Instrucciones: El Hombre Horizonnnnnnnnnnte

Me llaman El Hombre Horizonte. Ya sabéis. Como en Horizontes Lejanos y Horizontes de Grandeza, pero casi. Sólo lo primero: Horizontes. El Hombre Lejano y El Hombre de Grandeza también me gusta -este último suena un poco a pueblo, ¿no?-, pero uno no elige su destino ni su denominación de origen. Eso sí, es importante pronunciarlo bien, para que no pierda la fuerza, manteniendo la ene, así: Horizonnnnnnnnnnnnnnnnte. Hay que tener algo de práctica para hacerlo correctamente, que no sale a la primera. Otro punto vital es la posición del cuerpo al decirlo. Los brazos deben encontrarse ligeramente estirados, inclinados unos quince grados hacia arriba, con las palmas de las manos abiertas mirando al suelo, como si estuvieras en una torre a trescientos metros -menudo pedazo de torre, ya lo sé- indicándole a alguno que ha subido contigo a tomar el sol que todo lo que la vista alcanza, incluyendo a los campesinitos esos que parecen hormiguillas —chaf chaf— allí abajo, es tuyo. Para acabar con las instrucciones, es imprescindible que los ojos estén entreabiertos. No cerrados, porque entonces parecerás gilipollas, ni abiertos del todo, porque entonces parecerá que te está dando algo. Lo dicho, entreabiertos. O entrecerrados. Entre abiertos y cerrados, con esa mirada estilo Hombre Martini que sacas sólo las noches de sábado.

Practiquen. Se lo dice El Hombre Horizonnnnnnnnnnnnnnnnte.

(Ojos, brazos y manos en posición acorde tal y como se ha descrito)