El precio (II)

Es normal oír eso de que los jóvenes (vale, yo ya no soy tan joven...) no respetan nada. Ayer tuve a mi lado un ejemplo vivo de que no sólo son "los jóvenes". Un hombre de unos 55 años, con la voz muy ronca y con pinta de salir del Cuéntame. Hasta mitad de obra, le hizo un par de comentarios a su mujer, que si ya son de por sí molestos en un cine (al que estoy más acostumbrado que al teatro), en un teatro hacen que literalmente dejes de oir a los actores.

Pero si hubiera quedado ahí, pues bueno... pero el caso es que a mitad de obra él le dice a ella: "¿Te estas enterando de algo? Yo hace bastante que me he perdido, no entiendo nada...". Aunque aquello resultaba en sí bastante divertido al principio, acabo siendo molesto cuando empezó a carraspear, suspirar en voz alta, hacer comentarios (no muy a menudo afortunadamente) estúpidos acerca de lo poco que entendía, ruidos con la garganta... haciendo que el resultado fuese algo entre grotesco y divertido.