Miedo

Estoy en la cama, con los ojos cerrados, y me veo a mí mismo, tirando agua en un cubo a algo que parece un pantano. Al principio, despacio, y poco a poco más rápido, hasta que sólo veo eso dentro de mi cabeza. Es como un bucle infinito, pero cada vez más deprisa. Aún no me he dormido, por lo que soy parcialmente consciente de lo que pasa. Intento mover los brazos y no puedo, y pasa lo mismo cuando intento llamar a alguien, porque mi boca no se abre. Estoy literalmente acojonado, porque darse cuenta de que tu cuerpo no te obedece no es una sensación agradable en absoluto. Me pongo nervioso, y mi corazón empieza a latir cada vez más rápido, hasta que me digo que he de tranquilizarme. Hago lo posible por calmarme, y espero que todo pase, porque, ¿qué otra cosa puedo hacer? Respiro lentamente, y algunos segundos después, siento una especie de sudor frío y un ligero cosquilleo, parecido remotamente a lo que se siente cuando fluye la sangre por una mano que se ha quedado dormida, y vuelvo a ser un aliviado dueño de su propio cuerpo.

Podría decirse que una posible analogía es la de un ordenador que se queda colgado ejecutando algún programa y no responde al teclado ni al ratón durante unos segundos, sólo que en este caso no hay botón de reiniciar y ese ordenador resulta ser tu cabeza. Esto pasó hace unos días, y sólo puedo decir que asusta. Asusta mucho, muchísimo. Fue, con diferencia, la experiencia más aterrorizadora que he tenido en mucho tiempo.

-

Parálisis del sueño (Ver en Wikipedia)

«La parálisis del sueño es una condición muscular producida por la atonía que tiene lugar mientras la persona duerme. Se observa mayormente en los momentos en que el individuo está despertándose o quedándose dormido, o comenzando una fase REM del sueño. La parálisis es totalmente normal y se produce cada vez que uno duerme. Es el mecanismo natural de defensa del organismo para evitar el "actuar físicamente los ensueños", lo cual podría resultar dañino y peligroso al individuo dormido.

Durante algunos episodios de parálisis se puede sentir una sensación de ahogo o de que cuesta respirar, con opresión del pecho, palpitaciones y otras sensaciones de origen fisiológico. Esta parálisis, acompañada por temor en la persona que la padece se conoce como pesadilla. El sujeto se siente incapaz de realizar cualquier movimiento o hablar pero está plenamente consciente de su situación y de lo que ocurre en su medio ambiente circundante ya que puede oír, oler o percibir sensaciones táctiles, incluso ver si tiene los ojos abiertos.»