un jardinero tarda una hora en hacer un hoyo de un metro cúbico, ¿cuánto tardara en hacer medio hoyo?
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¿Por qué Heisenberg nunca tuvo hijos?
(Psst...)
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Todos sacados de la genial Curioso pero inútil. Si no nos vemos antes, buen fin de semana a todos ;^)
Ayer comentaba mjuan en los comentarios varias impresiones negativas que le causaba la imagen publicitaria que había mostrado. Aunque estoy de acuerdo parcialmente con ellas —sobre todo con aquella que habla de reminiscencias de los valores del "socialismo real"—, lo cierto es que la campaña publicitaria a la que pertenece la imagen está dirigida al público local chino, por lo que con este dato, algunas de sus consideraciones tienen más fuerza y otras menos.
Por el contrario, esta segunda imagen y la campaña a la que pertenece, que con toda probabilidad estarán censurada en ese país, no reflejan precisamente el mismo tipo de ideas sino que hablan de las violaciones de derechos humanos que aún se llevan a cabo en la República Popular China. Con el beneplácito —y el beneficio— de las potencias y empresas occidentales, por supuesto.
Hola. He vuelto de vacaciones con un "de moderado a intenso" dolor de cabeza (y que para mi desgracia veo cómo crece con fuerza a medida que avanza el día), así que, en lugar de pedirles las pertinentes, rutinarias y también innecesarias disculpas por la ausencia de estos días y soltarles algún rollo, les dejo con esta impresionante imagen publicitaria creada por TBWA Shanghai con objeto de los JJOO de 2008 en Beijing/Pekín. Y nada más por hoy. Ya saben, feliz 2008 y todo eso que se dice, aunque algunos hayamos entrado en el nuevo año algo deteriorados.
Vía elmundo.es.
No sé si han visto la nueva campaña de la DGT, «En el coche puedes vivirlo todo o perderlo todo». Ese es un detalle de su página en Internet. El problema, si se fijan, es que para pasar 14400 horas al año en el coche, el día tendría que tener casi 40 horas, y nosotros pasar todo ese largo día dentro del coche, lo que seguramente es probablemente algo desesperante. La captura de pantalla, donde se ve lo mismo algo más nítido, aquí.
Vía Javier Vidal
Nada más por hoy. Este fin de semana imagino que les contaré algo, pero si no es así, buen fin de semana a todos.
No se si muchos de ustedes se dedican como parte de sus tareas profesionales —aquellos que trabajen— a hacer informes para clientes, pero en cualquier caso, seguramente casi todos hemos hecho algún trabajo para clase del que, sobre todo cuando se le dedican muchas horas, acaba uno tan harto que para intentar "combatir" un poco la rutina y la monotonía (y sobre todo si es un trabajo en grupo), pone alguna tontería que le haga reír un rato y que por supuesto, borra antes de entregarlo, so pena de que le saquen a uno los colores y algo más.
A veces pasa eso. Y a veces, algún idiota con mucho tiempo libre y demasiadas ganas de reirse de la gente, hace alguna estupidez y acaba en la cola del paro. Seguro que ahora ya no se ríe tanto.
«Un cliente de Valencia recibe una factura de Gas Natural que le apellida Gilipollas Caraculo»
(En realidad, al principio pensaba darle un tono jocoso al asunto, pero a medida que iba escribiendo el tema me hacía cada vez menos gracia, y la "broma" —si es posible llamarla así— ha acabando no teniendo ni puta gracia, así que eso es lo que hay).
Hace cosa de siete meses o incluso algo más, había cerca de mi casa un descampado del tamaño de un campo de futbito, justo pegado a un edificio de la Administración Local. No estaba especialmente sucio, aparte de las mierdas de los perros de unos cuantos incivilizados, pero tampoco es que fuese un lugar como para llevar a los niños a jugar. Por aquel entonces, alguien tuvo la genial —sin ironías— idea de acondicionar aquel espacio con unos bancos, unos columpios para los críos y un pequeño jardín. Así que se pusieron a ello, y si no me falla la memoria, a mediados de septiembre el parque estaba finalizado. Y así lleva desde entonces: finalizado, y rodeado de vallas metálicas que impiden que la gente pueda hacer uso de él. No sé si están espera alguna absurda inaguración oficial, a las próximas elecciones, o simplemente esta vez nadie ha tenido la idea genial de llevarse las vallas de allí.
Por supuesto, al encontrarse vallado, el parque no tiene mantenimiento, ni jardinería, ni limpieza, ni nada, incluyendo gente que utilice los bancos y niños que hagan uso del tobogán, por supuesto completamente pintarrajeado por los típicos descerebrados hormonados. Así que en definitiva, con la inestimable ayuda de los adolescentes del instituto que hay a cincuenta metros y la incompetencia de los responsables de urbanismo, vamos camino de sustituir el anterior descampado por algo no mucho mejor, o al menos, muy lejos de lo que era en un principio. En cualquier caso, ya conocen como funciona la administración pública en este santo país; nada nuevo bajo el sol.
...ni demasiado sentido común.
Reunión en cliente, departamento técnico, durante una auditoría:
—¿Existen especificaciones técnicas adjuntas a los contratos con proveedores?
—Depende del proveedor, pero sí, es habitual.
—¿Y qué se hace con los contratos que es necesario destruir?
—Los llevamos a la destructora de papel que tiene Administración.
—¿Podría proporcionarnos una copia de algún contrato?
—Sí, un segundo… Vale, aquí en la papelera tengo uno para reciclar.
(10 segundos después…)
—Ehhmmm… Creo que no debería haber dicho eso de que es para reciclar… ¿no?
Hola.
Mientras saco la cabeza del hoyo, véase foto de la avestruz en la anterior entrada, les dejo con una pequeña joya que un compañero de trabajo me hizo llegar ayer. El juego en cuestión se llama Crayon, de Petri Purho, y se trata básicamente de hacer llegar una pelota a una estrella mediante la ayuda de un lápiz con el que dibujar objetos, y la acción —simulada— de la física. Aunque el vídeo que hay debajo es de la versión Deluxe actualmente en desarrollo (y esperemos que también freeware), y contiene innovaciones que no estaban presentes en la versión original, la idea es básicamente la misma.
El juego, que pueden descargar desde aquí, tiene en su versión original únicamente siete niveles, pero si navegan un poco por el blog del autor verán que hay un editor de niveles y mucha gente ha creado ya niveles adicionales, así que con un poco de maña y ganas pueden estar un buen rato jugando. Y que ustedes lo pasen bien.
«Sí, cariño mío, lo que tú quieras»
Y esta es la razón de porqué no se deben fumar porros en horario laborable, sobre todo si eres la (ya ex-) portavoz del PSOE en el Parlamento de Aragón y vas a hablar en público. O eso, o esta mujer está dentro del cupo de minusvalía (psíquica) del PSOE. O estaba en trance místico. O estaba preparando el comienzo de su carrera como humorista. O... en fin, nada más. Muchas gracias, muchas gracias, muchas gracias. Fin.
Ya sé que no estoy muy comunicativo últimamente, o al menos no tanto como suelo estarlo, y que mi inventiva e imaginación están bajo mínimos. Sé que se nota, aunque tampoco espero que me echen demasiado en falta. El problema es que ya de por sí no tengo demasiado tiempo y el entrenamiento está empezando a acaparar una buena parte de mi tiempo —personal— de ocio (aparte de empezar a reflejar unos tímidos resultados), lo que provoca que me quede menos para ustedes. Por si esto fuese poco, mi cabeza lleva unos meses digiriendo —que no dirigiendo— el argumento de la eterna sin nombre, y parece que finalmente tenemos ganador, así que en algunos meses o a lo sumo un par de décadas, debería sentarme a escribir la eterna sin nombre. Con lo que entonces les dejaré aún más huérfanos, al menos por mi parte.
De todas formas, no se preocupen aún por eso, el momento de abandonarles llegará, pero no todavía (como si a alguien le importase mucho...). Para hoy, y como contraste del último ladrillo, les traigo un vídeo de humor que tenía aparcado desde hace algún tiempo. No es gran cosa y además está en inglés, pero yo me reí bastante y ya verán como es muy fácil de entender. Si no lo entienden, mejor que no lo digan, que hay mucho aspirante a House y mucha mala leche suelta.
“Nuestro leitmotiv es hacer propuestas que beneficien a la sociedad” — Fernando Martín.
[Presidente de Fadesa-Martinsa y del Grupo 14 Inmobiliarias por la Excelencia]
(Aparece Lina Morgan y se oyen risas)
Esta historia es bonita e interesante...
«Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:
Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que éste afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leo la pregunta del examen y decía: "Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro".
El estudiante había respondido: "Lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio". Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de sus de estudios, obtener una nota más alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.
Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contesto que tenia muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara.
En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: "Coge el barometro y déjalo caer al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con un cronómetro. Después se aplica la formula 'altura = 0,5 por g por T al cuadrado', y así obtenemos la altura del edificio". En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dió la nota más alta.
Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.
Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contestó; éste es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando en la pared la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Éste es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quieres es un procedimiento más sofisticado, puedes atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Dado que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la velocidad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad, al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla formula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.
En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su período de precesión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, siguió, la mejor sea coger el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo.
En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares). Evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios sus profesores habían intentado enseñarle a pensar. El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.»
... pero es falsa.
Gracias a cucal, sabemos que Andrés tiene un Volkswagen.
Estás en un concurso en la televisión. En este concurso la idea es ganar como premio un coche. El locutor del programa te enseña tres puertas. Dice que hay un coche detrás de una de las puertas y que detrás de las otras dos hay cabras. Te pide que elijas una puerta. Tú elijes una puerta, que no se abre todavía. Entonces, el locutor abre una de las puertas que tú no has elegido y muestra una cabra (porque él sabe qué hay detrás de las puertas). Entonces dice que tienes una última oportunidad de cambiar de opinión antes de que las puertas se abran y consigas un coche o una cabra. Te pregunta si quieres cambiar de idea y elegir la otra puerta sin abrir. ¿Qué debes hacer?
(Problema de Monty Hall, sacado del libro El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon)
Actualización: La solución correcta es, como algunos han dicho, cambiar. Hay varias formas de ver esto, que están detalladas en la Wikipedia, pero yo mostraré dos.
1)
+ Imaginemos que en el primer caso, escogemos la puerta primera, que tiene el coche detrás. El presentador abrirá una de las otras puertas, y puesto que la puerta restante tendrá una cabra, si cambiamos: perdemos.
+ En el segundo caso, escogemos la puerta segunda, que tiene una cabra. Por tanto, el presentador únicamente podrá abrir la tercera puerta, y al cambiar, escogeremos necesariamente la primera puerta: ganamos.
+ En el tercer caso, escogemos la puerta tercera, que tiene una cabra. Por tanto, el presentador únicamente podrá abrir la segunda puerta, y al cambiar, escogeremos necesariamente la primera puerta: ganamos.
Por tanto, en dos de los tres casos ganamos si cambiamos.
2)
Imaginemos que en lugar de tres puertas, hay 100 puertas. Nosotros escogemos una puerta, y el presentador abre 98 puertas que tienen una cabra detrás. Así pues, sólo en el caso de que hayamos escogido inicialmente el coche, cuya probabilidad es 1/100, perdemos. En las restantes, 99/100, ganamos.
Voilà.
Después del, a decir de los comentarios, soporífero post de ayer, y es que hay gente que se queja de vicio, traigo un corto de Luiso Berdejo y Jorge C. Dorado. Aunque no se ve muy bien, y sé que mantener la atención casi diez minutos sobre la pantalla dejando en paz el ratón va a costarle horrores a más de uno, vale la pena. Gracias a Fernando por la referencia.
(Tengo miedo de que este pueda ser el lugar donde pase el resto de mi vida)