¿Te vienes al cine?

No me gusta leer críticas de películas antes y/o después de haberlas visto, porque luego no sé hasta que punto mi opinión es independiente. Intentaré profundizar en mis propias sensa... bueno, más bien procuraré no repetirme mucho. Ayer, Serenity, un western de ciencia ficción que llega mucho más lejos, en muchos aspectos, que la segunda y aburrida trilogía de Star Wars (digan lo que digan). No será la película del año, pero tiene un guión interesante, unos efectos especiales bien llevados -y de los que no se abusa-, y unos protagonistas a la altura. En conjunto, bastante -me atrevería a sustituir ese bastante por un muy, pero no quiero demandas por daños y perjuicios- recomendable. Si te gustan las películas de ciencia ficción, claro.

Hoy, Flores Rotas, con Bill Murray. Y aquí no puedo por menos que seguir al menos en parte las palabras de Borja Hermoso en su blog acerca de este actor: «No sé si Bill Murray es un genio o si se queda con todos nosotros». Y es que cuando ves que pone esa inexpresiva cara de tonto, de bobo, durante minutos y minutos, llegas a preguntarte si sabe poner otra cara. Y el caso es que sabe, pero desde luego consigue hacerte dudar de vez en cuando. La película, extraña, como todas las que hace últimamente (Life Aquatic, Lost in Translation, Los Tenenbaums), o yo diría que incluso un poco más. Llena de silencios, de situaciones absurdas, situaciones quecoñohagoyoaquí, situaciones llenas de Bill Murray. Y dicho eso, está dicho todo. Porque tengo poco criterio con este tipo: todo lo que hace me gusta. El problema es que esta -como por ejemplo Life Aquatic- es una de esas películas que si la recomiendas, luego todo el mundo te asalta con aquello de que se han gastado seis euros en eso por tu culpa. Así que he decidido no recomendarla; no vayas a verla. A mi me ha gustado, pero a ti no te gustará. Total, es sólo Bill Murray. Hazme caso, que luego no queremos sorpresas. Ni tú, ni yo.