Show me the money!

Escribir sobre cuestiones de actualidad tiene el peligro de que o lo escribes cuando toca, o el tema caduca. También tiene la ventaja de que como cada día pasan unas cuantas cosas, pues entre todas ellas seguro que encuentras alguna sobre la que escribir.

Pues bien, yo tenía pensado escribir sobre un experimento del Washington Post en el que un famoso violinista simula que es un músico callejero para comprobar la reacción de la gente [The Washington Post] [Seth Godin] [Fogonazos], pero a última hora he decidido que no tenía probablemente nada que añadir, así que ahí les dejo unos cuantos enlaces si les apetece indagar en la noticia. Hay muchos más, sólo tienen que hacer uso de Google.

Verán, estas navidades mi bro me regaló un chisme que se conectaba al ordenador por USB y servía de receptor de TDT: Televisión Digital Terrestre. Así pues, es lo que utilizamos por la noche para ver la tele, y hace algún tiempo (¿ven? ya se lo dije: desde hace algún tiempo todo pasa desde hace algún tiempo) nos sorprendió que en una de las cadenas -creo que Antena 3- hubiera una cantidad sorprendente de publicidad institucional de la Comunidad de Madrid; el cortijo de la Espe, ya saben, la liberal que no llega a fin de mes. No se trata de publicidad para el turista de fuera, sino de publicidad para los madrileños: para el votante. Sin exagerar lo más mínimo, en algunos cortes de anuncios la proporción era casi de uno a uno con los anuncios de otros productos.

A raíz de eso, como soy un curioso, me he puesto a buscar y sin hurgar demasiado he encontrado esta noticia (y esta), y yo me pregunto, como ya lo hice por partida doble hace algo más de tres años (una y dos), si no sería posible limitar por ley lo que un ente gubernamental puede llegar a gastar en este tipo de publicidad -en mi opinión- claramente malintencionada.

Y es que es muy fácil comprobar cómo se incrementan los anuncios y el marketing "oficial" cuando llegan -sobre todo- las elecciones municipales; publicidad que debería tener como función principal la de difundir las mejoras y programas estatales o locales, así como crear confianza en los ciudadanos -independientemente de su orientación política- que favorezca el bienestar, se utiliza como burdo recurso electoral al servicio del partido que gobierna. Ay. Qué mierda de políticos.

Vamos, nada que ustedes y yo no sepamos, pero qué quieren...