Objetividad periodística

Si uno le hace una entrevista a alguien a quien desea desacreditar, debería basar su estrategia en hacerle preguntas con "mala leche", buscando el punto débil y los errores de su interlocutor, y dejar que el lector sacase sus propias conclusiones con las respuestas del entrevistado. Lo que no debería hacer jamás al publicarla es preceder la transcripción de la entrevista con un comentario negativo y claramente de opinión como el siguiente [ElPaís.com]:

 

«Aspira a vivir en La Moncloa y centra su estrategia en descalificar a Zapatero más que en plantear soluciones. De hecho, la frase "no lo sé" abunda en la entrevista, hecha el martes en su casa, horas después del segundo cara a cara. Relajado, minimiza los asuntos más polémicos para el PP: la guerra de Irak y las teorías conspiratorias sobre el 11-M.»

 

Y no debería porque eso desacredita no al interlocutor, sino al periodista. Claro que a estas alturas de la película, ¿quién se cree todavía aquello de la objetividad y la ética periodística y el código deontológico? Pues eso...