Bonito

Cuando no tienes un buen día, no tienes un buen día. Parece una perogrullada, pero hay cosas que a veces necesitas repetirte. Yo hace mucho tiempo, demasiado, más que demasiado, que no tengo uno de esos. Uno de esos días cojonudos en los que todo es de puto color rosa chicle, en los que todo el mundo, todo el puto mundo, te saluda con una sonrisa. Uno de esos días en los que en el metro en lugar de un viejo pegado a ti oliendo a cerdo hay un universitario que no se atreve ni a mirarte. Uno de esos en los que joder, quieres tirarte a medio mundo, sólo porque son ellos y porque son así.

Pero no. Ya no queda rosa chicle. Se acabó hace tiempo. Gris, gris, gris y más gris. Gris chicle, si quieres. Un chicle insípido, monótono, triste. Uno masticado hasta la saciedad y en el que sólo queda goma endurecida por las mandíbulas de mi existencia. Tú lo sabes muy bien porque estabas ahí. Trato de flotar pero me hundo sin remedio como una tonelada de hierro en el fondo del mar. Patéticos, tristes y reciclados. Así son los segundos con los que lleno cada minuto, cada hora, cada día, cada mes de mi puta vida.

Pero yo, joder, mi cuerpo, mi alma, mi ser, mi espíritu, mi coño, todos, todos necesitamos un puto día así. Todo el mundo se merece uno de vez en cuando, sólo por existir. No sé ni siquiera si me entiendes, si lo has llegado a hacer o si alguna vez lo has intentado. El problema es que yo, ingenua, esperaba ese día de ti. Pensaba que si no me lo podías dar, al menos lo intentarías. Confiaba en ti. Que si no podías rescatarme no dejarías que me ahogase. Sí, lo pensaba. Quizá lo hayas hecho alguna vez. No lo sé. Pero lo que sí sé es que soy tonta. Soy una estúpida y jamás dejaré de repetírmelo. Porque tú vas ahora y me dices que sobro. Que sobro. Que me largue. No me jodas. Que ya no pinto nada. Adiós, hasta luego, que te vaya bonito, ¿no decía eso la canción? Bonito. Que te vaya bonito. Y me lo dices con esa jodida vocecita de niña pija que siempre has tenido porque eres un cobarde y no tienes cojones de mirarme a la cara mientras me dejas tirada en la cuneta. No eres sólo un cobarde. También eres historia.

Y entiéndeme, no tengo un buen día, espero que lo entiendas. Quizá sea culpa tuya y quizá no. Aquí en el fondo del mar no encuentro al puto Bob Esponja y estoy yo sola. Dímelo mañana y a lo mejor, a lo mejor te pueden ir dando mucho por culo.