Síndrome de Estocolmo

Como suele pasar cada vez que detienen o enjuician a algún ex-dictador -o no tan ex-, y a raíz de la detención de Alberto Fujimori por parte del gobierno chileno (bien por ellos, aunque ya veremos como evoluciona el tema) a causa de la extradición solicitada por Perú, hoy han aparecido en televisión varios defensores de un sujeto que fue un asesino, un corrupto, un criminal, un hijo de puta. 

Dice la Wikipedia que «El síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador».

Pues bien, me preguntaba yo esta noche si podría afirmarse que, de algún modo, todos aquellos que defienden a Fujimori, a Pinochet, o los que piensan que con Franco se vivía mejor, sufren de este síndrome. Y siendo que hace mucho que aprendí a no juzgar los comportamientos de las personas, y mucho menos el de los pueblos, en circunstancias vitales e históricas en las que ni siquiera yo sé cómo actuaría, por mucho que lo pienso, no consigo decidirme ni por el ni por el no.