El Hombre Elefante

El pasado domingo estuve de sesión cinematográfica tirado en el sofá, viendo El hombre elefante, de David Lynch, y El ultimátum de Bourne, la última película de una trilogía que personalmente me encanta; no sólo por el realismo de las escenas de acción (o esa impresión me generan, ni que viese a agentes secretos metiéndose galletas a diario) a pesar de lo inverosímiles que resultan muchas de ellas, sino porque nunca sabes cómo va a salir de los marrones en los que acostumbra a meterse, pero la cuestión es que sale.

Dejando eso aparte, en realidad, y como pueden ver por la imagen de la izquierda, esta entrada iba a propósito de la primera película, con John Hurt y Anthony Hopkins. Aunque la había visto antes, hacía tantos años que no recordaba lo buena que es. En la Wikipedia, de donde por cierto está sacada la fotografía, pueden leer la historia del protagonista, ya que se trata de un hecho real.

Si no la han visto, alquílenla, cómprenla o bájenla de Internet. Les aseguro que vale la pena.

(Ahora saldrá el típico listillo capullo diciendo que si no puedo recomendar algo que no haya visto todo el mundo. Pues no, no puedo.)