Ana Rosa Quintana o quizá no

Hola holita hola. Estaba escribiendo algo, pero he encontrado lo siguiente, que espero les interese. Por una vez, no está de más utilizar contenido externo y más cuando proviene de lugares del nivel de Malaprensa.

Resumo, aunque puesto que todo el material está en tales blogs pueden si lo desean, y para ahorrar tiempo, pasar a los enlaces originales al final de la página. En cualquier caso, yo voy a ser breve. La cuestión es que hace una semanas El País publicó a doble página una entrevista de Ignacio Ramonet (director de Le Monde Diplomatique) a Fidel Castro, como adelanto de un libro del primero en cuya introducción, y a propósito de la entrevista, dice que habló con Castro (cito desde Malaprensa) «de todos los temas imaginables, y sin grabadora. Yo reconstruiría luego esos diálogos, de memoria, en mis cuadernos».

Pero al parecer, no fue tan de memoria, ya que Arcadi Espada y sus comentaristas tienen una larga lista de fragmentos que aparecen en el libro y que aparecieron exactamente o casi exactamente con las mismas palabras en entrevistas y discursos de años anteriores.

Tres comentarios, simplemente, aunque tampoco aquí voy a ser nada original. Aunque no importa, una vez confesado; nada importa.

Uno. La falta de rigor del defensor del lector de este periódico, que elude cualquier tipo de disculpa ante estos hechos probados y fácilmente verificables, y se va por las ramas. Con un "lo sentimos, metimos la pata" estoy seguro de que habría sido suficiente, pero eso era incluso demasiado.

Dos. La falta de honradez del individuo Ignacio Ramonet. No sé cómo, un tipo que se las da —tengo libros suyos— de criticar los medios de comunicación, la manipulación informativa, y acusar a diestro y siniestro de este tipo de prácticas, puede llevar a cabo tal tipo de engaño absolutamente vergonzoso, por no decir otra cosa. Bueno, sí lo sé y a la vista está.

Y tres. Me sorprende —o no, la verdad— que ningún medio de comunicación tradicional se haya hecho eco de este escándalo, que es básicamente lo que es, ni siquiera los que están en contra —eso se llama corporativismo—, cuando estoy seguro de que en Estados Unidos (aka Evil Empire) se habría puesto el grito en el cielo por mucho menos.

Pero bueno, a estas alturas de qué nos vamos a asombrar. Al menos, Ramonet ya puede tener tertulias literarias con Ana Rosa Quintana.

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Enlaces:

[Malaprensa, en el artículo comentando a Arcadi]

[Malaprensa, en el artículo comentando la respuesta de El País]