Taguas y sus ideas de bombero

Esta mañana, en previsión de que la búsqueda de aparcamiento cerca del trabajo y de nuevo, cerca de casa este mediodía, fuese a ser demasiado problemática, y aprovechando que he sustituido el traje por un atuendo más acorde a las circunstancias falleras, he decidido venir andando al trabajo. Cuarenta minutos aproximadamente, durante los que he venido oyendo a Carlos Herrera en Onda Cero; oiría a Francino, pero la verdad es que en general me parece un poco "blando" y poco crítico. A Carlos se le escapa de vez en cuando algún ramalazo, pero tiene un desparpajo que lo hacen bastante agradable de oír. La cuestión es que cuando llegaba al trabajo, han entrevistado a David Taguas, anterior director de la Oficina Económica de Zapatero y actual presidente de SEOPAN, el lobby de las grandes empresas constructoras. No sé si saben que durante la última fiebre gubernamental para frenar la dependencia energética del petróleo (y que trajo medidas como la reducción de la velocidad máxima a 110), este hombre propuso simplemente subir los impuestos de la gasolina. Que este individuo tenga el curriculum que tiene (véase la Wikipedia) y diga estas cosas es del todo sorprendente; será el ladrillo, que se le ha subido a la cabeza.

Obviamente, el razonamiento de Taguas es el siguiente: a mayor precio, menor demanda, medida que intentaba justificar alegando que los impuestos "extra" que recaudase el gobierno se dedicarían a financiar el transporte público, educación, etc. La cuestión es que la primera parte del razonamiento es correcta hasta cierto punto (la relación precio/demanda no es lineal), pero la segunda no tanto, y no porque los impuestos no se fuesen a invertir en el Estado del Bienestar, que también. La última subida de precios del carburante (subida de la que participan no sólo ni principalmente las petroleras, sino también el Estado con un volumen significativo de impuestos) ha provocado una reducción del consumo doméstico de un 10%, por lo que la demanda ya se está reduciendo. Si continuamos incrementando el precio, nada indica que el incremento de recaudación vaya a compensar la reducción de la demanda, ya que tampoco en este caso la relación es lineal. ¿Hemos llegado a ese punto? Ni idea, pero no parece que buscarlo, vista la situación económica actual, sea lo más adecuado. Ni para el país, ni para el PSOE, con las elecciones a la vuelta de la esquina.

En segundo lugar, este hombre se olvida de algo tan importante como la inflación. Aunque con una inflación del 3,6 y un crecimiento de apenas décimas no se puede decir que estemos en una situación de estanflación ("dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede"), estaremos de acuerdo en que no estamos precisamente rebosantes de salud. Si ahora el gobierno decide subir —todavía más— artificialmente el coste de la gasolina (que es actualmente el principal responsable de la inflación), pueden imaginarse que las consecuencias no será sólo una reducción limitada de la demanda (nos pongamos como nos pongamos, la dependencia del petróleo existe por razones logísticas y de transporte), sino una subida generalizada del precio de la mayor parte de los productos. Es decir, más inflación. Y 3,6 es una cifra nada despreciable, a pesar de que seamos un país con una clara tendencia a valores altos de inflación.

Claro que, ¿qué cabe esperar del presidente del lobby de las constructoras?