Carnaza

Desaparezco, así, sin más. Soy un poco como el Guadiana. Puedo prestarte atención, incluso mucha, durante días pero quizá, por trabajo, estrés, falta de tiempo, o simplemente porque no me siento con ganas de mantener el contacto, desapareceré una, dos, tres o quién sabe cuantas semanas. Supongo que es la concreción de la manida expresión 'no te sientas obligado a X', siendo 'X' llamar, quedar, tomar un café, etc etc. Algo que no por ser sincero deja de ser desagradable, y en ese sentido (y en otros, seamos sinceros) he de reconocer que yo soy desagradable.

Sé que algunas personas de las que me leen han tenido que sufrir este comportamiento, y también que resulta molesto y desconcertante (lo siento); no esperas, ya que no es normal, que la gente simplemente deje de llamar o hablar de hoy para mañana, o que se distancie de la manera que yo lo he hecho a veces. Eso son las 'ausencias' que he mencionado en anteriores ocasiones. Supongo que con las personas con las que mantengo la relación son aquellas con las que no me siento obligado a quedar por 'no perder el contacto' y ellos tampoco, porque eso me hace sentirme cómodo. Si podemos quedar a tomar algo a las dos o tres semanas, quedamos, y si no, no pasa nada. Con algunas de ellas, pueden pasar meses sin vernos o hablar y eso no implica ningún problema. A veces, eso lo da la confianza y el tiempo, y otras, que la gente asume que esa es tu forma de ser y no espera que estés ahí continuamente (hola Paula, hola Ishtar). Lo cierto, sin rodeos, es que me agobia que alguien esté pendiente de mí, que espere algo de mí; a lo mejor me puede la responsabilidad. No me gusta que se creen expectativas, pero es verdad que generalmente doy pie a ello; lo siento de nuevo.

No obstante, aunque a veces aparezca y a veces desaparezca, en el fondo, estoy siempre ahí, a pesar de que entiendo —porque me conozco— que comprender y aceptar este tipo de conducta no debería ser necesario, porque es un esfuerzo que no tengo derecho a reclamar, porque no siempre resulta efectivo y porque la mayor parte del tiempo es —incluso podría afirmar que resulto— una pérdida de tiempo.