Yo (aclaración)

Cuando ayer puse las tres recomendaciones cinematográficas, probablemente dí una impresión equivocada. Cuando hace unas semanas puse un par de recomendaciones literarias, quizá dí una impresión equivocada. Y a decir de algunos de los comentarios que he tenido últimamente, estoy seguro de que hay algunas personas que tienen una opinión equivocada sobre mí. Ese será el tema de esta entrada: yo y mis circunstancias, o yo y mis consecuencias, si quieren. Y lo hago porque me da la gana.

Yo no soy un cinéfilo empedernido que se traga cualquier cosa que echan en la filmoteca o en Cine Club de la 2 a las tantas. Tampoco soy especialmente aficionado a las películas de autor, y David Lynch no me parece ninguna maravilla, porque entre otras cosas, sus películas me cuesta digerirlas, cuando me las trago. Woody Allen me gusta, pero no me apasiona. Creo que he visto una o dos películas de Kurosawa, pero les aseguro que ese hecho no me quita el sueño. No conocía a Haneke hasta que leí sobre él en El lamento de Portnoy. Apenas conozco un puñado de directores por el nombre, no suelo tener memoria para recordar los nombres de muchos actores y me encantan las películas como La junga de cristal o Ice Age.

Yo no soy un lector empedernido que se lee cualquier cosa que cae en sus manos. De hecho, apenas leo, aunque eso va a temporadas. La mayoría de los libros me aburren soberanamente, e incluso cuando no es así, me cuesta acabarlos. No es un secreto que prefiero escribir a leer, aunque es cierto que para una cosa, hace falta la otra. No he leído a muchos clásicos, no fuí capaz de acabar Madame Bovary (aunque me faltó poco) y aunque lo he intentado varias veces, el Ulises de Joyce me parece infumable. Claro que ese no era un libro para ser leído, sino para ser escrito. Apenas conozco un puñado de escritores, y me guío por listas de la crítica, premios Pulitzer y similares. No, tampoco leo novela rosa, lo siento.

Yo no soy un entendido profundo en cómics. Conozco, gracias a los cuarenta años de trabajo de mi padre como dibujante profesional, bastantes autores, y he tenido acceso a multitud de revistas y cómics, que hoy en día son objeto de coleccionistas. Tengo mis autores preferidos, y siento un ligero desprecio irracional, más fundado en la ignorancia que en cualquier otra cosa, hacia parte del cómic actual, cuando lo pongo en comparación con Breccia o Raymond. Aparte de eso, y por si todo lo dicho fuera poco, detesto los cómics de superhéroes, aunque entiendo que son beneficiosos para la supervivencia de este imprescindible medio.

Yo no soy un melómano. Tengo una cantidad abundante de músicas de diferentes estilos que me gustan, y durante mi época más indie estuve razonablemente al día en lo que a novedades del mundo musical independiente se refiere. Conozco en mi opinión bastantes grupos y canciones de diversas épocas, desde los 70 hasta hoy en día pasando por la música clásica, lo cual no significa que esté en situación de discutir con nadie sobre música, ni que me considere un fan incondicional de alguna banda musical.

Y eso para un montón más de cosas. Es decir: yo no soy, en definitiva, un experto prácticamente en nada, más en aquello en lo que trabajo, sobre lo que tengo un dominio bastante aceptable, inferior obviamente al de algunos profesionales de mi sector, pero superior al de la mayoría de las personas; es lógico, trabajo en ello. Hice cuatro años de filosofía, y aunque no sé hasta qué punto aprendí lo que hubiera sido de desear, algo queda. En general, no conozco nada de mucho, no soy un geek ni tengo una afición insana por nada, pero me defiendo bastante bien en muchos temas y tengo un buen montón de inquietudes variadas. Sí, creo que escribo razonablemente bien pero eso, como es natural, es únicamente mi opinión. En definitiva, no les estoy intentando vacilar; cuando recomiendo algo, es porque me ha gustado, y punto. Pretender inferir algo más sólo por lo que escribo, es poco menos que una necedad, aunque nunca creí que tuviese que aclarar algo así.

Ahora bien, este es un país libre, y ustedes pueden creer lo que les de la gana. Que es básicamente, como ya he dicho, lo mismo por lo que he escrito este ladrillo.