Cosas que hacer antes de los 30 años

Vengo de ver Cosas que hacer antes de los 30 años en Kinepolis. Bueno, a lo que iba. El caso es que la película no es gran cosa. En la línea de La Intérprete, pero como supongo que las expectativas eran menores en este caso, la decepción ha sido también menor. Lo cierto es que últimamente no me entusiasma ninguna película. Esperemos que La Guerra de los Mundos valga la pena, porque si tengo que confiar en el Episodio III...

La intérprete

Esta noche después de cenar hemos ido al cine a ver La Interprete. Ha sido una dura lucha contra el sueño y el tedio, pero he conseguido sobrevivir y aquí estoy. Escribiría esto mañana, pero ahora lo tengo mucho más reciente y no quiero que se me olvide nada. Espero no destripar mucho la película, aunque total para lo que vale...

La película empieza con la siguiente curiosa escena (cortesía de Óscar): una persona chapurreando inglés desde el estrado y Nicole Kidman "traduciendo" a... ¿al inglés? Después de esto, la película es un cúmulo de despropósitos y tópicos. Primero, no se cuando se acostumbrarán a no poner gente con cara de malo en papeles de malo, y más cuando esperas una trama medianamente de calidad. Tampoco sé porqué no es posible tener, en películas relativamente serias, personajes cuyas vidas no estén salvajemente atormentadas, sin que parezcan encelográficamente planos. Porque desde luego tanto uno como otro son carne de Prozak y a cada cual más desgraciado. Los personajes son tan irreales y llenos de conflictos que ni Nicole Kidman ni Sean Penn parecen estar a la altura de sus interpretaciones habituales.

Pero es que la parte de política internacional tampoco tiene desperdicio. Para empezar, hace una apología radical de la ONU, y le atribuye un poder y una capacidad resolutiva que no tiene, todo montado sobre el gran papel de la diplomacia, que por lo general es incapaz de arreglar nada. Eso por la parte más seria. Yendo a los detalles, más bien cómicos, no sé cuando a un presidente de un país africano de aparentemente poca monta le han tirado flores en la segunda avenida de Nueva York. Ni cuando se le ha prestado tanta atención por parte de las autoridades americanas como parecen prestarle en la película. Quizá la acción transcurría en un universo paralelo. Quién sabe. Ni que fuese Putin o Schröeder.

Resumiendo, Sydney Pollack se ha lucido con una película bastante penosa. Para pasar el rato y poco más. Más suerte la próxima vez.

Esmoquin 2

Supongo que el hecho de que ayer no escribiese nada sobre la obra de teatro que fui a ver a diferencia de lo que hice tras ver la obra El Precio, es indicativo suficiente de que me entusiasmó mucho menos.

La obra en sí no está mal, sobre todo si eres de risa fácil, como al parecer era la mayoría del público. Incluso si no es así, tiene varias situaciones divertidas, pero tampoco es que te tronches. No llega a ser Lina Morgan, pero toda la obra se sustenta demasiado en la forma de hablar y comportarse de Arturo Fernández (aunque eso era de esperar), y le falta contenido por todas partes. Supongo que la impresión queda definida también al comparar la obra con la de Arthur Miller que ví el pasado jueves, de mucha mayor profundidad.

En definitiva, no estuvo mal como experiencia, aunque no repetiría aún a pesar de que la alternativa fuese ver al Barca perder por 4-2.

El precio

La obra. Absolutamente increíble. No es sólo que todos ellos lo hacen muy bien, sino que la obra en sí es de una calidad pasmosa. Muy muy buena. En conjunto, alucinante. Creo que lo mejor que he hecho con 16 euros en mucho tiempo. Recomendable se queda corto.

(Eso sí, nosotros estábamos en la quinta fila, pero yo diría que por detrás de la décima fila te puedes perder algunas frases)

Y además, por pura suerte, hemos acabado después de la obra en el mismo lugar que los actores. Y eso de felicitar en persona a Echanove, Otegui y Pedregal (confieso que sólo conocía a los dos primeros), aunque sea de pasada, pues es una tontería, pero tiene su cosa...

Y el domingo, a ver a Arturo Fernández. Será diferente, y seguro que será divertido.

Un poco de cine

Este fin de semana he visto dos películas, Life Aquatic (Bill Murray) y Algo en común (Natalie Portman). No sabría si recomendarlas o no, porque las dos son bastante extrañas y no quiero reproches futuros, pero personalmente las dos me han gustado mucho, imagino que porque ninguna de las dos tiene un hilo argumental predecible en absoluto. La segunda me ha dejado un ligero regustillo amargo, pero eso es a causa de mi situación personal, porque la película está genial y Natalie Portman tan guapísima como siempre. Y la primera, bueno. La primera es una rayada que me gustó bastante. Es, en una palabra, original. Y Cate Blanchett guapísima, también como siempre :)

Y no me apetece decir nada más. Creo que es ciertamente contradictorio decir que no quieres decir nada, ¿pero como dices entonces algo así? Ya, ya lo se. No estoy inspirado.

Los Increíbles

El pasado viernes, el dia del estreno, estuve viendo Los Increíbles. Lo peor de todas estas películas de animación es que sale uno del cine esperando casi ya que saquen la siguiente, aunque sólo sea para ver de qué va esta vez, y más siendo como soy un confeso fan de este tipo de películas. De todas formas, aunque desde Toy Story (y a pesar de El Espantatiburones, que parece haber pasado sin pena ni gloria por la cartelera y que por cierto, debe ser la única película de animación que no he visto) han habido mejoras de consideración tanto en cuestión de gráficos como en los propios guiones de las películas, es verdad que el avance real entre películas que se estrenan en un periodo de tiempo relativamente corto es probablemente más aparente, aprovechando la novedad y los millones en marketing y publicidad, que real, porque no creo que de Buscando a Nemo hasta la última de Pixar se haya avanzado radicalmente en el campo de la animación por ordenador. De hecho, a menudo el atractivo de la película no radica tanto en la calidad de los gráficos, alcanzado el nivel actual, que en lo divertido del guión y el interés que la película pueda tener para todo tipo de público. Afortunadamente para ellos, tanto Pixar como DreamWorks parecer haber conseguido conjugar, al menos en la mayor parte de los casos, las bromas dirigidas a los adultos con las bromas para el público infantil y la animación. Bueno, en definitiva, y en mi modesta opinión, un diez sobre diez para la última de Pixar.

Por último, otra frustración que genera este tipo de películas (o al menos a mi) es plantarse delante de semejantes maravillas de la animación por ordenador y darse cuenta de la miserabilidad (¿?) de uno mismo como informático, programador o lo que se quiera.

El mito de Bourne, Hellboy y Dogville

Desde mi último comentario "sobre cine", he visto varias películas, pero imagino que por lo corto de mi memoria, sólo puedo recordar tres de ellas, que son, obviamente, las tres que dan título a este comentario. Por orden de visualización:

- El mito de Bourne: Rápida, muy entretenida y tan o más buena que la primera. Resultan impresionantes las peleas, por su rapidez y su realismo, y la capacidad de escabullirse de este sujeto (Jason Bourne). Al final de la película, casi le gustaría a uno que lo entrenasen como asesino de élite.

- Hellboy: Quizá por el lugar en el que nos hemos sentado en el cine, las distracciones provocadas por un grupo de chiquillos gilipollas dignos de una buena paliza, o las grandes expectativas que me habían generado los trailers, no me ha entusiasmado demasiado. En realidad, casi podría decir que no me ha gustado. Los cambios de ritmo de unas escenas a otras me parecen excesivos y demasiado bruscos, hay abuso de los efectos especiales (aunque obviamente en una película de este tipo son necesarios), que por otra parte no me parece que estén demasiado conseguidos (ver a un sujeto volar verticalmente paralelo al suelo sin describir ningún tipo de parábola es algo que siempre me parece artificial y completamente irreal y antiestético), y finalmente, se me ha hecho demasiado larga. Al menos, a Lorena le ha gustado.

- Dogville: Este Lars von Trier es un puto genio. Quizá la película *parezca* un poco rara, quizá *parezca* un poco aburrida. Pero esta película ni es rara, ni es aburrida, sino todo lo contrario. Una jodida obra maestra. ¿Necesito decir más?

El último samurái

Esta tarde/noche he visto El último samurái (si, al parecer la palabra lleva acento).

Para lo poco—en general—que me gusta como actor Tom Cruise (me da la sensación de que siempre actúa igual, sea de lo que sea la película, y por cierto, odio la forma en que se ríe), la película me ha gustado mucho y él también me ha gustado como lo hace, lo que es mucho teniendo en cuenta lo dicho.

Aunque es bastante larga, de aproximadamente 140 minutos, se pasa bastante rápido, y aunque puede pecar en algunos momentos de un cierto sentimentalismo épico, la verdad es que te dejas llevar por las emociones de la película acabas metiéndote en ella.

Se puede ver simplemente -en el mejor sentido de la palabra- como una película de aventuras con el atractivo de toda la tradición que rodea a los samuráis, aunque si se quiere rizar el rizo, también es una historia sobre cómo las tradiciones culturales son a menudo aplastadas por el "progreso económico" (yo mismo me he visto condenando durante unos segundos la era industrial) y los intereses particulares.

Si tuviese que darle una nota, imagino que un 8 sobre 10 estaría bastante cerca de mi opinión, o para aquellos a los que no les gustan los números, muy recomendable.

Dicho esto, sigo impaciente a la espera de Willard, y de Troya, de la que por cierto, tras ver el trailer de la película, dice Lorena que se han pasado con el número de barcos que aparecen (¿cientos, o incluso miles?), ya que al parecer Homero no habla de tal cantidad sino de muchos menos. Ya veremos, al menos la película promete.

El detective cantante

Si me preguntasen si me gustó esta película, diría sin dudarlo un segundo que sí. Sin entrar en críticas que se pueden encontrar en páginas especializadas, la película es simplemente diferente. No sólo por el papel que borda un excelente Robert Downey Jr., en uno de los mejores papeles que le he visto, y que prácticamente hace de todo, sino también por los cortes musicales años 50 (y que enriquecen la película enormemente), la ambientación al estilo del cine negro, Mel Gibson (productor, por cierto), la trama psicológica que se va desplegando a lo largo de la película, y muchos otros factores que hacen que esta película sobresalga (y no un poco) por encima de la mayoria de tediosas producciones hollywoodianas actuales.

(... to te querendo como ningúem ...)

El Hombre de los Dados

Bien, ya he acabado El Hombre de los Dados, de Luke Rhinehart, que en realidad no es Luke Rhinehart.

Para empezar, se supone —eso he leído— que este libro estuvo prohibido en varios países debido a su contenido y a las prácticas en las que sus protagonistas se envuelven, y tengo que decir que tampoco es para tanto. La idea en sí del libro es en sí interesante, pero cuando se la examina un poco en detalle, parece carecer del más mínimo sentido y solidez y tener multitud de grietas, aunque esa impresión cambia en ciertos momentos concretos. Y aunque es normal que carezca de sentido, el autor pasa bastantes páginas intentando que la propia idea no carezca de solidez (al menos desde un punto de vista psicológico), aunque no voy a entrar en detalle porque tampoco tengo tiempo ni demasiado interés. Por otra parte, el propio argumento, las características de la propia historia sirven como excusa y justificación de cualquier pega que se le pueda poner a la historia, aunque para entender esto hay que leer el libro.

Eso respecto a la idea global, el argumento del libro. Si pasamos a cómo está escrito, o la satisfacción que produce leerlo, hay que reconocer que si nos fiamos del dicho que dice que en la variedad está el gusto, este libro debería ser agradable de leer. El autor pasa a lo largo del texto por informes policiales, diálogos, pensamientos en primera persona, narraciones de un tercero, descripciones, lo que hace que el texto sea, excepto en algunos casos muy puntuales, entretenido. No obstante, a lo largo del libro me he encontrado con impresiones contradictorias. Mientras que habían capítulos excelentes, otros me parecían de dudosa calidad literaria e imaginativa, aunque en conjunto, el resultado es ciertamente positivo.

En especial, yo destacaría tres facetas del libro. Primero, una presencia bastante constante de sexo explícito, quizá algo excesiva. En segundo lugar, hay partes del libro realmente desternillantes (que suelen durar tres/cuatro páginas) y por último, abundancia de rezos y sentencias propias de una religión pero que —en mi opinión— no encajan en ocasiones demasiado con lo que se ha leído hasta el momento (pienso que la ambientación para ello es insuficiente).

La conclusión refleja las impresiones que he tenido a lo largo del libro: es un libro interesante, que vale la pena leer, pero que aun no incluyéndolo entre mis mejores lecturas, sí recomendaría como lectura.

Ahora, vuelvo a Auster: Leviatán (no, no ese Leviatán).

El Palacio de la Luna

Acabé ayer el segundo libro de Auster que leo, El Palacio de la Luna. A pesar de que fue —según las reseñas— el libro que encumbró a Auster, me gusta mucho más el primero que leí (El libro de las ilusiones), que es al contrario el último de este autor. El siguiente en la lista es Leviatán (no, no ese leviatán), aunque tendrá que esperar al de Luke Rhinehart.

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Buscando a Nemo

Este sábado fui a ver Buscando a Nemo. No es sólo una película de animación por ordenador o una película para niños. De hecho, creo que PIXAR ha conseguido que sus películas de animación sean más que sólo eso, películas de animación, porque esta es una película sencillamente genial. O más que genial, pero no encuentro una palabra adecuada. Para empezar, no dura poco más de una hora como a veces es habitual en películas de animación, sino que dura unos 104 minutos que se quedan cortos, porque si la película durase tres horas no se notaría en absoluto. No puedo decir mucho más. Te ríes mucho -como suele suceder, las coñas muchas veces están destinadas al público adulto más que al infantil- y sales de la película deseando volverla a ver.

Probablemente sea la mejor -y si no la mejor, una de las tres mejores- películas que he visto este año, y quizá en más tiempo. Estoy contando los días para (a) que salga el DVD y (b) que PIXAR estrene la siguiente película, de la cual hay un pequeño trailer antes de empezar Buscando a Nemo.

Finalmente, sólo decir que la gente espere hasta que se apague la pantalla. Como siempre, hay una pequeña parida al final.

Lo mejor que le puede pasar a un cruasán

Esta tarde he ido a ver con L. la citada película, a pesar de su escepticismo inicial y mi promesa de no ver películas españolas (por cuestiones relacionadas con el puto cánon de los CDs). Me ha entusiasmado menos de lo que me esperaba, aunque esto es achacable en un 100% a mi actual estado de ánimo, y a pesar de ello (algo que dice mucho a favor de la pelicula) han habido varias escenas con las que me he reido bastante. A L. le ha sucedido al contrario, y le ha gustado bastante más de lo que esperaba.

A falta de una descripción mejor, sólo puedo decir que es una película sin pretensiones (en el buen sentido de la expresión), muy divertida, con un Pablo Carbonell en su línea (y que a veces recordaba al protagonista del libro La conjura de los necios), y que desde luego vale la pena ir a verla, porque no hay muchas películas últimamente donde te puedas reir.

Creo que tengo el libro por aqui, así que en cuanto acabe el segundo de Auster —sí, me he comprado otro—, El palacio de la Luna, creo que me lo leeré porque imagino que estará a la altura.

Matrix Revolutions

Matrix Revolutions. Para empezar, reconozco que aunque iba dispuesto a quejarme por la menor molestia, no he tenido razones para hacerlo. Bien, no ha sido la sesión de la una, sino la de las diez y media. Tampoco ha sido el italiano ni la octava o novena fila, sino un restaurante típicamente americano y la segunda fila de la sala (para ser más exactos, sala 24, segunda fila, asiento 23, Kinepolis Paterna, Valencia, España), pero en definitiva puedo decir que he cenado bien, no he tenido que correr para llegar a la película y la segunda fila no estaba tan cerca, después de todo. Mirándolo bien, los VT -o como quiera que se llamasen- se veían bastante bien desde tan cerca sin que llegase a ser incómodo.

Bueno, la película. No puedo decir que me ha entusiasmado como lo hizo Snatch (si, ya sé que hace mucho, pero últimamente las únicas películas atractivas, con honrosas excepciones, empiezan a ser las de animación por ordenador; Ice Age, por poner un ejemplo), pero en conjunto me ha parecido bastante aceptable, y no me arrepiento de haber pagado casi 6 euros (si, casi 1000 pelas, ¿es eso un robo o qué?) como lo hice después de ver La Mancha Humana (Anthony Hopkins y Nicole Kidman pero es lenta hasta el aburrimiento). Los efectos especiales como siempre en su línea: acojonantes, por decirlo pronto y claro. Monica Belluci, sale poco pero también en su línea: absolutamente impresionante. En cuanto a la historia en sí, a la forma de acabar la artificial trilogía, quizá no sea una maravilla, y aunque me ha dejado algo indiferente -aún estoy intentando decidir a) si entiendo el final y b) si me gusta el final- como espero que no lo haga la otra esperada -y no artificial- trilogía, reconozco que tampoco está mal del todo. En conclusión, que vale la pena ir a verla; y en cualquier caso, si has ido a ver la primera y la segunda, no vas a perderte la última.

En otro ámbito de cosas, me he vuelto a rapar la cabeza. No al cero, eso habría sido demasiado, sino al uno. Vuelvo a tener el pelo corto como a mi (a mi madre quizá no tanto) me gusta y a la vez no parece que tenga ninguna enfermedad terminal. De todas maneras las opiniones sobre mi aspecto van de consideraciones de nazi a judío en campo de concentración, y sorprendentemente esta noche ambas por parte de la misma persona; somos un cúmulo de contradicciones.

Ahora queda esperar a Frodo y compañía, y más adelante (¿¡no pueden doblar las películas más rápido!?) Buscando a Nemo.

Quiero un VT. Gracias.