Dejarse llevar...

Confieso, casi avergonzado, que he descubierto a Vetusta Morla demasiado tarde, si lo comparo con otros tiempos y lugares. Se me está endureciendo el oído, acostumbrado perezosamente a melodías y voces un millar de veces escuchadas, o quizá me falle la paciencia que hace falta para enamorarse de una nueva canción. Me estaré haciendo mayor, supongo. Por fortuna, siempre habrá lugares, canciones y personas ante las que no puedes hacer otra cosa que caer rendido, quieras o no.