Acérquese usted a la consulta. Sitúese frente al mostrador y espere turno pacientemente. Muéstrese educado y tranquilo. Al llegarle su turno, pida hora para consulta. Una conversación como la siguiente debería ser suficiente:

- Disculpe, quería pedir hora para el psiquiatra.

- Mmmhhh... veamos. Sí, creo que puedo darle fecha para el lunes dentro de dos semanas, ¿qué tal le va?

- Perfecto, apúnteme. Muchas gracias.

Si no está usted contento con el resultado, salga usted y vuelva quince minutos más tarde. Repita el procedimiento anterior. Muéstrese de nuevo educado y tranquilo. Cuando le indiquen que ya ha pedido hora, niegue rotundamente y de manera categórica haberlo hecho, pero siempre con educación. Simule perplejidad. Ha de recordar en todo momento que usted *no* ha pedido hora. Finalmente, ante las evidencias, acepte los argumentos que se le ofrecen y simule entrar en razón. Pida disculpas y retírese del mostrador. Simule confusión. Repítase este procedimiento con periodicidad variable, hasta que la fecha de visita sea de su agrado.

Y recuerde, si va usted al psiquiatra es porque tiene algún problema de carácter mental que ellos -todavía- no saben cuál es. Simplemente, podría ser ese. Así que tranquilo. Persevere y ánimo.

(El uso de armas de cualquier tipo está desaconsejado)