Damunenlace paaaaayo

Les confieso antes incluso de comenzar que estaba dudando entre colgar esta entrada o no, porque tengo una personalidad algo volátil y mi motivación cuando la escribí no es la misma que ahora, pero me he dicho que bueno, ya que la tengo escrita, será mejor que la ponga y me deje de tonterías. Total, mañana otra y si te he visto no me acuerdo; es un poco tarde para ir escatimando en grilletes (ya saben, esclavo de tus palabras...). También les diré que este texto ha sufrido sustanciales modificaciones que jamás verán; me lo agradecerán, ya es bastante larga de por sí. Porque sí, va a ser larga, chistes aparte.

Debería empezar hablando de la tendencia que abunda en este mundillo a decir que uno escribe no para que le lean sino porque le gusta, pero les agradará oír que me voy a saltar ese trozo por irrelevante, repetitivo y absurdo. Además, yo vengo aquí a hablar de mi blog, y en ese caso, además de escribir, cosa que no niego que me divierte y mucho (sospecho que es evidente) lo que me gusta es que me lean. Sí, coño, que me lean, que no escribo para los muertos. Que el lector disfrute con lo que lee; que se lo pase bien. Soy consciente de que a veces más, a veces menos; la inspiración viene y va y no a todo el mundo, por suerte, le gusta lo mismo. Y si además con ello me pudiera hacer rico, mejor que mejor. Estén tranquilos, de momento he renunciado a la dominación mundial y a ser multimillonario con las palabras; a mí la política me queda lejos, afortunadamente.

Resumiendo -y traduciendo- todo lo que les decía en números, desde diciembre hasta el mes pasado, y de acuerdo a Google Analytics, este blog ha recibido una media de sesenta (60) visitas y unas ciento veinte (120) páginas vistas al día. Contando con los actuales cincuenta y pico lectores del feed RSS, calculo que debo tener un total de unos setenta (70) lectores diarios, que creo yo que no está nada mal, aunque lleve poco más de tres años y medio en marcha, que empieza a ser bastante. Sí, hay algo en esa frase anterior que no encaja bien, aunque lo voy a dejar como ejercicio para el lector diligente.

Así pues, aunque es posible que estén al tanto de cómo odio este tipo de llamamientos publicitarios y tirar del más sucio marketing, si tienen en cuenta la idea citada un par de párrafos antes que decía que «lo que me gusta es que me lean», pueden imaginar para qué es esta entrada; para lo mismo que he puesto esa cosa debajo del título, y para lo mismo que he activado la suscripción por correo electrónico: para ganar lectores. Y es que ya saben lo que se dice: estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros (aunque también en este caso aplica bastante bien aquello de a tomar por culo, o el ya famoso ¡a la mierda!). Llamen a todo lo anterior necesidad de autojustificación si quieren, porque a lo que vengo yo aquí dando tanta vuelta retórica es a pedirles que si el blog les gusta lo suficiente, aunque entren ustedes esporádicamente, me enlacen desde el suyo. Si ya lo han hecho, gracias mil. Claro que sé que algunos de ustedes no tienen blog. No les culpo por ello, qué le vamos a hacer, nadie es perfecto. Ya ven, eso es todo; qué entrada más estéril, cierto, y qué miserablemente pedigüeña. Sepan que la cita anterior de los principios, si no recuerdo mal, es de Groucho Marx. La del culo pertenece, cómo decirlo, al "repertorio nacional".

Insisto. Quizá alguien piense que esta es una burda estrategia para ganar enlaces o popularidad, o cualquier cosa que se les ocurra. Bien, es cierto: es burda y es una estrategia. El resto ya lo he explicado, aunque para ser sinceros, me trae sin cuidado. ¿O es que son ustedes tan ingenuos que piensan que si fuese a parar a una isla desierta sin ninguna esperanza de ser encontrado me pondría a escribir sandeces como estas? Pues como se decía hace algún tiempo, va a ser que no.

Sea como sea, este blog continuará igual que hasta ahora, para bien o para mal. Y ahora que la leo, coño, qué entrada más larga, ¿no?