Montesa, 14 de agosto

Este sábado, casi para celebrar que hacía dos meses que empecé en esto de la escalada (concretamente el 12 de junio), nos acercamos de nuevo a Montesa, una de las escuelas que más he frecuentado en este tiempo. Aunque es pequeña, el hecho de que tenga una base agradable para comer algo, la aproximación sea muy escasa, y quede relativamente cerca de Valencia, invitan a acercarse. Además, es ideal para iniciación, tanto para uno mismo como para cualquier persona que vaya contigo. En este caso, la salida fue casi multitudinaria, ya que acudimos Alex, Ana, David, Lola, Marcos y yo. Este fin de semana tuve una de cal y otra de arena, quizá por ser demasiado ambicioso y no hacer caso a los mensajes de mis brazos y mis dedos. Para variar, esta vez empezamos calentando con un par de vías sencillas, Selenta (V), y Rosa II (IV), ambas ubicadas en la cara norte del Tormo Gros. Ninguna de las dos supuso ninguna dificultad, y pasamos a la pared de la Mola, justo enfrente. Puede verse un croquis de la parte derecha e izquierda de dicha parted, obtenido de la web En la vertical.

La parte buena de la mañana vino al comenzar con La colmena (vía #9 del croquis), un 6a+ que la última vez me hubiera gustado intentar pero para la que no tuve tiempo. Aunque me costó encadenarla (no voy a mentir) y tuve que hacer un par de intentos, conseguí montarla, lo que supone mi primer 6a+ hasta el momento. Después de mí, Alex consiguió encadenarla también, Después de esa, y animado por el logro, seguí con L'oratge (vía #2 del croquis), un 6b que pude encadenar, pero que quiero repetir porque francamente, no estoy seguro de haberla subido "por la vía". Así que dejemos ese 6b en suspenso hasta nuevo aviso.

Y aquí es donde empezó el sufrimiento del día. Marcos, con bastante más técnica y experiencia que yo, decidió subir La Panxa (vía #10 del croquis), un 6b cuya peor parte son los tres primeros metros, sin apenas agarres; se le puede ver en la primera foto debajo. Con mayor o menor dificultad, la encadenó, tras lo cual, ignorando el cansancio de mis brazos, decidí encadenarla... y fracasé, al menos en subir esos 3 metros que son lo que le da el grado a la vía. Tras algo más de dos docenas de intentos, varias heridas en los dedos, y con mayor o menor ayuda (las fotos son bastante explicativas) conseguí superar ese paso, y acabé el resto de la vía, de primero pero sufriendo más que un tonto.

Por si La panxa no hubiese sido suficiente correctivo, antes de irme me propuse encadenar otra vía, y aunque Alex había montado Pepemite (vía #11 en el croquis), un 6a+, y yo estaba bastante cansado, decidí intentar Xila (vía #13), otro 6a+ que me pareció más sencillo... pero que no lo fue. Con los brazos y los dedos agarrotados y totalmente fundidos, fui incapaz de pasar el desplome que se ve en las fotos de debajo, así que tras una docena de intentos y la poca confianza que me daban especialmente los dedos, dejé atrás el desplome y comencé una travesía aprovechando que la vía La virgo (vía #14 del croquis) pasa justo a la derecha, que me llevó a la reunión que dió por finalizada la mañana, por suerte para mis brazos y mis dedos.

Como era de esperar, al lunes siguiente tenía el cuerpo lleno de agujetas. Ayer lunes volví a salir con Alex al Tallat Roig, y montamos unas cuantas vías, pero eso ya lo contaré otro día.

(Las fotos, al igual que todas con las que suelo ilustrar los posts, son de Alex y Ana).