La gallina de los huevos colgando de oro

He decidido hablar hoy y ahora de una cosa que probablemente sólo me interesa a mí, aunque confieso que no estaría mal sentir algo de remota empatía: cómo de hasta las narices estoy de las películas de animación por ordenador.

Lo admito, yo solía ser un acérrimo seguidor de tales films. Toy Story, Ice Age, Toy Story 2, Los Increíbles, Bichos, Antz, Shrek, Buscando a Nemo, Monstruos S.A.... Vamos, que por lo general me gustaban todas; de hecho, iba al cine con la decidida intención de ver esas películas. Supongo que al principio, aquello suponía una novedad, y había efectivamente saltos de calidad entre diferentes películas. La primera que me perdí fue, si no recuerdo mal, una de tiburones, en apariencia bastante flojilla. Luego creo que fue la de los pingüinos de Madagascar, y en adelante, creo que no he vuelto a ver ninguna película de animación por ordenador... ni ganas.

Porque estoy harto de los putos peces, de las putas ardillas, de los putos osos, de los putos mapaches y de las putas mismas historietas de tres al cuarto de animalitos subnormales y graciosetes que están saliendo últimamente en la cartelera como setas. Ganas tengo de ver cuánto tardan en matar a la gallina de los huevos de oro, ahora que parece que tienen el cuchillo bien afilado.