Nada nuevo bajo el sol

Hace un par de meses, había un anuncio en televisión en el que un sujeto aparecía disfrutando de diversos lujos para acabar el día encima de un escenario como cantante punk gritando aquello de Maldita sociedad, maldita hipocresía. Vamos, que el colega en cuestión se pegaba la vida padre para luego berrear en contra del cóctel de gambas que se había zampado en un lujoso restaurante. O de lo que éste representaba, que al fin al cabo, las gambas no le han hecho daño a nadie. Renault Laguna: Seamos sinceros, a todos nos gusta vivir bien. No se porqué, al sacar el tema me acuerdo de Extremoduro presentando su último disco en los locales de la SGAE.

Bueno, respecto al anuncio, alguien me comentó que le resultaba desagradable por los valores que representaba. Para mí, más bien al contrario, y no es que me resulte especialmente agradable, sino que pienso que el anuncio no es otra cosa que un reflejo fiel de esta sociedad. Y es que a todos nos gusta vivir bien; a mí el primero. Qué mal está el mundo, pobres gentes allá en el tercer mundo... cambia de canal, anda, que creo que ponen fútbol, y tráeme una Coca-Cola que tengo sed. Supongo que lo que no nos gusta tanto es ser sinceros con nosotros mismos.

Nada nuevo bajo el sol, ya lo sé. A ver si voy a venir yo ahora a descubrir América, con lo que cuesta moverme de mi casa. Claro que el derecho al pataleo y a silenciar nuestras propias conciencias es algo que tampoco nos puede quitar nadie. Eso, si es que el hecho de que en el mundo muera nosecuánta gente de hambre, nosecuánta anta gente de sed, nosecuánta gente de SIDA, nosecuánta gente de nosecuántas cosas, que al final resultan ser nosecuántas muertes de personas por nosecuántas cosas (muchas de las cuales con solución), es un problema de conciencia (consecuente) para alguien a este lado del universo. Algo que, permítanme la licencia, y con las excepciones de siempre, que haberlas, haylas, lo dudo mucho.

Porque me podré quejar, lamentar, pero lo cierto es que yo no necesito dos putas camisetas más, ni dos ni diez. Ni ir al cine semana sí semana también. Ni un reproductor de mp3. Ni conexión a Internet. Ni este ordenador, ni un coche de dos millones y medio. Ni una casa de 75 m2. Ni un lavavajillas. Ni un móvil de última o primera generación. Ni tanto libro, ni tanta ropa, ni tanto lcasei inmunitas. Ni ambientadores para la casa, radio MP3 para el coche o champú con extractos vegetales. Por empezar con algo. Y con toda seguridad, tú tampoco necesitas nada de eso. Pero para qué vamos a negarlo, a todos nos gusta vivir bien, y tomarnos una cerveza fresca al solecito en una terraza, mientras comentamos lo jodido que está el mundo. No es que estemos anestesiados, no. Es que nos pinchan y no sangramos.

Este mundo puede ser una mierda, pero si lo van a cambiar, que avisen, que me gusta como vivo y apuesto que a ti también.

Y enciende la tele, creo que ponen fútbol.