Pelis

Desde que vi El Método hace un par de semanas, he ido al cine tres veces. Y esto es lo que vi.

Primero fue Wallace & Gromit. La maldición de las verduras, de Aardman Animation, que han sido recientemente noticia a raíz del incendio del almacén donde guardaban, entre otras cosas, las figuras de los protagonistas. La película está bien, pero es menos entretenida y divertida que las peliculas de animación a las que estamos acostumbrados, e incluso un poco pesada, a pesar de no ser muy larga. Quizá verla en la sesión de la una, con bastante sueño y cansancio acumulado hiciese que no saliese demasiado entusiasmado. A pesar de ello, y aún con dicho atenuante, creo que no tengo ninguna duda de que se encuentra por debajo de su anterior película, Rebelión en la Granja.

Luego ví El Mercader de Venecia, una película que quería ver desde que la estrenaron, ya que, entre otras cosas, enlazaba además con un trabajo que estuve elaborando el año pasado, lo que la hacía doblemente interesante. La película es discreta y agradable de ver, nada espectacular aparte de la actuación de Al Pacino. El contrapunto a ésta es la la principal protagonista, que parece estar posando para la revista Woman o Elle durante toda la película cada vez que aparece un primer plano suyo.

Finalmente, ayer ví Cinderella Man, la que dicen es la mejor película de Ron Howard hasta el momento, y no me extraña. Reconozco que era, de las tres, la que menos me apetecía ver, por alguna extraña razón, y sin embargo, fue la que más me gustó con mucha, muchísima diferencia. No encuentro muchos peros que hacerle, la verdad. Russell Crowe está inmenso, mucho mejor que en Una mente maravillosa, y tanto Renée Zellweger y Paul Giamatti (¿candidatura a Óscar al mejor secundario?) están a su altura. El director consigue, al igual que pasaba en Million Dolar Baby, enganchar al espectador en cada una de las diferentes peleas de boxeo que se suceden a lo largo de la película, y tanto el drama como la emoción se fusionan perfectamente, abusando quizá en contadas ocasiones, si es que hubiera que ponerle alguna pega, de un excesivo epicismo que de todas formas no está fuera de lugar. En resumen, más que recomendable, es, como dicen los americanos, a must-see (hay que verla).