Feliz Navidad, el canon o no me lo tengan en cuenta

Hola. Antes de nada, Feliz Navidad. Ya imagino que algunos o incluso muchos de ustedes deben de ser ateos y esto de la navidad como conmemoración del nacimiento de Jesús les trae sin cuidado, pero seguro que eso no les ha impedido ingerir cantidades ingentes de comida en casa de la madre, la abuela o la suegra. Así que, en conclusión, seamos coherentes: Feliz Navidad.

Lo segundo que tengo que decirles es que he estado demasiado ocupado últimamente con mis cervicales para pensar en otra cosa que no sea yo, y mucho menos en este blog y en ustedes (sí, es verdad). Y si a eso añadimos que estoy de vacaciones, comprenderán que haga unos días que no nos vemos. Pero claro, como siempre, cuando me aburro, me pongo a hacer algunas cosas, que es lo que le digo a mi señora que estoy haciendo cuando me pilla leyendo y comentando blogs compulsivamente, algo que no, no hago tan a menudo como podría pensarse. El caso es que hay mucha gente tonta por el mundo y no sólo no paro de asombrarme, sino que me siento en la obligación de adoctrinarles.

Bien. No me tengan demasiado en cuenta lo que les vengo a contar. El caso es que decía Enrique Dans hace unas semanas en una de sus entradas, y en referencia al famoso canon, que «si la tecnología pudiese hacer que del grifo de tu cocina saliese Coca Cola, ¿cuánto estarías dispuesto a pagar por Coca Cola embotellada?». Ya saben que cada día le tengo más tirria a (las opiniones de) este señor, aunque no es nada personal. El caso es que aunque la Coca Cola saliese por el grifo de la cocina, alguien tendría que fabricarla, o eso creo; eso no haría que de las montañas naciese Coca Cola. No voy a entrar demasiado en profundidad en el tema, simplemente que, aparte de todos los calificativos que se merece la SGAE, me da a mí que aquí hay mucha hipocresía; que un buen montón de la gente que se queja —aunque con razón— de que el cánon se aplica de manera indiscriminada, utilizan CDs y DVDs para grabar música y películas. Otro punto, sin extenderme demasiado más, es el tema de la copia privada. Estoy de acuerdo en que las discográficas, si son inteligentes —cosa que está por demostrar—, deberían cambiar su modelo de negocio. Pero me cruje de alguna forma que a alguien le pueda parecer totalmente normal y moralmente correcto que el acceso al trabajo de otras personas sea gratuito; y que sea legal, un buen argumento, no cambia las cosas. Por dos cosas; una, que no creo que la ley actual contemple la evolución que ha tenido la tecnología, y dos, que si mañana deja de ser legal, no creo que el hecho de que sea ilegal sea utilizado de alguna manera. En otras palabras, si ahora se dice "copio porque es legal", no se va a pasar al "ya no copio porque es ilegal". Se trata simplemente de un argumento que nos viene bien. Lo del acceso libre a la Cultura (con mayúsculas) también me da bastante risa.

Y bueno, muchas otras cosas me dan risa, pero no se las voy a contar todas hoy. Ya les decía que no me iba a extender, pero es que el tema me pone un poco tonto. Que claro que no tengo porqué tener razón, pero hasta el momento, no he encontrado nadie que me convenza de que hacer cosas cuesta dinero y que es razonablemente normal pagar por ellas, sea mediante publicidad o transferencia económica. Como decía, "bueno". Supongo que al fin y al cabo, lo mismo podría aplicarse al software, pero de alguna manera, nadie quiere extrapolar el tema al software propietario. Ay.

No sé si alguna vez uno de estos capullos congénitos que encuentra uno en su tránsito por el colegio ha abusado físicamente o verbalmente —pero no sexualmente, claro— de ustedes (nunca fui demasiado corpulento, admitámoslo), pero si lo han hecho, sabrán que la mejor forma para escabullirse es contarles algo que los distraiga de lo que están haciendo. Funciona en un noventa y nueve por ciento de las veces; casi como si no pudieran pensar al mismo tiempo que aplican la violencia física. Claro que probablemente eso es algo que nos pasa a todos (los hombres). Para acabar, y esto da para una entrada entera y seguramente un buen montón de estudios de psicología y sociología, quería preguntarles si se han fijado en que, al salir de una película llena de cosas inverosímiles, siempre hay alguien que se queda con cuestiones vanales y superficiales que son chorradas al lado de esas cosas increíbles. Ese que, al acabar de ver Superman —que es un tipo extraterrestre que vuela y tiene poderes sobrehumanos—, se queda loco con el hecho de que Lois Lane no se de cuenta (!¡) de que Clark Kent y Superman son el mismo sujeto; la misma persona, el mismo individuo. Pero, por favor, ¡¿cómo no se puede dar cuenta?!